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Opinión

Así ha sido el mes más despiadado

Los motivos de fondo para el miedo al futuro (principal motivo por el que bajan las bolsas) no parece que vayan a cambiar pronto

Os equivocáis, ¡será de nuevo la deuda privada!
Wall Street

Ya avisamos hace un mes que septiembre es el mes más cruel, y no sólo porque suele significar el fin de las vacaciones. Comentamos que la estadística es muy clara y determina que las posibilidades de un mal comportamiento en las bolsas en el noveno mes del año son más altas que en los otros once. Y en un 2022 en el que, desde los máximos históricos de Wall Street de enero, la tendencia ha sido claramente bajista, no ha variado esta pauta estacional. Más allá de ese dato, hay razones para que el dinero tenga miedo de estar invertido en activos de riesgo. Si en agosto la volatilidad fue máxima, e incluso a mediados de mes podía parecer que cambiaba la tendencia, en septiembre la desbandada ha sido muy evidente con mínimos anuales en muchos índices. Los motivos no son nuevos, simplemente se ha extremado un poco más el resultado de tantas dudas acerca de la evolución de la economía.

Los argumentos para reducir exposición al riesgo son variados: el empeoramiento de las previsiones de crecimiento, la persistente alta inflación y el endurecimiento de las políticas de los bancos centrales pueden ser las principales. Pero yo tampoco me olvidaría de la necesidad de un ajuste ante unas valoraciones irreales del precio de muchos activos. No olvidemos que hasta hace unos meses era “normal” que se emitiera deuda en negativo (es decir, cobrando intereses al que se la quedara, ¿cómo pudimos normalizar eso?) o que miles de criptomonedas (no sólo el bitcoin) cotizaran a los precios a los que lo hacían hace apenas once meses (en paralelo a ventas de activos virtuales a precios millonarios). En cuanto a la bolsa, es cierto que el inversor en mercado nacional no tiene la sensación de haber vivido una gran burbuja porque el Ibex ha estado bastante contenido, pero Wall Street llevaba años claramente burbujeado.

La principal consecuencia es que se ha agudizado la debilidad del euro, y con ella ha aumentado el coste de todo lo que importamos en dólares; es decir, importamos inflación

El exceso de liquidez que generó todas esas burbujas llevó a que, por ejemplo, el Euribor a 12 meses, tan importante para muchos hipotecados a tipo variable, estuviera al -0,50% en enero cuando en septiembre la media mensual supera con claridad el +2%. Otro ejemplo más de cómo las malas políticas de los bancos centrales afectan a todos, no sólo a los inversores. Tras años en los que los gobiernos aplaudían a los bancos centrales porque gracias a ellos podían financiar muy baratos los déficits presupuestarios (¿para qué ajustar ingresos con gastos si se podía colocar deuda con tanta facilidad y tan poco coste?) ahora están enfrentados: unos siguen queriendo políticas expansivas que les ayuden a no perder votos con la crisis que viene mientras los otros se han dado cuenta del inmenso error cometido y de la necesidad de enfriar la economía para frenar el ascenso de los precios. Sin embargo, hay una gran diferencia entre la Fed y el BCE: mientras la Reserva Federal estadounidense ha sido ágil, lleva muchos meses subiendo los tipos de interés y ya está reduciendo su balance, el BCE se niega a hacer lo segundo por temor a un repunte de las primas de riesgo. La principal consecuencia es que se ha agudizado la debilidad del euro, y con ella ha aumentado el coste de todo lo que importamos en dólares; es decir, importamos inflación.

Tres sucesos políticos destaco en septiembre: la victoria de una coalición de derechas en Italia, la presentación de un programa económico de corte liberal en Reino Unido y la reacción de Putin a los reveses militares. El primero creo que tiene escasa importancia para los mercados financieros, al menos hasta saber los nombres del equipo económico que formará Giorgia Meloni. No hay que olvidar que el presidente del país tiene capacidad de veto sobre los ministros, y ya lo ejerció en 2018 cuando Mateo Salvini quiso imponer un ministro de Economía “euroescéptico”. En cuanto a las medidas anunciadas por la nueva primera ministra británica, Liz Truss, es cierto que parecen demasiado radicales dada la situación actual y los altos niveles de deuda. Sin embargo, resulta curioso que a un programa de rebaja de impuestos se le denomine irresponsable y no se aplique el mismo epíteto a los gobiernos que disparan el gasto público, ¿por qué recaudar menos dejando el dinero en los bolsillos de la gente es peor que gastar más si la incidencia en el déficit es la misma? Y con lo primero es evidente que se alivia de alguna manera la economía de las familias, tan afectadas por la inflación.

Rusia ya tiene la excusa oficial para anexionarse una parte de otro país, y dudo mucho que tras ello pueda haber una vuelta atrás negociada

En cuanto a Putin, me parece muy grave tanto que aumente sus efectivos en Ucrania como, sobre todo, los referéndums que realizó en los territorios ocupados. A pesar de que nadie los reconoce, Rusia ya tiene la excusa oficial para anexionarse una parte de otro país, y dudo mucho que tras ello pueda haber una vuelta atrás negociada. Si quedarse con Crimea se asemeja mucho a lo que hizo Hitler con Austria en 1938, lo que está haciendo con el este de Ucrania es muy similar a lo que el líder nazi realizó pocos meses después con las Sudetes, pertenecientes a Checoslovaquia. Entonces los líderes europeos permitieron que ocurriera, y ahora muchos quieren hacer lo mismo con Putin debido al coste económico que estamos asumiendo. Tanto por ética como por conveniencia a medio plazo, deberíamos vencer esa tentación.

Volviendo a los mercados, y aunque octubre tiene muy mala fama, ahora empezamos, según la estadística, el mejor trimestre bursátil. Es cierto que hay pocos motivos para el optimismo pero es razonable pensar que la crueldad de septiembre pueda suavizarse y pueda haber rebotes dentro de la tendencia bajista. Hay quien cree que hay que estar siempre invertido, los menos creemos que es mejor comprar en situaciones de extremo pesimismo y/o pánico de los demás. No obstante, los motivos de fondo para el miedo al futuro (principal motivo por el que bajan las bolsas) no parece que vayan a cambiar pronto: seguirán las subidas de tipos, seguirá muy complicada la geopolítica y seguirán muy altos los precios. Y por desgracia, los principales dirigentes políticos y económicos que nos han traído hasta aquí, ahí siguen.

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  • M
    Miramelindo

    Es muy sensato lo que publica hoy y sobretodo lo del endeudamiento. LLevamos 20 años endeudándonos a un ritmo enorme y nadie pone el foco en ello, unos años que ni siquiera han servido para mejorar el PIB ni para corregir y acometer las reformas estructurales del pais, sino aumentando el tamaño del estado. Y nadie dice nada mientras nos quitan el dinero sin rubor.