Así lo aseguran en un comunicado conjunto el Grupo PSA y los sindicatos recogido por Efe en el que destacan que el "éxito del diálogo social" ha asegurado la "perennidad del centro de producción de Madrid", que acumula 66 años de actividad.
Este nuevo plan de competitividad, denominado SmartMAD2021 y que contempla una inversión de 144 millones de euros, permite la atribución de un nuevo vehículo de la plataforma modular CMP -para vehículos del segmento B (pequeños) y C (compactos)-, que también está preparada para versiones eléctricas. Con él se situará la planta de Madrid al "más alto nivel de su dispositivo industrial".
El acuerdo social estará en vigor entre el 7 de junio de 2017 y el 31 de diciembre de 2020 y supondrá pasar de dos turnos de trabajo a uno "para responder a las previsiones actuales (de producción) en dicho periodo".
El conjunto de medidas acordadas, entre las que se incluye el citado ERTE, estarán acompañadas de un "dispositivo reforzado y equilibrado socialmente responsable, que tiene por objetivo facilitar la transición más allá de las exigencias legales, sin tener que recurrir a medidas estructurales, y poder asegurar de esta forma el futuro del centro".
El objetivo final es que, a partir del año 2021, se pondrá en marcha un nuevo plan de competitividad con la industrialización del nuevo modelo, que contribuirá a la "consecución y sostenibilidad de los objetivos de rentabilidad de la planta".
Al respecto, empresa y sindicatos resaltan que este "histórico acuerdo es fruto de la calidad del diálogo social existente en el seno de la planta de Madrid que ha venido demostrando, a lo largo de su historia, su capacidad de adaptación a un entorno complejo y en constante evolución".
La negociación del ERTE y la consecuente adjudicación del nuevo modelo se inició el pasado 28 de abril. Ambas partes se han reunido desde entonces en varias ocasiones para negociar el acuerdo. El presidente ejecutivo del Grupo PSA, Carlos Tavares, viajó el pasado 3 de mayo a Madrid, donde visitó la planta de Villaverde y fue recibido, un día después, por el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, a quién explicó los pormenores del nuevo plan de competitividad.
Los efectivos de Villaverde deberían reducirse hasta un máximo de 431 personas mediante bajas incentivadas voluntarias o traslados a otros centros de trabajo del Grupo PSA, que podrán ser definitivos o temporales, con compromiso de reingreso para períodos de 30 o 36 meses.