Lo que sorprendió un poco más fueron los recaditos que mandó a sus compañeros de Génova 13. Primero presentó una bajada generalizada de impuestos, algo que Montoro se guarda para 2015, año electoral; después arrancó un aplauso a la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, que hizo que el marqués de Villar Mir (probablemente la persona de mayor edad del salón) se pusiera de pie, a costa de la manifa del domingo en la que el propio González estuvo y no los miembros del Gobierno ni la secretaria general del partido. Pero es que hay más, criticó el IVA cultural en un sector estratégico para el país y que encima consigue el efecto contrario del que se pretende, recordó que Barajas no es de la CAM sino de Fomento, que Adelson no acaba de llegar porque Sanidad no le atiende sus demandas (muy inteligente, el presidente madrileño comparó la polvareda mediática levantada por la adquisición del 6% de FCC por Bill Gates mientras que Sheldon, que va a invertir un pastizal, parece que no despierta tanta simpatía) y dejó claro que Artur Mas no quiere otra financiación -la actual la eligieron ellos- sino independizarse de España.
El salón estaba tan abarrotado que muchos al intentar acceder a su mesa te frotaban la cebolleta por la nuca.
Evitó entrar en las quinielas sobre candidatos ante la atenta mirada de Esperanza Aguirre y Ana Botella pero sí apoya que los electores puedan elegir candidatos en listas abiertas y no las primarias al estilo PSOE que sólo valen para dilucidar batallas internas.
Por último, recordó que Madrid sigue siendo la más solidaria con el resto, porque se hacen mejor las cosas y no lo atribuye al efecto capitalidad pues llevamos siéndolo desde la época de Felipe II.
El salón estaba tan abarrotado que muchos al intentar acceder a su mesa te frotaban -como dicen los castizos- la cebolleta por la nuca, algo muy desagradable en el arranque de un lunes… ya tendrás tiempo de que te fuercen a medida que transcurre la semana, creo yo. También las patas de las pantallas de plasma y los otros obstáculos provocaron que más de uno lleguara a su mesa de cabeza como los novillos. Menos mal que la sonriente Blanca de Ullibarri, directora de Relaciones Institucionales de Europa Press, solventa rápido cualquier contratiempo.
Entre los asistentes estaban Pedro Trapote, Juan Béjar, José Ricardo Martínez, Fermín Lucas o José María Álvarez del Manzano.
Entre los asistentes pude ver a Pedro Trapote, al que cuando le saludo me dan ganas de pedirle una tarjeta de Pachá como si tuviera 16 años; a Juan Béjar, vicepresidente y CEO de FCC, que desde que ha conseguido fichar a Gates su acción se ha disparado siendo la misma empresa que hace unos meses; y al sindicalista José Ricardo Martínez, que no paró de moverse pues no le gustaban los sitios que le ofrecían. Martínez era de los consejeros que estaban en Bankia, ganaba pastizal y no tenía ninguna pega que hacer sobre las preferentes y demás historias después denunciadas. Dice que le daba el dinero al sindicato así que una de dos, o miente él o los de UGT no encuentran las facturas.
El presidente de CLH, José Luis López de Silanes contrastaba mucho con su vecino de mesa Eduardo Zaplana, pues la cérea tez de uno frente a la morenez del otro hacía pensar que uno de los dos no estaba en la estación correcta del año. Tanto Fermín Lucas como José María Álvarez del Manzano hicieron de buenos madrileños apretando con fruición los platos de churros que el Villa Magna les ofrecía en tarifa plana.