Jornada productiva para la principal patronal del motor, Anfac, en su impulso de su estrategia de crecimiento, el conocido Plan Tres Millones: por la mañana, audiencia con el Príncipe de Asturias; y por la tarde, reunión con el ministro de Industria, José Manuel Soria. Entre los mensajes, todos ellos conocidos, destaca el que más preocupa a corto plazo al sector: la renovación del plan de ayuda a la compra del vehículo aún en marcha, el PIVE, que tradicionalmente ha conseguido dar un vuelco a los números negativos de los últimos años.
El PIVE (1.000 euros de ayuda por operación, hasta un máximo de 75 millones) aún no está generando este impacto positivio en las matriculaciones, pero las patronales confían en la necesidad de mantener este tipo de ayudas públicas para reactivar la demanda, en momentos complicados como el actual. La impresión de dicha reuníón no ha transcendido, aunque el ministro es partidario de este tipo de renovaciones, como ha dicho públicamente (otra cuestión es si hay dinero o no para una segunda vuelta).
Las patronales han estado ideando otras fórmulas, dentro del PIVE, para conseguir un mayor impacto en la demanda, que éste ultimo ejercicio dejó atrás el peor de la historia en la venta de coches (por debajo de 700.000 unidades), con un recorte del 13,4% (en línea con lo ocurrido en Francia). En ese sentido, una de estas fórmulas pasa por premiar con un mayor incentivo a los primeros interesados en comprar coche.
"Un nuevo Plan PIVE significaría una inyección de confianza adicional para el consumo español y un apoyo significativo en la coyuntura económica más inmediata", dicen en Afnac. El PIVE, dicen las patronales, finalizará dos meses antes (el 31 de marzo vence), debido a que los usuarios han consumido las 75.000 reservas. No obstante, el secotr está pendiente del impacto en matriculaciones de estas reservas, ya que por ahora, las ventas de coches siguen sufriendo fuertes retrocesos.
