Las versiones deportivas han marcado desde siempre la personalidad de la marca Peugeot. Con el 308 GTi refuerza sin duda su imagen con un turismo afinado por el departamento Peugeot Sport que sitúa al compacto francés entre los modelos más efectivos del segmento, un segmento que parece recuperar presencia con la llegada de modelos como el Honda Civic Type R, el Seat León Cupra o el recién presentado Hyundai 130 N.
El 308 GTI se diferencia del anterior por algunos detalles de aspecto y equipamiento, como la nueva parrilla, capó, paragolpes así como los pilotos oscurecidos. En el interior destaca la nueva pantalla táctil asociada a un sistema de navegación de TomTom. En opción, hay un paquete de equipamiento de asistencia a la conducción que incluye conexión automática de luces largas, control del ángulo muerto de los espejos retrovisores exteriores, reconocimiento de señales de tráfico, cámara trasera de aparcamiento, detección de fatiga del conductor y sistema de alerta por cambio involuntario de carril.
Una vez ajustados en el puesto de conducción, nos ponemos en marcha en el madrileño circuito del Jarama, donde podemos exprimir al límite las especificaciones de uno de los compactos más potentes y deportivos del segmento. Con la adopción de un diferencial delantero, la motricidad en fuertes aceleraciones en marchas cortas no pone en apuros al eje delantero. La rapidísima dirección permite cambios de dirección con mínimos movimientos del pequeño volante, manteniendo una gran precisión en toda la trazada y permitiendo acelerar con decisión a la salida de la curva. Los 270 CV empujan con contundencia, sintiendo como gana velocidad y supera sin darnos cuenta los 200 km/h en el marcador. La frenada resulta tan efectiva como el resto del conjunto, un plus de seguridad para disfrutar del potencial del 308 GTi.
Y si en circuito se disfruta de sus prestaciones y, sobre todo, de sus reacciones entre curvas, en carretera el 308 GTi logra además un más que razonable compromiso con el confort de utilización en el día a día. El motor responde con suavidad cuando aceleramos sin buscar las más elevadas prestaciones y, aunque la rápida dirección sigue estando presente en todo momento, no supone un problema para un uso cotidiano. Viajar a buen ritmo y manteniendo unos consumos no muy elevados resulta factible, aunque parece tentarnos en todo momento para acelerar con decisión y disfrutar de su conducción entre curvas. En este terreno, el 308 GTi va sin duda sobrado de todo y, como en circuito, el ritmo a marcar sobre trazados virados dependerá de las habilidades de cada uno.
Un deportivo en toda regla pero con el que es fácil convivir a diario en ciudad y en pequeños desplazamientos, Porque conduciendo con cierta suavidad sobre todo en el manejo del acelerador, logramos además unas cifras de consumo nada exageradas para un turismo de la potencia y prestaciones del 308 GTI. Tampoco lo es su precio, 32.000 euros, similar al Hundai i30 N (este con 250 CV) y algo por debajo de los casi 33.500 euros del Seat León Cupra, aunque en su caso con mayor cifra de potencia, 300 CV.