Dos semanas después de la Dana que arrasó Valencia, convirtiéndose en la mayor catástrofe natural y humana en este país, miles de niños pueden volver a su tan ansiada ‘normalidad’ sin ser nada normal. Cuando la vida les ha cambiado, golpeado con tanta dureza, pueden volver a sus aulas, a reencontrarse con sus compañeros de clase, sus amigos, sus profesores, su entorno más preciado junto a la familia porque esa es la vida fundamental sobre las que se construyen nuestros pequeños sobre la base de la familia y la escuela. Quienes no podrán asistir a esta vuelta a las aulas tan esperado son Rubén e Izan, los niños desaparecidos que fueron encontrados la semana pasada después de que, el fatídico 29 de octubre, su padre no pudiera agarrarles mientras veía cómo la tromba de agua los arrastraba sin poder hacer nada para salvarlos. La madre también murió. Esa es la cruda realidad de los valencianos, historia tras historia, drama tras drama. Quien los tenía que proteger, el presidente de la Comunidad Autónoma carece del conocimiento o de la capacidad para estar a la altura de las circunstancias. En su discurso de dos horas en las Cortes valencianas para justificar su actuación ante el drama, lo único acertado por respeto a todos los que están sufriendo fue llevar una corbata negra. Ese fue el único acierto de Mazón.
Reconocer los errores
Sobran las palabras, faltaron los gestos, la empatía, el pensar –sin sensacionalismos, porque la realidad es suficientemente horrorosa- en esos pequeños ahogados, en Rubén e Izan de solo 3 y 5 años. Porque estoy convencida de que, con solo pensar en las víctimas mortales, en los más de 200 muertos (217 en el momento de escribir este artículo) en los desaparecidos (14), en los miles de ciudadanos que se han quedado sin sus casas, sin los recuerdos de sus vidas, sin sus negocios, con lo puesto sin nada, si por un momento hubiese pensado en ellos, hubiese reconocido errores –sin culpar a nadie, cada uno sabe en lo que ha fallado- hubiese puesto su cargo a disposición porque no se puede responsabilizar de la reconstrucción de las vidas de los valencianos si antes no se ha responsabilizado de la gestión y prevención del drama que están viviendo sus vecinos, los ciudadanos que confiaron en él. No digo con esto que sólo haya fallado Mazón, no. Algo más falló para que haya pasado lo que ha pasado, pero solo si se reconocen y asumen los errores se puede avanzar con acierto.
La actitud de la Reina Letizia
Mazón es un problema en estos momentos para Feijóo. A mí me dan igual los colores de los políticos que nos representan, lo que me importa es la gestión, la explicación de la gestión, los hechos, y lo que no se puede salir en un discurso de más de dos horas a defender lo que no tiene defensa alguna. Si reconociera errores no habrían salido miles de valencianos a la calle pidiendo la dimisión. Además de una pésima gestión, una pésima capacidad oratoria, pésima empatía y reconocimiento del daño causado. Saber estar a la altura es lo que hizo la reina Letizia, unas semanas atrás, cuando le tiraron barro y supo entender las emociones de indignación de los ciudadanos, decirle a una mujer –sin ella tener nada que ver ni en la tragedia, ni en la gestión-: ‘Lo siento, lo siento, lo siento’. Pues bien, a Mazón le han faltado muchas cosas, pero también muchos ‘lo siento’. Reconocer errores y responsabilizarte nos hace mejores personas, mejores líderes, mejores gestores por la carencia de todo ello pienso que el único acierto de Mazón es comparecer en el Parlamento frente a los que han sobrevivido a la catástrofe con la corbata negra. Dudo que Feijoó al frente de Galicia hubiera hecho tal gestión.
Las explicaciones del jefe de la UME
Unos diez mil efectivos militares se desplazaron a las zonas afectadas y 8.500 de ellos siguen trabajando sobre el terreno, aseguraba el sábado el jefe de la UME, el general Javier Marcos, quien mostró imágenes de los primeros militares que llegaron a la zona el dramático día 29, ese primer contingente que salió de su base pasadas las tres de la tarde y tardó un par de horas en llegar y para avanzar con enormes dificultades a las seis, con una tromba de agua a la altura de Chiva. De los tres contingentes desplegados en un primer momento, formados por 96 personas, solo pudieron llegar 56, que comienzan labores de rescate con vehículos que hacen frente a la riada. Cargados con lanchas para el rescate. Los 500 militares que pedía Mazón el día 30 se quedaban cortos.
El jefe de la UME mostró las imágenes de las afectaciones, a las 18:00,horas, para desmentir determinadas afirmaciones de estos días. Tampoco con los que rescatan los políticos han sabido estar a la altura. Criticar a los organismos que deben facilitar la información para actuar tampoco me parece el método a seguir más inteligente. Falta saber al detalle todo lo que ha fallado por parte de todas las administraciones, de todos los que estaban al frente de ellas. Falta depurar responsabilidades porque poco pueden confiar los ciudadanos que han vivido este drama en que quienes estaba al frente durante la catástrofe puedan gestionar la reconstrucción de sus vidas. La sociedad, los voluntarios, ha demostrado de nuevo este fin de semana de lo que somos como país, de nuestros valores, de la solidaridad, la entrega. Los niños fallecidos se merecen adultos responsables, gestores efectivos a los que les confiamos literalmente nuestras vidas. Esto también supone un antes y un después en la vida política de este país
carla
18/11/2024 03:21
Antes de escribir, deberias de informarte un poco, porque la madre de los pequeños Ruben e Izan, no murio. Hay que ser un poquito mas rigurosa