Rusia y La India se habían metido con sendas misiones en la carrera por conquistar el polo sur de la Luna, una zona hasta ahora inexplorada. De momento, es evidente que el Kremlin ha perdido la competición después de que la empresa espacial estatal rusa comunicara este sábado que había perdido contacto con la nave, y confirmara luego que Luna-25 se había estrellado en el intento de posarse sobre la superficie lunar. La nave espacial no tripulada debía ser la primera en aterrizar en el polo sur de la Luna, pero Vladímir Putin tendrá que esperar para sacar pecho después de la confirmación de este fiasco espacial.
En paralelo, el pasado 14 de julio la India lanzaba la nave Chandrayaan-3 con el objetivo de explorar también el polo sur lunar. Los cálculos de los responsables de la misión, que tuvo un precedente desastroso hace cuatro años, es que la sonda alunice en el lugar previsto este miércoles o, como muy tarde, el día siguiente. De lograrlo, la India se convertirá en el cuarto país que lo consigue tras la propia Rusia, Estados Unidos y China.
El objetivo de la misión india se centra en recabar datos sobre la composición mineral del satélite y la presencia de agua en esa zona completamente desconocida del satélite terrestre.
De la misión de 2008 a la Chandrayaan-3
La Chandrayaan-3 es la tercera misión de exploración lunar de la India, después de que el país lanzase su primera misión espacial a la Luna en 2008, Chandrayaan-1, que nunca llegó a pisar la superficie lunar pese a que orbitó el satélite miles de veces durante varios años.
En 2019, ya con la intención de posarse sobre el polo sur de la Luna, fue lanzada la sonda Chandrayaan-2, pero la misión fracasó al estrellarse debido a problemas técnicos en la reducción de la velocidad al aterrizar. Lo mismo que ahora le ha pasado a una Rusia herida en el orgullo patrio.
