Nació en 1959 como demanda a las necesidades económicas del momento y, cinco décadas después, su presencia es sinónimo de diseño y estilo, tal como la alemana BMW definió al Mini del siglo XXI cuando lanzó su propia reinterpretación en 2001.Del modelo nacido entonces al nuevo Mini que ahora se pone a la venta, mucho ha cambiado, aunque siempre fiel en su diseño a los rasgos básicos que le han definido desde el primer momento y que tanto ha calado entre el público. Sus cifras de ventas así lo demuestran, tanto a nivel mundial como en nuestro mercado en particular, y por ello BMW no ha querido romper con la estética de uno de los modelos que más personalidad exhibe. Más de 300.000 unidades comercializadas en 2013 en todo el mundo así lo atestiguan.
Lo que sí ha querido buscar en esta nueva generación ha sido mejorar aspectos como el confort y la practicidad de un modelo que nació hace 12 años con 3,60 metros de longitud y que en 2014 supera ya los 3,80 metros. Unas mayores proporciones que asegurarán una mejora en habitabilidad, sobre todo para los ocupantes de las plazas traseras, pues además de más largo resulta también cuatro centímetros más ancho y casi uno más alto. Gracias a esas nuevas dimensiones, el maletero también gana en volumen, 50 litros más para ofrecer ahora unos ya razonables 211 litros. No es ni mucho menos una referencia entre los utilitarios de su tamaño, pero el Mini sigue siendo un modelo un tanto especial, que busca conquistar con otros valores al margen de la practicidad. Resulta, por tanto, 10 centímetros más largo que el modelo actual y cuenta con una distancia entre ejes también ligeramente mayor, apenas tres centímetros.
A pesar de las mayores dimensiones, gracias al empleo del aluminio en determinadas partes del coche, como la suspensión, se ha logrado reducir el peso en relación a la generación anterior. Aunque la suspensión es similar en su configuración, ha sido completamente renovada, adoptando además en opción según las versiones el sistema DDC de amortiguación de dureza variable. Esta nueva generación podrá también tener algunos elementos de equipamiento no disponibles antes, como el indicador de las señales de tráfico, el sistema automático de cambio de luces cortas a largas, el sistema de información proyectada con imágenes en color, una cámara de marcha atrás, faros de LED para cortas y largas con haz de luz orientable, un sistema de aparcamiento automático o el control de velocidad de crucero activo.
En opción incorporará igualmente el sistema «MINI Driving Modes», que permite elegir entre tres modos de conducción: «MID», «SPORT» y «GREEN», que modifica la sensibilidad del acelerador, la dureza de la dirección, la velocidad del cambio de marchas en el caso del cambio automático y la dureza de la suspensión. También estará disponible un sistema de frenada de emergencia en ciudad con detección de peatones que funciona mediante una cámara situada frente al retrovisor interior y actúa entre 15 y 60 km/h, advirtiendo a través de una señal sonora y visual al conductor del riesgo de colisión. La gama de motores es además completamente nueva, compuesta por dos versiones de gasolina y un Diesel. El Mini Cooper más básico monta un motor de tres cilindros, 1,5 litros de cilindrada y 136 CV de potencia. El Cooper S tiene motor de cuatro cilindros, 2 litros de cilindrada y 192 CV de potencia, mientras que la versión Diesel Cooper D estrena el motor de tres cilindros, 1,5 litros de cilindrada y 116 CV, con un consumo medio homologado de 3,5 l/100 km.
GAMA Y PRECIOS:
Mini One 102 CV: 17.950 euros
Mini Cooper 136 CV: 20.550 euros
Mini Cooper S 192 CV: 25.950 euros
Mini One D 95 CV: 19.550 euros
Mini Cooper D 116 CV: 22.100 euros