No escarmienta. Mira que se lo ha dicho veces, pero nada, no hay forma, la curiosidad siempre le puede. Se lo dice todos los días Francesc, un palaciego bien mandado al que rara vez le salen bien las cosas, pero ahí sigue. Al pobrecillo si em punxen no em surt sang. Se lo ha dicho cienes y cienes de veces: Mira jefe, estás en un punto de tu carrera en el que has de seleccionar muy bien lo que escuchas y ves. Lo que lees da lo mismo, ya lo hacen otros por ti. Por cierto, que tengo que darte una lista de libros que supuestamente estarías leyendo estos días de la Feria del Libro. No te olvides, por favor de memorizar títulos, nombres de los autores y argumentos, no la vayamos a liar.
-Deja de decir chorradas y procura que no esté en la mesa de los periódicos los que traigan el gráfico en colores de los sitios donde hemos perdido y donde hemos ganado…Anoche Cerdán me dijo que no era cierto que sólo hubiéramos ganado en tres sitios, mira por donde, me lo creí. Hoy se ve que a todas las radios les ha dado por quitar la razón a Santos…
Libertad de expresión
El distinguido fámulo sigue dando consejos a su jefe, que esta mañana anda un poco triste, algo tocado. Pasa de recomendaciones, y sigue escuchando casi en secreto una cadena de emisoras que rara vez le da la razón, pero que algunas veces la tiene, y por eso le pone, le pone mucho. Escucha la emisión con el volumen bajo para evitar que su mujer se la monte siempre que lo pilla haciendo lo que no debe en el baño. Un tertuliano, con el que un día querría tomar un café para preguntarle eso de ¿por qué me odias tanto?, acaba de informar sobre una viñeta en la que aparece dibujado un hombre que se parece a él y al que el humorista le llama “el Hombre Lodo”.
-Estos cabrones. Estos hijos de puta, pero qué se habrán creído. Que sigan con la mierda esa de que la libertad de expresión es eso…
Luego, se detiene un instante, mira al espejo. En la mano derecha tiene una cuchilla de afeitar y en la izquierda una crema para jetas especiales. Antes de empezar, pulsa el botón para hablar con Francesc: Oye, un tipo, aunque sea humorista, me puede llamar hombre lodo sin que tú no hagas nada. -A ver, no sé, de que me hablas. -Pero coño, tengo que hacer yo los resúmenes de las putas radios de los cojones. En ese momento, el jefe interrumpe bruscamente la conversación, síntoma cierto de que el cabreo está en plena fase expansiva.
Lo mejor, piensa mientras empieza a afeitarse, es cambiar a la emisora que no le produce urticaria matinal…Sabe, porque lo sabe, que es aburrida, tan tediosa como tener a alguien a tu lado que siempre te da la razón. Una voz de mujer califica de “ostión” el fracaso de su esponsorizada Yolanda Díaz.
Empate con los votos de ese Alvise
-Sí, esa es la palabra, no una ostia, un ostión de libro. Así no podemos seguir porque esto no suma, no salen las cuentas. Esta mujer no para de dar besos y hacer carantoñas a todo con el que se cruce por su camino, pero cada vez tiene menos votos. Menuda lista la Yoli, le dice al espejo, que le devuelve su imagen de hombre mosqueado: Ha mandado a la mierda a toda la derecha y ahora resulta que es ella la que está en ella, casi con los mismos votos del loco ese de Se acabó la fiesta. La voz de la radio amiga habla con alguien en el estudio, sorprendida porque el nombre del partido fascista es tan extraño como el de su creador. Alvise, Alvise, pronuncia ensimismado el Hombre Lodo, cuando desde el estudio aseguran que ese nombre significa “famoso en la batalla”. Deja la maquinilla en la encimera, y en voz alta le dice al espejo: Pero ese soy yo, el que gana todas las batallas sin ganar las elecciones soy yo. Yo, yo y sólo yo.
-Pues resulta, siguen diciendo en la radio, que estamos intentando comunicar con los dos eurodiputados que van a acompañar al tal Alvise y no hay forma de dar con ellos. Nadie sabe nada, ni de sus vidas, ni dónde viven, ni a que se dedicaban antes de ser electos. -Y qué más dan los nombres, piensa mientras se va quitando el jabón del rostro. ¿Es que alguien de los que están ahí saben bien quiénes son los que he puesto yo o ha puesto Alberto? Pamplinas.
(Suena el teléfono del baño)
Señor presidente, le paso a don José Félix Tezanos.
-Buenos días, José Félix. (Silencio). ¿Qué tiene que pasar para que aciertes de una puta vez, macho? Se te va la mano con nosotros por arriba, y se te va por abajo con el PP.
-Es lo que dijiste…
-Ya, pero no todo lo que digo son órdenes. (Silencioprolongado). Y además esto del Alvise también te lo dije. No les des posibilidad de que saque más de un escañó que la jodemos. Jodidos estamos. Empieza a pensar como bajas los humos de Vox y deje de sumar mayoría con el PP, eso es lo prioritario…
-La culpa es Teresa Ribera, muy blandita y sin arte para esto. Manos mal que la del PP no le va a la zaga. ¡Pero si ayer, en la televisión con el conteo finalizado, se inventó que teníamos un escaño más! ¿Puedes creerlo? Y lo del 'No pasarán', 'otra gilipollez. Por cierto, quiero decirte algo: Has hecho bien en felicitar a Feijóo, ya te dije que lo tuviste que hacer en las tres anteriores elecciones que te ganó…
-Ya estamos nombrando a la bicha…
En este momento interrumpe bruscamente la comunicación y decidide terminar sus abluciones matinales. Mientras se pone la camisa, la radio que escucha como si fuera la Pirenaica en tiempos de Franco, está diciendo que no hay forma de entender la razón por la que un organismo público haga encuestas políticas que sólo aprovecha el que manda. Bah, chorradas, piensa. Ahora, un tertuliano al que conoce bien, pero sólo de oídas, porque se pasa el día haciendo preguntas de auténtico hijo de puta, cuenta la viñeta en la que sale él con el título de Hombre Lodo. Divertidísima y certera, remata el cabrón.
A tomar por culo, dice en voz alta. Apaga el aparato y se dispone a pedir el primer café de la mañana, lejos de la mesa en la que Francesc le ha seleccionado las noticias que un demiurgo como él debe leer antes de poner en funcionamiento la máquina del lodo.
-Hijodeputa el humorista…Con que el Hombre Lodo!!! ¡Francesc! Francesc! ¡Ven aquí inmediatamente! ¡Has visto viñeta de los cojones ya! ¡Pero qué radios escucháis!
