Ya no vale solo con controlar la velocidad como excusa para multar y recaudar. En breve, podrían llegar a multarnos con radares que miden, controlan y cuantifican las emisiones debidas al tráfico. Un proyecto que llega desde Europa y que empezará a testarse en Madrid y que está dirigido a entidades públicas con poder legislativo con el fin de reducir hasta un 20% las emisiones del tráfico rodado, identificando a los vehículos grandes emisores, notificando este hecho a sus propietarios e imponiendo un sistema de bonificaciones y/o sanciones para promover que ese vehículo sea reparado.
El objetivo, uno de ellos, es el desarrollo de un nuevo dispositivo basado en tecnología de medición remota, el RSD+, capaz de medir las emisiones reales de tráfico en ubicaciones fijas acorde a los estándares de las UE, de manera no intrusiva, con alta precisión y a gran escala. Un primer paso que se dará en la capital española como demostración de que la aplicación del sistema de gestión de emisiones tiene un largo alcance para ser implementado por instituciones de cualquier país.
El proyecto LIFE GySTRA desarrollará una nueva tecnología para medir emisiones, el RSD+, lo que permitirá apoyar las políticas de movilidad sostenible europeas. La compañía OPUS RSE es responsable de esta tecnología RSD (Remote Sensing Devices), y de construir el primer prototipo del dispositivo de medición de emisiones adaptado al mercado europeo, el nuevo RSD+. CIEMAT verificará la tecnología y validará los resultados.
En el caso del proyecto que se lleva a cabo en Madrid, habrá una toma masiva de datos, campaña en la que OPUS RSE colabora con DGT y CIEMAT. La DGT concede los permisos de instalación e integración con la base de datos nacional de vehículos (DGT), mientras que la validación de las medidas por comparación con otras pruebas con concentraciones de gas conocidas corresponderá a CIEMAT.
700.000 vehículos controlados
Los conductores que sobrepasen un cierto límite de emisión recibirán una notificación que no conlleva sanción económica, al menos de momento, porque la idea es que cuanto esté plenamente operativa sancionen como si de un radar de velocidad se tratase, con cuantías en función de los límites que se han sobrepasado.
En este proyecto piloto en Madrid, cerca de unos 700,000 vehículos al año serán monitorizados con dos dispositivos RSD+. Según las estimaciones, cerca del 5% de estos vehículos serná identificados como Altos Emisores. Los propietarios de vehículos serán notificados para que lleven a cabo la reparación de sus vehículos. Se implementarán acciones específicas en el marco del proyecto con objeto de promover la reparación de los mismos.
Todas las medidas serán registradas para calcular la reducción de emisiones conseguida. Con la reparación de los vehículos Altos Emisores se espera conseguir una reducción de las emisiones del 14,8% de CO, del 2,8% de HC y del 22,7% de NOx, NO y NO2 del volumen total emitido de acuerdo a las cantidades del Inventario de Emisiones a la Atmósfera para España.