Opinión

El prodigioso auto del Supremo contra el procés

El auto condensa brillantes argumentos jurídicos y verdades como puños frente a la manipulación, las mentiras y los intereses políticos de Sánchez y sus socios, delincuentes incluidos

Sede del Tribunal Supremo en Madrid.
Sede del Tribunal Supremo en Madrid. Europa Press

Hemos tenido la ocasión de conocer, leer y, en mi caso, degustar párrafo a párrafo el prodigioso auto y obra maestra jurídica elaborado por la Sala Penal del Tribunal Supremo a través del cual recurre la Ley de Amnistía ante el Tribunal Constitucional. Además de ser jurídicamente impecable, el auto se entiende perfectamente, que es lo que deben conseguir las cosas que se escriban, especialmente si estas afectan a nuestro Estado de Derecho y a la democracia misma. De este modo, los ciudadanos comprenden de qué se habla y cuáles son los argumentos que se exponen y, como en este caso, podemos conocer qué altas cotas de degradación democrática alcanzaron los ideólogos de la vergonzosa Ley de Amnistía pactada y redactada por el PSOE con los delincuentes que quiso amnistiar para que estos, con sus votos, mantuvieran a Pedro Sánchez un tiempo más en la Moncloa.

El auto es canela fina y concluye lo que ya sabíamos: el proceso independentista catalán fue un intento de "golpe de Estado" y la Ley de Amnistía es inconstitucional, al conceder a determinados políticos que delinquieron gravemente contra el Estado de Derecho un trato diferenciado del dispensado a los restantes ciudadanos españoles; es decir, que los políticos que delinquieron fueron tratados mejor que el resto por razones políticas e ideológicas; o sea, por ser vos quien sois y disponer de los votos que Sánchez necesitaba. Y es que la Ley de Amnistía, nos confirma el auto, colisiona con varios derechos constitucionales y, en concreto, hace trizas el derecho a la igualdad ante la ley. En el fondo, el auto del TS dice lo mismo que decía el PSOE hasta que necesitó los votos de los golpistas catalanes: que tal cosa era inconstitucional, improcedente e inmoral, como bien saben ellos y sus palmeros. Después comenzó a decir (y a hacer) justo lo contrario.

El auto, para enmarcarlo y guardarlo como oro en paño, afirma que la Ley de Amnistía se presenta como una "suerte de amnistía permanente revisable" que "repugna el derecho constitucional a la igualdad ante la ley" y altera las "bases de la convivencia democrática". Y en cuanto a las "razones" aducidas para justificar su aprobación y otorgar un tratamiento especial a quienes cometieron los delitos de sedición, malversación o corrupción, las considera "arbitrarias"; o sea, que no hubo más razón que el interés del PSOE en que Sánchez siguiera siendo presidente del Gobierno de España, razón primera y última del engendro, como el propio PSOE sabe.

Mientras el común de los mortales debemos respetar la ley y pagar religiosamente los impuestos que nos corresponden, los líderes del proceso independentista están exentos

Y aporta ejemplos para que a nadie se le escape de qué estamos hablando: si los amnistiados hubieran delinquido para "defender la libre determinación del Sáhara o luchar contra los desahucios", no habrían sido amnistiados y "deberían cumplir sus penas" como cualquiera de nosotros. Solo que nosotros no vamos quemando comisarías para lograr nuestros objetivos políticos. Porque todos somos iguales ante la ley pero unos más iguales que otros: y mientras el común de los mortales debemos respetar la ley y pagar religiosamente los impuestos que nos corresponden, los líderes del proceso independentista están exentos. Y lo están por tener una determinada opinión política, actuar violentamente por unas determinadas razones y disponer de los votos que le faltaban a Sánchez. La Ley de Amnistía, en fin, no es otra cosa que un beneficio "grosero" a los golpistas, que no solo no se arrepienten sino que amenazan con volver a hacerlo. Y no solo no piden perdón sino que somos los que hemos respetado la ley los que terminamos haciéndolo, en una humillación colectiva degradante.

El PSOE pretendió vendernos la idea de que la Ley de Amnistía pretendía devolver a la política el conflicto catalán, como si no lo estuviera hasta que los golpistas se saltaron la ley y lo llevaron a los Tribunales. Y en cuanto a la convivencia democrática, el Tribunal Supremo cree que "la mera condonación de sus delitos en nada podría contribuir, por sí misma, a ella", esa misma convivencia democrática que precisamente su conducta "trató y trata de impedir". Porque lo que garantiza la convivencia democrática es el cumplimiento de la ley y lo que la rompe es permitir que se vulnere impunemente. La democracia consiste en entender que puedes defender las ideas que consideres (siempre que sean respetuosas con los derechos humanos), y, sin embargo, quizás no puedas convertirlas en mayoritarias. Y que las minorías deben ser respetadas y no recibir trato discriminatorio, pero tampoco privilegiado. El auto del Tribunal Supremo explica lo fácil que puede recuperarse la convivencia: basta con que los golpistas descarten el uso de la violencia y se avengan "a respetar sus reglas básicas". Sin embargo, no solo no se comprometen a respetar la Constitución Española sino que prometen volver a saltársela.

Ofende, afirma, que se diga que la Ley de Amnistía se justifica en la desafección de los independentistas hacia las instituciones, dado que tal cosa está en su propia naturaleza y ya estaban desafectos antes

Si aspiras a ser impune a los delitos, necesitarás una "cierta representatividad electoral", reflexiona el Supremo, y para que no haya dudas, sentencia: "La aplicación de la ley penal solo será entonces segura para los tontos y para los pobres". O sea, la justicia estamental de la Edad Media para modernizar y regenerar la España del siglo XXI. Y ofende, afirma, que se diga que la Ley de Amnistía se justifica en la desafección de los independentistas hacia las instituciones, dado que tal cosa está en su propia naturaleza y ya estaban desafectos antes; es la histórica persistencia absurda de acomodar a los que se sienten incómodos o de saciar a los insaciables: hambre para hoy y más hambre para mañana. Y se pregunta inteligentemente si los demócratas conservarán su afección por las instituciones cuando comprueben que quienes se saltaron la ley resultan beneficiados por la amnistía.

Una oda a la democracia

El TS termina reconocimiento que su criterio puede no resultar decisivo, puesto que es al Tribunal Constitucional a quien corresponde dirimir la cuestión. Sea lo que sea lo que decida el TC de Conde-Pumpido (y podemos suponerlo), el auto del TS condensa brillantes argumentos jurídicos y verdades como puños frente a la manipulación, las mentiras y los intereses políticos de Sánchez y sus socios, delincuentes incluidos. Es una oda a la democracia y al Estado de Derecho. Un texto para nuestros estudiantes de Ciencias Políticas y hasta para nuestros adolescentes; para incluirlo en la asignatura de Educación para la Ciudadanía.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • L
    Luzmasluz

    ¿Acaso está el PSOE por medio...? Pues no se hable más: cualquier cosa, cualquiera, es posible... no pertenece a esta "civilización"...

  • E
    EDDDO

    diga que ha sido de Guillermito del Valle,

  • T
    trshjpn

    Pedro el inescindible, además de tomarnos el pelo, nos escinde a la mitad de los españoles y levanta el muro con tal de compaginar su papel de esposo y de inquilino de La Moncloaca. La institución del indulto supone el perdón de la pena y causa la extinción de la responsabilidad penal, pero exige por parte del delincuente el reconocimiento del delito y pedir perdón. Sin embargo, la amnistía equivale a pedir perdón a los delincuentes por el delito por el que supuestamente debieron pedir perdón y anula su delito.

  • G
    Grossman

    El problema es que el TC es un tribunal de garantías sanchistas.

    Mi interrogante es donde están los limites del TC, que pasa cuando los magistrados del TC se saltan la Constitución.

    Es curioso porque creo que ahora están 7 a 5, ganan los sanchista frente a los que defienden la Constitución pero todo el mundo decía que la amnistía era inconstitucional, incluidos los sanchistas, así que se puede dar la paradoja de que haya magistrados que declararon esa inconstitucionalidad y ahora digan lo contrario.

    PREVARICANDO QUE ES GERUNDIO.

    • J
      Juanmanuelito

      El TC, al menos el saliente, es un ejemplo de cómo se puede manipular descaradamente un texto constitucional. No resulta fácil aceptar que la mayoría de miembros estén tan deficientes en comprensión lectora y Gramática Española.
      Más detalles en el el blog "quenoyqueno" y buscar la entrada:
      MUCHO DERECHO Y POCA GRAMÁTICA.

      Gracias si lo visita.

  • N
    Norne Gaest

    El "prodigioso auto del Supremo" (en realidad, obviedades), a Pumpido y su banda de togas progresistas se la refanfinfla. Si sabrán ellos de que va la cosa... La delincuencia política es mala e interesada, pero no tonta o iletrada. Y como además no tiene mala conciencia, pues se lo pasarán por donde siempre.

  • L
    Lareforma2024

    ¿Por qué se llama Tribunal Supremo?.
    (2ª acepción de la RAE de SUPREMO : Que no tiene superior en su línea).

    • J
      Juanmanuelito

      Desconozco si en la carrera de Derecho se cursa la asignatura Lengua y Española. Me temo que no. Por eso se ven interpretaciones muy raras de textos constitucionales por parte del TC.
      Para más detalles, invito a visitar el blog "quenoyqueno", mantenido por cuatro jubilados, y buscar la entrada:
      MUCHO DERECHO Y POCA GRAMÁTICA.

      Gracias

  • V
    vallecas

    ¡Canela fina¡, ¡Oro en paño¡ ¡Oda a la Democracia¡¡
    Para terminar diciendo que lo que vale es lo que diga el T. Constitucional.

    "La operación de trasplante de riñón un éxito absoluto pero el paciente muerto" (complicaciones inesperadas).

  • R
    RAFA PEREZ

    El PSOE, pasito a pasito, ha ido destruyendo el Estado de derecho. Ni cumple la ley, ni la hace cumplir, obligación ineludible para un Gobierno.
    La consecuencia es clara, sin ordenamiento jurídico efectivos, desaparece la igualdad y se llega a la destrucción de España como estado social, democrático y de derecho.
    El PSOE negocia todo, hasta el cumplimiento de la ley, lo peor es que lo hace al servicio de una ambición personal de Pedro Sánchez y un buen número de apesebrados.
    Romper esta dinámica precisa de la revolución y/o rebelión contundente del resto de las comunidades autónomas, en base al principio de igualdad entre los españoles.

  • R
    RAFA PEREZ

    El PSOE, pasito a pasito, ha ido destruyendo el Estado de derecho. Ni cumple la ley, ni la hace cumplir, obligación ineludible para un Gobierno.
    La consecuencia es clara, sin ordenamiento jurídico efectivos, desaparece la igualdad y se llega a la destrucción de España como estado social, democrático y de derecho.
    El PSOE negocia todo, hasta el cumplimiento de la ley, lo peor es que lo hace al servicio de una ambición personal de Pedro Sánchez y un buen número de apesebrados.
    Romper esta dinámica precisa de la revolución contundente del resto de las comunidades autónomas, en base al principio de igualdad entre los españoles.