Canal Sur TV, la cadena pública de los andaluces volvió estas semanas, por distintas razones, a acaparar la atención de la opinión pública. Lo último y más llamativo fue lo ocurrido durante la jornada de huelga del 8 de marzo pasado, con largos fundidos a negro y sin emisión de continuidad durante todo el día. Fue llamativo ver uno de los tres canales públicos, el dedicado a la traducción por signos y que replica la señal del canal 1, en negro y con la traductora de turno en pantalla, inmóvil todo el tiempo, solo parpadeando.
Nunca, en las tres décadas de vida de Canal Sur TV, se había notado tanto una huelga en sus emisiones. Habría que retrotraerse a la del 14-N de 2012 en la que los espectadores se sorprendieron a las doce de la noche con un pantallazo a negro y un texto del Comité Intercentros de Canal Sur. Para la Junta aquella huelga no estuvo bien vista, aunque lo sucedido en Canal Sur fue, más o menos, lo mismo que había ocurrido ese día en el resto de televisiones públicas. Un mes después de aquella huelga general contra Zapatero, Rajoy ganaba las elecciones.
Ciudadanos y Podemos no han obtenido el menor éxito en su intento de desbloquear la situación de larga interinidad que padece la RTVA"
Este 8 de marzo, en ‘la nuestra’ solo se atendió, con los servicios mínimos establecidos, la actualidad informativa generada por la reivindicación de las mujeres ese día histórico. Un éxito, sin duda, el seguimiento del paro en los centros de la radio y la televisión andaluzas. Otra cosa distinta es el debate abierto sobre si es correcto o no irse a negro en una televisión, dejar de ser un medio de comunicación, al que, por otra parte, es posible mantener con “vida” solo con máquinas programadas.
Es una obviedad decir a estas alturas que la RTVA y lo que de ella cuelga -inyección de más de cuatrocientos millones de la Junta en tres años-, es considerado el principal instrumento propagandístico al servicio del gobierno de Susana Díaz y del PSOE andaluz. Al PP, por no dar la vara en el consejo, les dan las migajas concentradas últimamente en una jartible y semanal presencia de su líder Bonilla en pantalla.
En "Verde blanca y verde", no se debate en clave andaluza
Sumándose a los fastos del último Día de Andalucía la tele pública presentó una nueva y prometedora gran superproducción con un título que habla por sí solo, “Verde blanca y verde”. Presentado por el periodista jerezano Paco Lobatón –que compatibiliza Canal Sur con Desaparecidos en La 1–, fue anunciado como un espacio de encuentro, reflexión y debate, de dos horas y media de duración e integrado por diversos formatos para amenizarlo, siendo una encuesta el ingrediente más novedoso. Como copresentadora ejerce la joven periodista malagueña Laura Lago.
Al saberse que la RTVA iba a pagar 43.000 euros semanales por el nuevo producto televisivo, aumentó el interés por conocer el resultado final. Los dos primeros programas emitidos han dado pista orientativa sobre la línea que se pretende seguir en este supuesto foro de debate, pensado más “desde” Andalucía que “sobre” Andalucía. Porque la ausencia de un debate real en clave andaluza es lo que más llama la atención en un programa, por otra parte, de magnífica factura estética y periodística en su conjunto, que no desentonaría en ninguna otra cadena de ámbito estatal.
Está claro que a Susana Díaz y al PSOE-A no les interesa que se debatan en vivo y en directo los problemas reales de los andaluces, con sus protagonistas, las preocupaciones que el Egopa de invierno sitúa en este orden de importancia en su último sondeo: “El desempleo, la corrupción, la sanidad, la política, la educación y enseñanza, la marcha de la economía y la desigualdad social”. La lista sigue con siete preocupaciones más; temática no les iba a faltar.
Para que no dé la vara en el consejo, al PP se le reparten las migajas, concentradas últimamente en una ‘jartible’ presencia de su líder Bonilla en pantalla"
Visto lo visto en los dos primeros programas es difícil imaginar, a propósito de la Sanidad, que uno de los invitados al programa el médico granadino Jesús Candel, más conocido como Spiriman, dispuesto a debatir con quien proceda todas aquellas cuestiones, algunas muy graves, que a diario denuncia en las redes sociales con el aplauso de miles de usuarios. O ver en el plató a esa media docena larga de personas, funcionarios públicos la mayoría, denunciantes ante la Justicia de casos de corrupción en la administración pública andaluza,– entre ellos el llamado ‘Cártel del fuego’,– para que cuenten públicamente las persecuciones y calvarios que padecen por haber dado el paso de denunciar. Pero no, ese periodismo no parece que interese políticamente, de la misma forma que a la audiencia tampoco parece tragarse los dulzones bombones semanales de telesusana, a 43.000 euros la preciosa cajita.
La audiencia no responde
Lunes día 5, segundo programa: “Verde blanca y verde” obtuvo el 3,9% de la audiencia televisiva en Andalucía, 120.000 espectadores. Ese día la media de audiencia en el conjunto de la cadena fue del 8,8%. Al día siguiente, María del Monte y la copla, en la misma franja, obtuvo un 12% y 340.000 espectadores.
Con estos pobres datos de arranque a muchos les recuerda el último intento televisivo de Carlos Herrera hace unos meses en La 1 y que finalmente fue suspendido tras la escasa audiencia obtenida.
Firma la producción de este programa una poco conocida productora malagueña, que se presenta como joven y dinámica, de nombre Uncía Producciones. Fuentes del sector apuntan a que podrían existir conexiones de la misma con algunas de las denominadas productoras ‘pata negra’, las que mejores contratos mantienen históricamente con la RTVA, muy bien conectadas siempre con el poder socialista.
Ciudadanos y Podemos intentan desbloquear la situación de larga interinidad de años que padece la RTVA sin demasiado éxito. A raíz de la ‘revolución Gavela’ en la SER en las últimas semanas, en la cabeza de algunos socialistas con vara de mando, se baraja el nombre del periodista gaditano Antonio Hernández Rodicio como una especie de mirlo blanco con el que les gustaría contar para liderar la necesaria renovación en la RTVA, pero en esa cuestión el PSOE necesita un amplio consenso parlamentario, parece que inviable en lo que llevamos de una legislatura que algunos creen que concluirá en noviembre.