Las actrices jóvenes tienen a España hipnotizada. Desde la perfección de la que hace gala Paula Echevarría, pasando por las solteras María Valverde y Blanca Suárez, la exitosa Clara Lago o la primeriza -en la maternidad- Amaia Salamanca, una hornada de actrices que ha conseguido que el público se rinda a sus pies. Más allá de su buen hacer -o no tanto- en el terreno profesional, estas jóvenes se ha convertido en los mejores modelos a imitar.
Queremos sus despreocupadas vidas, sus novios guapísimos, sus estilismos y todo lo que las rodea. España quiere ser como Paula Echevarría, por mucho que en la mayor parte de los casos acabe pareciéndose más a una trasnochada Belén Esteban. Pero esta perfección del 'show business' también tiene pequeños huecos para la improvisación, y en eso Úrsula Corberó es la reina. ¿Quieren saber qué diferencia a la actriz de otras it girls? ¿Por qué puede permitirse el lujo de salir haciendo el payaso en su Instagram? Aquí tienes varios motivos:
Se mueve entre el mainstream más popular y el underground menos profundo
La actriz está igual de cómoda rodando un anuncio para televisión como participando en algunas de las fiestas menos conocidas de Madrid. La vemos posando con Antonio Banderas o viajando con Cristina Pedroche mientras comparte sesiones con el fotógrafo y DJ Pepino Marino -al que recordarán de Alaska y Coronas- o con el guionista y director Brays Efe, con el que ha coincidido en la película Cómo sobrevivir a una despedida. Úrsula se atreve a adentrarse en mundos donde nunca encontraríamos a it girls como Blanca Suárez. Con esto ya se ha ganado un hueco en nuestro corazón.
Le ha quitado el novio a Kylie Minogue
Si de algo puede presumir Úrsula Corberó es de haberle quitado el novio a una de las mayores estrellas pop de la historia. Gracias a una fotografía idéntica en sus cuentas de Instagram descubrimos que la actriz y el modelo Andrés Velencoso estaban compartiendo unas vacaciones muy íntimas. Desde entonces han ido reconociendo la relación poco a poco, pese a que tratan de no hablar demasiado del tema. Y pese a que uno siempre tiende a ponerse en el lugar de la 'abandonada', seguro que el cambio fue para mejor. Ahora ya sólo nos queda un posado conjunto y empezarán los rumores sobre campanas de boda. Un clásico en España.
Se atreve a cocinar pese a que el resultado no sea el esperado
Úrsula es una it girl de segunda fila, de las que posan de forma glamurosa para su blog de moda y, a la vez, hacen el payaso para Instagram, de las que se empeñan en cocinar para mostrarlo a sus fans pese a que el resultado diste mucho de ser perfecto. Y parece que le importa poco, aunque claro, puede que sólo lo parezca. La actriz suele cocinar ante la atenta mirada de Pepino Marino, que se encarga de fotografiar el proceso y comerse el resultado. Y debemos reconocerle el mérito en algunos casos. Seguro que sabe mejor de lo que luce.
Le ha copiado la pose a Mario Vaquerizo
Hace escasos días saltaban los rumores sobre la preocupante delgadez de la actriz en la entrega de premios de una conocida revista -Úrsula salía al paso declarando que se había puesto a hacer deporte y que había recuperado su peso habitual, que siempre había estado así de delgada-. No sabemos si es por la falta de quilos o por su envidiable estructura ósea, pero los selfies de la actriz son, claramente, de la escuela Vaquerizo. Úrsula presume de morritos, pómulos pronunciados, mirada felina y media sonrisa en todas y cada una de sus fotografías. Imposible distinguirlos.
Parece que va venciendo su frialdad inicial
Resulta imposible negar que Úrsula Corberó, de entrada, peca de frialdad. Tal vez por haber conocido la fama demasiado joven, o por un exceso de celo hacia su privacidad, la actriz muestra una imagen fría y no demasiado natural, como forzando la simpatía de cara al público. Y, claro, así no resulta sencillo ganarse el favor de los fans. Pero poco a poco, y gracias a la intervención de algunos de sus amigos, la actriz se ha ido soltando y mostrando una cara más gamberra -lo contrario a lo que le ocurre a Paula Echevarría, que cuanto más natural pretende ser, peor cae-. Aunque, pensándolo bien, ¿quién no se mostraría relajada tras una noche de amor con Andrés Velencoso? Esto le arregla la expresión hasta a María Dolores de Cospedal.