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La obsesión con el sexo de los animales de Isabella Rossellini

La que fuera musa de David Lynch es, a sus 61 años, una de las celebridades más polifacéticas y extrañas del panorama social y artístico. Ha sido modelo, actriz, escritora y desde hace seis años directora. Su enorme creatividad y su gusto por lo excéntrico los ha sabido plasmar en una de las piezas cinematográficas más inquietantes e insólitas que se conocen. Se trata de Green Porno, un proyecto que nació en 2008 y que arrancó con tres cortometrajes, en los que recrea la vida sexual de los insectos, con imágenes surrealistas y obscenas, que ella misma interpreta.

Hija de dos grandes del cine, el director Roberto Rossellini y la actriz Ingrid Bergman, Isabella estaba llamada a ser una de las musas más destacadas del ámbito artístico. Inició su carrera como modelo en la década de los 80, tras trabajar varios años como periodista en Italia y Nueva York. Su estrellato en el mundo de la moda se produjo cuando la firma de cosméticos Lancôme la eligió como imagen exclusiva desde 1982 hasta 1996.

Aunque su carrera como actriz comenzó en Italia, trabajando con los hermanos Taviani, su despegue se produjo de la mano de David Lynch, quien en 1986 le ofreció el papel de Dorothy Vallens en la película Blue Velvet (Terciopelo Azul), una interpretación que le valió el premio Independent Spirit a la mejor actriz. El filme, que algunos consideran pseudo-porno, contiene imágenes de la actriz muy subiditas de tono. Por aquellos años mantuvo un tormentoso romance con el propio director, que terminó con una ruptura anunciada. El realizador de Carretera  perdida la abandonó por otra mujer, tras trabajar juntos en Corazón salvaje en 1990, lo que hundió a Isabella en una depresión -de la que logró salir con ayuda de terapia y gracias al paso del tiempo, como ella misma confesó en 2010 en una entrevista concedida a la revista alemana Die Zeit-.

El sexo más animal

En cuanto a su carrera artística, la actriz fue evolucionando hacia proyectos sumamente creativos y en 2008 se decidió a dar el salto a la dirección cinematográfica.  Isabella quiso materializar en una obra una de las pasiones de su infancia: la vida animal, en concreto, la sexualidad y la forma de reproducirse de los insectos.

Así, ese año debutó en la dirección con una serie de cortos bajo el título Green Porno, en los que narra de una manera muy original y sorprendente, el comportamiento sexual de los insectos. Se trata de tres piezas, Spider, Firefly y Dragonfly, de un minuto de duración, en las que mezcla animación y ficción, y en las que la propia directora aparece caracterizada como diferentes insectos, con disfraz de mosca, de araña y de abeja.

El proyecto muestra de una forma didáctica y asombrosa, con decorados y vestuario muy rudimentario, hecho de papel, cómo funcionan sexualmente algunos animales, sus luchas sexuales más feroces, sus orgías… en definitiva, su peculiar modo de reproducirse.

El tríptico fue proyectado en Sundance y en la Berlinale de 2008. Un año después editó un libro con fotografías de performances suyas recreando la fauna más insólita. Y actualmente, el proyecto continúa. La pasión de la actriz y modelo por los animales la ha llevado a seguir explorando en los recovecos del mundo natural, completando su investigación en la universidad, publicando otro libro, realizando más cortometrajes, dando conferencias y protagonizando un espectáculo teatral en el que ella misma recrea el universo animal, vestida de caracol y de otras cinco especies más.

El nuevo trabajo de Green Porno, coescrito junto al nominado al Oscar al mejor guion -en 1977 por Ese oscuro objeto de deseo de Luis Buñuel-  Jean-Claude Carrière, vuelve a mostrar la fascinación de la actriz por los rituales de apareamiento de insectos y criaturas marinas, especialmente. El espectáculo fue estrenado el pasado mes de enero en Nueva York y ha continuado su periplo por Londres y Sidney

https://youtube.com/watch?v=jq02bS-UrlM

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