En el último número del excelente magazine cultural 'Jot down', y a cuenta de un reportaje sobre el famosísimo periodista deportivo italiano Gianni Brera, escribe Ton Vilalta una sentencia radical: “Plantear batallas de artillería cuando dispones de dos morteros y una docena de escopetas de perdigones no es de valientes, es de imbéciles”.
Pienso en ella y en las tan heroicas como inútiles gestas que supusieron los enfrentamientos de la caballería polaca con los tanques alemanes en 1939 o de la Brigada Ligera británica con los cañones rusos en Balaclava, 1854, en la previa del FC Barcelona-Rayo. Los madrileños anuncian descaro y heroísmo contra el equipo catalán, ése que algunos agoreros dicen que juega mucho peor que pocos meses atrás.
Yo quizá soy más zoquete, pero sigo viendo a un grupo barcelonista que juega de maravilla en posesión de la pelota y en el que –tal como pide Capello en una reciente entrevista- la mayoría de los jugadores adelantados hace grandes sacrificios defensivos cuando la pierden, lo cual ya garantiza la configuración de un equipo poderosísimo.
Si el trabajo de Tata Martino está siendo mediocre, no me puedo imaginar en qué consiste un desempeño brillante. Pero quizá sea yo mucho más burro que esos iluminados que insisten en que el líder de la Liga y finalista de Copa, además de superviviente en la Champions, juega pobremente.
Tras el 2-0 al descanso y con el citado Tata Martino, siempre mesurado, atacado por algún más que evidente enfado ante la cascada de ocasiones de gol que sus chicos no convierten, los comentaristas de Canal+ piden en ese intervalo que los rayistas no dejen de ser atrevidos en su planteamiento, que insistan en su propuesta, vaya, que sean incluso más polacos y británicos que aquellos heroicos jinetes.
Pienso yo que esos comentaristas han de estar más allá. Deben de ser admiradores de los samuráis suicidas, de los pilotos kamikaze. Japón les atrae más que Polonia o el Reino Unido. Y los rayistas parecen haberles oído. Cuarenta y cinco minutos después de su retorno al césped, el tanteador ha crecido hasta un 6-0 que pudo haber sido incluso mayor.
Si en la primera parte habían sido tan atrevidos como prometían, en la segunda se superaron. Mientras los jugadores atrasados del poderosísimo Barça seguían sin descuidar las vigilancias defensivas, las coberturas, las marcas, y los Iniesta, Pedro y Alexis no cejaban en la presión y los repliegues, tal como pedía Capello (y muy probablemente el propio Tata), los madrileños se lanzaron “con todo” arriba y en muchas ocasiones desprecian el retorno y las vigilancias: 6-0.
Este lunes, muchos periodistas (y no periodistas) seguirán hablando y escribiendo maravillas del Rayo Vallecano, del Betis, del Málaga… Como Kipling acerca de la carga de la Brigada Ligera. Pero la cosa es que esos equipos están más cerca de la Segunda que de mantenerse en Primera. Mucho más cerca. Decía Rafa Benítez semanas atrás que...