Las ventajas a día de hoy de los cambios automáticos son incuestionables, sobre todo cuando hablamos de las cajas de última generación. De los primeros modelos que llegaron a nuestro país con apenas cuatro velocidades y un funcionamiento tosco hemos ido comprobando una rápida evolución en todos los aspectos que llevó a las marcas a una carrera en el desarrollo de nuevas cajas de cambio cada vez más eficientes.
Un desarrollo que, sobre todo en los últimos años, busca sobre todo lograr la máxima eficiencia energética de los motores, una lucha décima a décima obligatoria para poder cumplir con las cada vez más restrictivas normativas europeas anticontaminantes. En ellas, se incluye una que deben cumplir todos los fabricantes en 2020, un objetivo de emisiones en la gama de 95 g/km de CO2. Como ya dijo Martin Winterkorn, CEO del Grupo Volkswagen, en el pasado Salón de París, reducir un gramo de CO2 supone un coste estimado de casi 100 millones de euros.
Y en esa guerra contra el consumo y las emisiones, la eficiencia de las cajas de cambio automáticas, cada vez más extendidas en el mercado, y no sólo en los turismos de gama alta, sino también cada vez más en berlinas medias, compactos o monovolúmenes o todo caminos, supone uno de los retos más relevantes. En 2003, tanto Mercedes-Benz como Volkswagen lanzaron al mercado sendas cajas de cambio automáticas de 7 velocidades, de muy diferente arquitectura, una de convertidor de par y otra, la de Volkswagen, de doble embrague.
Cuando ya creíamos que con siete velocidades estaba todo hecho, Lexus presentó en 2007 su caja automática de ocho velocidades en su modelo LS, un número de velocidades que en 2013 parecía quedar obsoleta cuando Land Rover anunciaba su novedosas caja automática desarrollada por ZF de nueve velocidades. Y ahora, Volkswagen sorprende con la última evolución de su DSG, anunciando 10 relaciones.
Más allá de un nuevo elemento de marketing, Volkswagen busca con ello mejorar la eficiencia de los motores al permitir con tantas velocidades ajustar en todo momento el funcionamiento óptimo del motor al régimen de giro más provechoso. Cuantas más relaciones de cambio, más sencillo será, en principio, lograrlo. Esta nueva caja DSG de diez velocidades es una evolución de la de siete, con la única limitación de soportar el mismo par máximo, 550 Nm, que la de siete relaciones. No hay fecha aún de lanzamiento, pero la llegada de futuros modelos como el Tiguan en 2016 podría aprovecharse para estrenar un cambio que permitiría además disfrutar de una primera relación de cambio extremadamente corta para utilizarla en un SUV fuera del asfalto.