La delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, ha explicado en una entrevista con Efe este cambio en las tarifas del Servicio de Estacionamiento Regulado que la Junta de Gobierno aprobará previsiblemente esta semana, en una nueva tanda de ordenanzas fiscales. La iniciativa va en la línea de incentivar el uso de los vehículos “limpios”, al mismo tiempo que se endurecerá el acceso al centro de la capital a los vehículos de reparto de mercancías más contaminantes.
Según la normativa actual, pagan un 10% de recargo sobre la tarifa base los turismos de gasolina matriculados desde 1997 hasta 2000 y los diésel de entre el 2000 y el 2005, mientras que el recargo asciende a un 20% si se trata de coches de gasolina anteriores al 1997 y diésel de antes del 2000. La nueva normativa todavía no especifica la antigüedad de los turismos tanto diésel como gasolina que serán objeto de ese recargo del 50% sobre las tarifas estándar.
En cambio, no pagan por estacionar en el servicio regulado, que ocupa toda la almendra central de Madrid, en el interior del anillo de la M-30, aquellos coches considerados "Cero Emisiones", es decir, los eléctricos, de pila de combustible, los híbridos enchufables y los eléctricos de rango extendido.
Desde el departamento de Medio Ambiente del consistorio se busca una política de aparcamientos que incentive el uso de energías limpias. Al mismo tiempo, el Ayuntamiento ultima un nuevo plan de calidad del aire con el que aspira a mejorar los niveles de contaminación de la capital, que lleva siete años seguidos incumpliendo los límites de polución establecidos por la Unión Europea.
El Ayuntamiento busca de esta manera ir reduciendo el uso del vehículo privado fomentando otras alternativas, pero sin dejar de lado las tecnologías limpias para que el efecto del uso del coche sobre la contaminación sea menor.
