Los fabricantes europeos vieron hace décadas al mercado chino como una oportunidad de negocio y de seguir creciendo, pero las automovilísticas chinas han logrado dar la vuelta a la tortilla en un corto periodo de tiempo, apoyado sobre todo en el desarrollo del coche eléctrico conquistando mercados exteriores en lo que sus modelos de combustión nunca triunfaron.
Una explosión de marcas chinas en la última década que va a llevar ahora a que los fabricantes extranjeros se arriesguen a perder hasta 20.000 millones de dólares anuales en beneficios obtenidos del mercado chino ante la competencia cada vez más intensa por parte de las marcas locales y la rápida transición a los eléctricos, advierte el banco UBS.
En un seminario celebrado en Hong Kong, el jefe de análisis de la firma suiza para el sector automotriz del país asiático, Paul Gong, apuntó que la reducción de la demanda para las firmas extranjeras podría traducirse en un exceso de capacidad de unos 10 millones de vehículos, según el diario local South China Morning Post.
"Creemos que los fabricantes extranjeros de automóviles necesitan reevaluar y ajustar sus estrategias en China", indicó el analista, quien pronostica que las marcas chinas no dejarán de acumular cada vez más cuota de mercado y beneficios cada vez más altos durante esta fase de consolidación del mercado.
Siete años perdiendo cuota
Algunas firmas nacionales podrían incluso duplicar sus ganancias hacia 2030 a medida que sus competidores extranjeros reducen la producción. Y es que marcas como Honda, Nissan o Volkswagen lo han hecho este año, llegando a cerrar fábricas.
Las cifras de UBS apuntan que las marcas extranjeras, principalmente europeas, han ido perdiendo cuota en China desde 2017, aunque el ritmo al que lo hacen ha aumentado este año: "Todas se enfrentan a lo mismo: el auge de las marcas chinas ha provocado que las automotrices globales pierdan cuota de mercado de manera sostenida en China".
En opinión de Gong, las firmas extranjeras que compiten en los segmentos Premium resistirán mejor que las generalistas. También lo harán aquellas que apuesten por nuevos tipos de asociaciones más allá de las empresas conjuntas con socios locales, aprovechando componentes y tecnología chinas, especialmente para los eléctricos.
El mercado del gigante asiático está actualmente marcado por una durísima guerra de precios, con descuentos agresivos, y una batalla por ganar clientes que se centra también en innovaciones llamativas en el terreno de los sistemas inteligentes para los vehículos. Y, a la hora de internacionalizarse, las marcas locales se enfrentan a los aranceles en Europa o Estados Unidos.
Pese a que la mencionada guerra de precios se traduce en menores beneficios para los fabricantes, también ha dado un impulso renovado al mercado: según la patronal CPCA, en octubre se vendieron 2,73 millones de vehículos, la marca más alta de los últimos 10 años y un 12 % superior a la de un año atrás. Más de la mitad de los turismos vendidos en el décimo mes del año fueron eléctricos, apunta la asociación.