Siete años han pasado desde que Penélope Cruz se coronase como la primera española en recoger un Oscar. Un sencillo gesto que la convirtió ya en toda una leyenda del cine patrio y cuyo récord parece que va a seguir conservando durante mucho tiempo. Pero, ¿qué ha hecho desde entonces? ¿A qué se ha dedicado la actriz más prometedora de nuestra industria?
Lamentablemente, no a lo que debería. Penélope ha encadenado proyectos sin sentido, películas muy alejadas de los intereses que deberían mover a alguien que guarda una estatuilla en casa. Un desastre que, sin embargo, parece ser su marca de la casa. ¿Cómo se explica, si no, que el mismo año que estrenó Volver, su primera nominación al Oscar, estuviese también en los cines con Bandidas, aquel despropósito con su amiga Salma Hayek?
Penélope Cruz encadenó tres nominaciones consecutivas, con premio incluido, y nos hizo creer que ese iba a ser su camino. Un error que deberíamos haber previsto. Desde Vicky Cristina Barcelona, la actriz tan solo ha brillado -y no tanto como se esperaba- cuando ha caído en manos de sus dos directores fetiche, Woody Allen y Pedro Almodóvar. En Los amantes pasajeros, el manchego le ofreció un pequeño cameo al principio de la película y en A Roma con amor, Allen volvió a contar con ella para que repitiese una suerte del mismo papel que le había hecho ganar el Oscar. Y ahí quedó todo, porque hablar de la enésima entrega de Piratas del Caribe o de Sexo en Nueva York 2 sería casi una ofensa. ¿Nadie se atrevió a darle algún tipo de consejo?
Relajó su presencia en medios y aprovechó para formar una familia
La actriz aprovechó el momento para formar una familia, casarse con Javier Bardem, dejar Estados Unidos para instalarse en España y volver a su faceta de diseñadora con la ayuda de Agent Provocateur y Mango.
Relajó su presencia en los medios, volvió a dejarse caer por los Goya como la gran estrella que es y participó en El consejero, una película con un reparto estelar -Michael Fassbender, Brad Pitt, Cameron Díaz- de la que nadie recuerda nada.
Un nuevo paso en falso en su intento de volver al cine. Aun así, no todas las oportunidades estaban perdidas. Puede que Hollywood sea una industria cruel, donde desaparecer durante un tiempo significa el olvido, pero Penélope siempre tendrá un hueco en España. Y si Volver le sirvió para llegar a Woody Allen, ¿por qué no puede ocurrir otra vez?
La actriz puso todo su empeño en sacar adelante Ma ma, el vehículo perfecto para su lucimiento, con emociones, enfermedades y tripas postizas, pero ni siquiera la presencia de Cruz pudo aupar su estreno. Ni éxito en taquilla, ni premios, ni nada. ¿Había terminado para siempre el huracán Penélope?
Menos mal que ahí estaba Ben Stiller para sacarla del ostracismo. La vuelta de Zoolander ha conseguido que la actriz vuelva a tener presencia mediática en medio mundo -ahora mismo es portada en Vogue USA, también en la edición española de Harper's Bazaar-. Hasta el ajustado mono rojo que pudimos ver en el trailer ha pasado a formar parte de los iconos visuales del cine reciente.
Además, Cruz se ha puesto las pilas y se ha dejado ver tanto en los Premios Forqué como en los Feroz. Pero, ¿es ésta la vuelta definitiva? Buena pregunta.
La elección de proyectos de Penélope Cruz suele ser tan imprevisible como decepcionante. En cartera, tiene la segunda parte de La niña de tus ojos y la nueva película del cómico Sacha Baron Cohen, además del anunciado reencuentro cinematográfico con Bardem a las órdenes de Fernando León de Aranoa. El segundo Oscar, por el momento, sigue lejos, muy lejos... Una pena.