Siempre se ha hablado de la Malú fría y recelosa de su vida privada. Pero hoy la hemos descubierto. como se descubren las joyas. Como esas que ha mostrado de Swarovski, firma de la que ha sido imagen. Y nos ha seducido.
Resulta irónico, porque Malú, sin embargo, no es mujer a la que se conquiste con joyas –va por ti, Gonzalo-. Sin embargo, todos tenemos un tesoro con un aprecio sentimental especial, y el suyo viene de la mano de la desaparecida Rocío Jurado. “Tengo una esclava que me regaló Rocío Jurado por mi comunión. Y la tengo como una de esas cosas que nunca pierdes. Mi madre también se preocupa mucho de que no se me pierda”, nos ha confesado.
Así es ella, una dama a la que no le gusta “la ostentosidad” pero no por ello menos delicada en su intimidad. “Si no hablo demasiado de mi vida privada es porque sigo siendo muy tímida, y aunque intento lidiar con mi timidez, uno no puede cambiar su forma de ser”, admite.
Y, la verdad, es que el amor y el desamor han formado parte de su vida. Y aunque ahora esté enamorada, nos ha comentado que “son dos cosas muy ligadas porque el bienestar que te produce el amor puede ligarse al posterior mal de amores”.
¿Embarazada? “Mentira”
Delicada. Reservada, pero mujer de carácter. A Malú le sigue sorprendiendo que inventen rumores de ella. ¿El último? Un supuesto embarazo que se ha comentado por Twitter. “Durante muchos años se han dicho muchas cosas y me atrevería a decir que el 98% han sido mentira. Llega un momento en el que tampoco reacciono. No lo sé, son cosas que se dicen y luego pasan. Si me irritara cada vez que dicen algo que es mentira, imagínate…”, nos afirma.
Aun así, como decía, tiene carácter y mucha fuerza. “¿Me estás llamando borde?”, me preguntaba. Pero lo hacía de broma, porque en el fondo, el carácter que desprende la cantante no es sino un escudo para protegerse. Para salvaguardar su lado más vulnerable.Ese que tenemos todos.
Y se protege también en su forma de ver la vida, sin marcarse metas, sin plantearse una maternidad cercana, y en definitiva, viviendo el día a día “que es nuestro mayor regalo y hay que disfrutarlo”. “Procuro no marcarme nunca metas porque al final sino llegas a la meta te sientes completamente frustrado y si lo sobrepasas te vuelves ambicioso. Lo más bonito del mundo es vivir el día a día y disfrutarlo. Como empieces a idealizar cosas, puede ser muy frustrante”, ha querido añadir.
Así es ella, sencilla pero decidida. Fuerte pero para proteger su lado más frágil. Y segura de sí misma, al saber que, pese a todo, seguirá suscitando interés. Para sus fans, para la prensa y para Gonzalo. O eso nos ha contado.