La automovilística alemana Volkswagen ha firmado un acuerdo con su socio chino SAIC para prolongar hasta 2040 la alianza que iniciaron en 1984, cuando abrieron una de las primeras empresas conjuntas del sector chino de los turismos. "Con esta renovación del contrato a largo plazo, subrayamos la importancia de esta colaboración y el significado del mercado chino para Volkswagen", indicó Ralf Brandstätter, directivo de la automotriz germana en China.
Volkswagen está apostando por una estrategia de fabricación en China para el mercado interno, en el marco de la cual planea lanzar una nueva generación de eléctricos junto a SAIC hacia 2026, algo que hará que la asociación esté "más preparada para el futuro a nivel económico y tecnológico".
El objetivo de SAIC Volkswagen es lanzar hasta 18 nuevos modelos de aquí a 2030, de los cuales 15 serán exclusivos para el mercado chino. Además, ocho de ellos serán eléctricos.
"La electrificación y la transformación del coche en un vehículo inteligente son las tendencias que definen la industria automotriz. La prioridad para SAIC Volkswagen será desarrollar nuevos vehículos eléctricos inteligentes para mantener una posición líder", afirmó el presidente de SAIC, Wang Xiaoqiu.
La empresa conjunta entre ambos fabricantes tiene su sede en Shanghái (este) y cuenta con fábricas en diversas partes de China que ya han producido más de 28 millones de vehículos. En 2015, se convirtió en la principal filial local del grupo alemán por encima de las que comparte con otros socios chinos, FAW y JAC.
En el último año, las ventas de SAIC Volkswagen se redujeron un 8% hasta unos 1,22 millones de unidades, muy por debajo del pico de más de 2 millones que marcó en 2018, aunque en el primer semestre del presente ejercicio habían repuntado un 1,8% interanual.
Cierre de fábrica y circuito de pruebas
Esta misma semana, el banco suizo UBS advirtió de que los fabricantes extranjeros se arriesgan a perder hasta 20.000 millones de dólares anuales en beneficios obtenidos del mercado chino ante la competencia cada vez más intensa por parte de las marcas locales y la rápida transición a los eléctricos.
De hecho, Volkswagen es una de las firmas que han anunciado el cierre de fábricas en China este año, confirmando la venta de su polémica localización en Xinjiang (al oeste del país) y estaría preparando también su adiós a Nanjing, en el este. Una fábrica que poseía conjuntamente con su socio local SAIC y que había estado en el punto de mira por supuestos abusos contra los derechos humanos en la zona.
En el comunicado en el que confirmó la prolongación de su alianza con SAIC hasta 2040, la automotriz teutona reveló que la empresa conjunta ha vendido su planta en Urumqi, capital de Xinjiang, "por motivos económicos". Y es que estas instalaciones ya no producían coches sino que se encargaban de realizar sólo controles de calidad.
La presencia de Volkswagen en la región terminará después de que también anunciase la venta de su circuito de prueba en la localidad de Turpan, en ambos casos a una filial de la estatal Shanghai Lingang Economic Development.