Opinión

Israel, Irán o cómo todo lo malo puede empeorar

El Líbano es extremadamente peligroso para el ejército israelí. Se han atascado allí varias veces y siempre han tenido que salir después de lamentar numerosas bajas

Imagen de Beirut tras un ataque aéreo israelí, el pasado 28 de septiembre
Imagen de Beirut tras un ataque aéreo israelí, el pasado 28 de septiembre Marwan Naamani / dpa

Las cosas en Oriente Próximo estaban mal y se están poniendo peor. Este martes Irán disparó una gigantesca andanada de casi 200 misiles balísticos (181 exactamente) contra Israel. En su mayoría fueron derribados o no alcanzaron sus objetivos. Esto pone al rojo vivo el conflicto que ahora depende de si Israel decide tomar represalias y de cómo lo hace. El ataque se desarrolló a última hora de la tarde cuando en Israel ya había anochecido y no se concentró en un lugar concreto. El ataque fue sobre todo el país poniendo especial atención en las grandes concentraciones urbanas como Tel Aviv, Jerusalén, Ashdod o Haifa. Podemos, por lo tanto, hablar de un ataque indiscriminado y dirigido contra población civil.

Por suerte los israelíes están bien protegidos gracias al Iron Dome, la cúpula de hierro que se activa tan pronto como los radares detectan un proyectil en el aire. El sistema, que costó una fortuna construir y que sigue costando una fortuna mantener en funcionamiento es rápido y preciso. Una vez localizada la amenaza, el radar transfiere esa información a unas baterías antiaéreas que la neutralizan antes de que los misiles toquen tierra. No es infalible, pero sí muy efectivo, especialmente si se combina con defensa aérea.

Eso no quita para que, en el caso de que el ataque sea masivo como sucedió el martes o como ya ocurrió el pasado 13 de abril, la población tenga que refugiarse y bramen las sirenas antiaéreas por todo el país. Ese es un sonido con el que en las zonas fronterizas están familiarizados. Los israelíes están curados de espanto y suelen tomarse estas cosas con relativa calma. Conforme los sistemas de alerta detectaron el ataque, el Gobierno envió un mensaje de texto a todos los ciudadanos para que se pusieran a cubierto. Una hora después les informaron que había terminado y que podían abandonar los refugios. El espacio aéreo israelí se reabrió y todo volvió a la normalidad.

Los que se dirigían hacia Tel Aviv y Jerusalén fueron interceptados en su práctica totalidad. Varias bases aéreas fueron blanco del ataque y la de Nevatim en el desierto del Néguev fue alcanzada causando daños menores. El cuartel general del Mosad también fue uno de los objetivos, pero no fue alcanzado. En tanto que el daño del ataque fue mínimo, es posible que los israelíes consideren una respuesta proporcional, pero no sabemos aún qué entienden por proporcional, es decir, desconocemos si responderán al ataque cargando contra Irán, contra el Líbano o contra ambos. Tampoco sabemos qué tipo de respuesta darán a esto.

Los dos ataques fracasaron

El hecho es que, a diferencia de lo que sucedió en abril, lo de esta vez era previsible. A pesar de que EEUU y los Estados árabes de la zona llevan meses mediando entre las partes para que esto no escale, ya habían advertido que las últimas operaciones en Beirut y el sur del Líbano serían respondidas con un ataque con misiles balísticos. En Jerusalén también lo descontaban, de ahí que todo el sistema de defensa estaba a punto. Desconocían cuán potente iba a ser el ataque. En abril fueron 120 misiles los que lanzaron, esta vez han sido 181, pero en aquel momento acompañaron a los misiles balísticos unos 30 misiles de crucero y 150 drones. Se puede decir que los dos ataques han fracasado a pesar de que ambos han sido de gran contundencia. El primero de los ataques, el del 13 de abril, dejó varios heridos de poca consideración y un herido grave, un beduino del desierto del Neguev de confesión musulmana. El segundo ha ocasionado unos pocos heridos leves y un muerto, un palestino de Jericó, también musulmán. El balance no es definitivamente muy alentador para los iraníes.

Son muchos en Israel los que creen que ha llegado la hora de ajustar cuentas con sus tres principales enemigos, a saber y por importancia: Irán, Hezbolá y Hamás

En Irán saben que hacer daño a Israel desde el aire es difícil porque está muy bien protegido. Pero, aunque el ataque haya fracasado, tiene mucha importancia ya que legitima a Israel para responder de forma equivalente. La equivalencia aquí es muy elevada. Entre los ataques del 13 de abril y el del martes Irán ha arrojado sobre Israel más de 300 misiles. En abril Israel se contentó con contraatacar bombardeando la base iraní de Artesh, cerca de Isfahán, para luego desplegar su campaña de asesinatos selectivos que ha terminado por descabezar a Hezbolá y quitar de en medio a Ismail Haniya en el centro de Teherán.

Podría ser que Israel esté mostrando a los iraníes una y otra vez el anzuelo y no hagan más que morderlo. Son muchos en Israel los que creen que ha llegado la hora de ajustar cuentas con sus tres principales enemigos, a saber y por importancia: Irán, Hezbolá y Hamas. A los dos últimos los tienen contra las cuerdas, del primero conocen sus vulnerabilidades. En abril Israel podría haber respondido con un ataque masivo contra Irán, es decir, devolverle los 150 misiles y esos si que hubieran causado daño porque Irán carece de cúpula de hierro. El país es simplemente inmenso y su ejército, aunque bien dotado y numeroso, es tecnológicamente inferior al israelí.

Hezbolá, debilitada

Saben que las defensas iraníes son un colador. Les han volado radares y pueden permitirse el lujo de internarse con sus cazas hasta el interior del país. Isfahan está a solo 300 kilómetros de Teherán y la misma distancia les separa de la frontera occidental, unos 500 kilómetros que los aviones israelíes recorren en cuestión de minutos. Hasta hace un año Irán tenía a sus milicias aliadas, a su eje de resistencia conformado por varios grupos armados en distintas partes de Oriente Medio. El más poderoso de ellos era Hezbolá, pero ahora, tras perder a su jefe, a casi todos sus comandantes de alto rango y buena parte de su arsenal, su operatividad está muy debilitada.

Pueden así concentrarse en su némesis y neutralizar su programa nuclear, que es lo que quita el sueño a todos los Gobiernos israelíes desde hace tres décadas. En esto coinciden con sus principales aliados, los Estados Unidos de América, que persiguen el mismo objetivo. Ambos conocen bien las localizaciones exactas dónde se está desarrollando ese programa, pero no podían atacarlo por las buenas. Hace sólo un año hubiese sido impensable que Israel atacase por sorpresa y sin motivo aparente tal o cual base iraní, hoy puede hacerlo sin que nadie le reproche nada, y menos que nadie los Estados árabes de Oriente Medio que rivalizan con Irán y están hartos de las continuas intromisiones de los ayatolás en aquella región.

Una humillación tras otra no le hace bien a la revolución islámica que trata de hacer ver a los iraníes que es todopoderosa y que derrotará a Israel, pero está sucediendo todo lo contrario

Tenemos, además, a dos mandatarios que están de salida. En Israel es improbable que Netanyahu sobreviva a esta guerra aunque la gane. En Estados Unidos Joe Biden se despedirá de la presidencia en enero y podría dar el visto bueno a uno o varios ataques contra Irán para dañar, quizá de forma irreparable, al enemigo número uno de Estados Unidos desde 1979. El régimen iraní está en crisis. El descontento entre la población es generalizado desde hace ya muchos años. El desempleo es alto, el nivel de vida bajo y son muchos los iraníes que cuestionan la censura y la legislación religiosa. Una humillación tras otra no le hace bien a la revolución islámica que trata de hacer ver a los iraníes que es todopoderosa y que derrotará a Israel, pero está sucediendo todo lo contrario. Al nuevo presidente, Masoud Pezeshkian, se le acumulan los problemas y, lo que es peor, la estrategia de combatir a Israel mediante intermediarios se está viniendo abajo.

Respecto a Hezbolá, parece que la guerra abierta con Israel que se temía desde hace un año está más cerca que nunca, pero aún no ha terminado de estallar.

Las primeras incursiones israelíes en el sur del Líbano a última hora del lunes fueron de poca envergadura. Los soldados se adentraron unos pocos kilómetros sin intención de quedarse. Su objetivo era destruir unos lanzamisiles utilizados por Hezbolá. No se espera invasión a gran escala a corto plazo ya que sólo hay una división encargada de esto, es decir, un tercio de las unidades que invadieron Gaza el año pasado.

Una guerra en toda regla

Podrían estar buscando una zona de colchón debidamente controlada para que los 60.000 israelíes desplazados al comienzo de la guerra de Gaza regresen a sus hogares. Pero estas cosas se sabe cómo empiezan, pero no cómo terminan. Podría suceder que ocupen una porción de terreno libanés y se establezcan allí, lo que ocasionaría una guerra en toda regla ya que las milicias de Hezbolá acudirían a su encuentro, o ni siquiera eso porque muchos se encuentran acantonados en esa misma región. La inteligencia israelí estima que unos 2.000 milicianos de la fuerza de élite Radwan están en la zona fronteriza, otros tantos podrían presentarse allí desde otras partes del país. No es un terreno fácil, es montañoso, está lleno de aldeas y los de Hezbolá conocen la comarca a la perfección.

El Líbano es extremadamente peligroso para el ejército israelí. Se han atascado allí varias veces y siempre han tenido que salir después de lamentar numerosas bajas. Esta vez no harían mal en fijar los límites de la operación y dejar claro qué tipo de armisticio buscan y a qué coste. Pero la situación se ha puesto al rojo vivo y nadie sabe realmente cómo puede terminar esto.

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  • V
    Variopinto

    Don Fernando, le he escuchado mejores argumentos y le he leido artículos bastante mejor fundamentados. El de esta semana, no me lo parece.

    Dejo solo un par de observaciones sobre la situacion.

    Uno. Que la "contrarrespuesta" del gobierno de Israel será en respuesta a la del gobierno iraní de abril (pero que, a su vez, venía de otra por, y que a su vez respondia a...). Quiero decir que, la comunicación mediante misiles y bombas que se llevan estos dos países no vecinos, viene de años y es producto de órdenes de sus gobiernos tanto de agresión directa al enemigo como a través de sus proxies (que dicen ahora los geopoliticos, o "agentes en la sombra" u " organizaciones financiadas por", para entendernos en español). Intentar seguir el hilo de este intenso intercambio de munición gubernamental, va a seguir dando para muchas más novelas de ficcion. La prensa diaria y las opiniones de los opinadores, por cierto, ya está dando muestras del auge en ese género...

    Y dos. Para los que estén encantados con que le cuenten el mundo geopolitico como relatos. La imagen que se ha movido esta semana por todo el mundo virtual ha servido para recordarle a todo quisqui que el jefe de estado de los iraníes es un religioso que viste turbante. Que es un hombre (lo subrayo para los del feminismo antisemita, que tanto gustan de presumir de antipatriarcado) que se graba leyendo sus discursos con consignas políticas desde la autoridad religiosa ("ayatolá") que es, y mientras presume de que tiene al lado un fusil (otro recuerdo, para los que van de antimilitares o pacifistas). Cuantos más días siga retrasando el gobierno israelí su contrarrespuesta, el resto del mundo mundial va a seguir viendo como crecen los viajes diplomáticos y los mensajes antijudios en las mezquitas de la zona, y, todo ello, tan solo dará muestras de la desesperación de los dirigentes chiies por encontrar otros gobiernos aliados que le sostengan su poderio religioso, político y armado. Lo que ha conseguido el gobierno israelí es tener paralizado, sin movimientos autojustificativos y sin los tentáculos terroristas habituales, a quienes le declararon, abiertamente, como su enemigo.

  • A
    Alexander

    Muchos iraníes se alegrarían de que el régimen teocrático de los ayatolas fuera sustituido por una democracia pero no se atreven a rebelarse porque ese régimen tiene a su disposición a los brutales Guardianes de la Revolución, un cuerpo armado con más poder que el propio ejército iraní. Una de las posibilidades que tiene Israel es realizar ataques selectivos que vayan dirigidos contra los cuarteles de los Guardianes de la Revolución, contra las fábricas y los almacenes de misiles y de drones, contra las bases aéreas y navales, y contra las instalaciones en las que se está fabricando el Plutonio necesario para las bombas atómicas. Lo que no debería hacer Israel es atacar las ciudades iraníes, para no provocar la muerte de civiles, ni las instalaciones petrolíferas porque eso provocaría un empeoramiento de la mala situación económica en la que ya se encuentra la población iraní. Si, además, Israel eliminara a los altos dirigentes del régimen teocrático quizás el pueblo iraní aprovecharía la ocasión para tumbar ese régimen tiránico.

    • T
      Tintin

      Los iraníes ya tuvieron un gobierno laico democráticamente elegido, pero nacionalista, es decir, contrario a que anglos y yankees se siguieran quedando con la parte del león de los beneficios del petróleo. La Cia y el MI6 lograron su derrocamiento.
      En la misma línea que Venezuela hoy.

  • E
    Erondattt

    jojojo….menuda deposición de bulos, desinformación y posverdad.

    En fin, por ser especialmente delirante, lo voy a guardar en la carpeta de ‘Cómicos’ junto con otros notables sobre el Covid surgido en el mercado húmedo de Wuhan tras una noche de sexo entre un pangolín y un murciélago, sobre la inoculación de ARNm, que además de protegerte protege del contagio y con una basta, de las mascarillas que previenen la infección, la urgencia de confinar a ciudadanos en campos de reclusión de negarse a pincharse, la voladura del Nordstream2, Zaporiya y la presa de Nova Kakhovka por parte de Putin, los 40 bebés decapitados y metidos en hornos, los mil quinientos asesinados el 7-O, la operación rusa de manipulación electoral useña del 2020, -laptop de Hunter incluido- y demás coñas marineras para muy cafeteros.

  • V
    vallecas

    Solo una cosa. Israel no está atacando el Líbano. Israel está atacando a un grupo terrorista que está instalado en el Líbano. Es tan cierto lo que digo que Ejército del Líbano, está acuartelado. El Gobierno y Ejército Libanés no siente que estén siendo invadidos.
    En realidad están encantados con que los Israelís les limpien la basura que es Hezbolá.

  • E
    E1958

    Cada vez más añoro la caída de este régimen unipolar gobernado por la decadente cultura anglosajona. Nosotros somos un país mediterráneo heredero de la cultura greco-latina que nada tiene que ver con el espíritu "hooligan" de los anglosajones. Sólo un mundo multipolar donde todas las culturas sean respetadas y donde cada nación pueda buscar su sitio en este mundo sin tener que renunciar a sus propias creencias y tradiciones y sin intentar imponerselas a otros, repito, sólo un mundo así podrá salvarnos de la hecatombe.

    • A
      Alon101

      Nosotros somos el país donde florecen gentes como Puigdemont, Otegui o Pedro Sánchez.
      No estamos para dar lecciones a nadie.

    • A
      Alexander

      Me sorprende comprobar que muchos españoles no tienen una clara conciencia de la civilización a la que pertenecen. Los actuales españoles somos descendientes de nuestros antepasados que lucharon durante 800 años para expulsar a los árabes que invadieron la Península Ibérica. Los españoles, los italianos e incluso los franceses somos herederos de la civilización romana y por tanto formamos parte de la civilización occidental, junto con la mayoría de las naciones europeas . Los musulmanes no son nuestros amigos sino que sueñan con recuperar Al Andalus (es decir, la Península Ibérica) de la que fueron expulsados el Siglo XV.

    • M
      Messidor

      Abundando en lo que bien dice Alexander, la diferencia histórica entre Hispania y Persia es que nosotros logramos una Reconquista, mientras que ellos no, y siguen padeciendo a día de hoy el cánc3r musulm4n.

  • N
    Norne Gaest

    Muy bien, aunque un par de detalles son precisables.
    Lo que ha interceptado los misiles iraníes no ha sido la cúpula de hierro, sino el sistema Arrows, que es el de más largo alcance de los tres sistemas o capas de protección que Israel tiene establecidas.
    Por otro lado, si esto no es una guerra abierta entre Israel y Hizbullah, pues que venga Alá y lo vea, salvo que se solo se estime como tal una invasión terrestre en toda regla, con ocupación del terreno.

    Entrando en lo positivo, hasta ahora Israel está actuando con inteligencia. Ha acabado sistemáticamente, sin prisas, con Hamás, sin entrar en una guerra de túneles. Ahora supongo que tratará de hacer lo mismo con Hizbullah, sin una invasión permanente que, por los precedentes, sería tan incierta. Con lo cual, si lo consigue, tendría las manos libres para ir a la cabeza de la serpiente, que es Irán, causándole un castigo importante como menos lo espere, pero humillante y consistente, con la posibilidad de que se active de nuevo la importante resistencia interior a la tiranía de los curatos chiies.

    Israel tiene la suerte de que el mundo suní circundante detesta a al régimen iraní, y hasta ahora celebra, mas que lamenta (hablo de sus gobernantes, no de su población) el castigo que se le está infringiendo, pero el futuro, como Vd. dice, es imprevisible. Estamos jugando con fuego, nunca mejor dicho.

    Israel es un ejemplo para Europa: sabe que solo con determinación e inteligencia puede asegurar su supervivencia.. Aquí, en cambio, dejamos que nos invadan masas islámicas, con lo cual en unas décadas esto será como el Líbano, y conoceremos (conocerán nuestros descendientes) los hizbullahs europeos. Además de la inmigración masiva, tienen también más hijos y , como en el Líbano, cambiarán nuestras sociedades, a peor evidentemente. Europa ya no será Europa, sino otra cosa, una especie de Gran Al Andalús, Con lo cual diremos adiós a la libertad y la civilización que tantos siglos costó formar.