Cada nueva crisis económica conlleva la aparición de formas diferentes de ganarse la vida. Nuevos recursos, habitualmente temporales, que tratan de cubrir ese hueco del mercado que todavía permanece virgen y sacarle un provecho, a poder ser, millonario. Parece fácil, ¿verdad? Si lo fuera no estaríamos aquí ahora mismo.
Con la llegada de las redes sociales, no son pocos los que han intentado subirse al carro de tecnología para poder monetizarla, aunque la fortuna no siempre les ha acompañado. Cuestión distinta son los famosos, expertos en sacarle el máximo partido a cualquier pequeño detalle. Ellos sí que saben.
Oprah Winfrey podría haber ganado 12 millones de dólares
Todos esos selfies que tanto nos gustan y que las celebrities comparten sin parar no son más que la excusa para poder ganar importantes cantidades de dinero con una simple foto. Sacas morritos, abres mucho los ojos, te peinas un poco con los dedos y dejas bien a la vista ese producto que quieres que todos tus seguidores compren en masa.
Listo, el negocio perfecto. Tan sutil que casi nadie se da cuenta. Y no crean que los precios son simbólicos. Esta misma semana conocíamos que Oprah Winfrey podría haber ganado 12 millones de dólares por promocionar una marca de productos para adelgazar en un único tweet. Claro que la presentadora atesora 30 millones de seguidores en su perfil.
Las cifras, como en todo negocio redondo, siempre son secretas -como los cachés de los concursantes de GH VIP-. La web Jezebel llegaba a situar, hace relativamente poco, en una horquilla de 125.000 a 300.000 dólares el precio de una única fotografía subida, eso sí, por Kylie Jenner. Todo dependerá de la continuidad del acuerdo, de los likes que acumule e, incluso, de las fotografías entre las que se sitúe. Todo cuenta para que una marca desembolse semejante cantidad de dinero. Su hermana Kendall o la modelo Cara Delevingne se encuentran en una situación parecida.
Entre 25.000 y 50.000 por fotos promocionadas de Miranda Kerr
No todas las famosas facturan igual que las reinas de las redes sociales -y de los realities-. Las tops más mediáticas, como puede ser el caso de Miranda Kerr, tendrían que conformarse con algo menos.
Las fotografías promocionadas de la modelo se situarían entre los 25.000 y 50.000 dólares, siempre teniendo en cuenta los contratos publicitarios en exclusiva que pueda tener con marcas, por ejemplo, de cosmética. No está nada mal para el mínimo esfuerzo que requiere.
Otro tipo de famosos, como puede ser el caso de Scott Disick, ex de Kourtney Kardashian, se conformaría con menos de 20.000 dólares por cada uno de sus post en Instagram.
En España, claro, estas cifras no son tan vertiginosas. Una fotografía en el perfil de alguna de las it-grils más conocidas -las que no llegan a ser celebrities- ronda más los 500 euros que los miles de dólares que ganan las estrellas americanas. Claro que si a eso le sumamos presencia en revistas y un buen blog que llevarnos a las manos -unos 1.000 euros por post-, la cosa ya mejora un poco. Echen cuentas y verán lo que están perdiéndose por no ser famoso.
El debate está servido…
Ahora, que tampoco nos pierda la envidia. ¿No deberíamos exigirles a todas estas celebrities que empiecen a especificar si han cobrado o no por compartir 'recomendaciones' con sus followers?
Algo tan sencillo como utilizar el hashtag #patrocinado nos quitaría muchos quebraderos de cabeza y serviría para racionalizar la influencia de estos personajes públicos. ¿O es que todos estarían tan dispuestos a promocionar sin un cheque de por medio? Si es exigible en la televisión, debería serlo también en las redes sociales. ¿No creen?
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