Motor

Renault renueva el Mégane III con la vista puesta ya en el futuro Mégane IV

La planta palentina de Renault tiene ya asegurada la producción de la próxima generación del Mégane, posiblemente a partir de 2015. Hasta entonces, seguira produciendo el actual modelo, que estrena ahora nuevo diseño frontal para adecuarse a la imagen de marca que quiere implantar en todos sus modelos.

De la cadena de montaje sale un Mégane cada 57 segundos, un proceso de producción en el que están involucrados 1.750 trabajadores y más de 600 robots que automatizan buena parte del montaje del compacto francés, que se fabrica en Palencia en exclusiva para todos los mercados en las variantes Berlina, Coupé, Sport Tourer y RS Sport. Francia, Alemania y España, con el 30,6%, 12,3% y 11,1% respectivamente, son los principales destinos del Mégane, que se fabrica ahora a un ritmo de 585 vehículos/día.

Y para no perder este año cuota de mercado en un segmento tan competitivo como el de los turismos compactos —el que mayores ventas genera en España—, Renault ha realizado en el Mégane una puesta al día que le permita recuperar presencia y notoriedad a lo largo de este presumiblemente mejorado 2014. Lo hace ya con vistas a dar el relevo posiblemente a lo largo del próximo año al actual modelo con la llegada de la cuarta generación del Mégane, que ya está adjudicada su producción nuevamente  en la planta de Palencia, inmersa ya en preparativos para dar forma a un modelo que estrenará plataforma y sobre la que además fabricará un nuevo modelo de la gama en forma de un todocamino que podría ser el relevo de uno de los modelos que peores resultados ha dado a la marca en los últimos años, el Koleos.

Aunque el Mégane IV será un modelo completamente nuevo, a buen seguro mantendrá los rasgos básicos del nuevo diseño ahora adoptado por el Mégane III, una estética que Renault quiere implantar en toda su gama para potenciar la imagen de marca, con un diseño frontal más homogéneo y expresivo que identifique a simple vista cualquier modelo de la gama como un Renault. Algo que otras muchas marcas llevan ya haciendo desde hace mucho tiempo, y que ahora adopta Renault como argumento que le permita mejorar su imagen, con una mayor presencia del logo de la marca sobre la parrilla realzándolo con un mayor tamaño y situándolo sobre un fondo negro.

Porque el resto del Mégane sigue siendo prácticamente idéntico al modelo que se vendía hasta ahora, aunque con ciertos ajustes en lo que a equipamiento se refiere, simplificando la oferta y añadiendo algunos elementos para ofrecer un mayor equipamiento de serie, e introduciendo algunos motores y combinaciones de motor/cambio que antes no estaba disponible.

La más destacada quizás sea la llegada de la última evolución del más sencillo de los bloques Diésel, el 1,5 litros ahora con 95 CV en lugar de 90, que ofrece además mejores valores de par y consumos más ajustados. Y es que lo que el mercado demanda es precisamente motores económicos en todos los sentidos, tanto a la hora de la compra como luego en el mantenimiento, algo que se ha agudizado en estos últimos años fruto de la crisis. Aun así, el Mégane 1.5 dCi de 95 CV sale al mercado por 19.650 euros, aunque con el descuento oficial de la marca, sin Plan PIVE de por medio, baja hasta 16.650 euros, un precio claramente por encima de los modelos más económicos del segmento —un Kia Cee´d Diesel de 90 CV está disponible desde 14.000 euros—, pero en la línea del resto de los muchos rivales que tratarán esto año de restarle ventas.

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