Antes de que hubiera comenzado el escrutinio tenía escrita la primera línea del borrador. “A las 22:30 el PSOE había perdido X escaños respecto a las últimas elecciones”, señalaba. X podían ser cinco, seis, ocho escaños menos. Un resultado buenísimo para el PSOE, teniendo en cuenta la legislatura. Me equivoqué. A las 22:30 el PSOE había ganado tres diputados. Y Sánchez era el candidato más votado.
¿Qué podía haber ocurrido? Nada excepcional. Muchos analistas, después de todo lo que ha pasado en estos cinco años, aún se sorprenden de la fidelidad del votante socialista. También hubo sorpresa cuando Bildu obtuvo unos resultados buenísimos hace unos meses “a pesar de meter etarras en las listas”. Siguen pensando que la izquierda gana a pesar de lo que hace, y no precisamente por lo que hace. Siguen consolándose con la mentira mil veces repetida de que el votante de izquierdas es continua y sistemáticamente engañado por sus líderes, cuando tiene una certeza cartesiana respecto a qué se hará con su voto.
A partir de hoy no sé cuál será el diagnóstico, pero seguro que por un tiempo siguen insistiendo en hipótesis tan ridículas como el pucherazo, el tongo o el engaño masivo
Este domingo, Bildu obtuvo de nuevo unos resultados muy buenos. Lo malo de observar la realidad con las gafas de lo que se desea es que la realidad siempre te va a sorprender, aunque la tengas delante de las narices. Y como siempre sorprende hay que fabricar análisis que excusen una sorpresa cada vez más injustificable. Los análisis previos han consistido en un enorme ejercicio de autoengaño. “La izquierda tiene que hacer autocrítica”. “Sánchez engañó a sus votantes”. “Se está reactivando el PSOE bueno”. “Los españoles están hartos del sanchismo”. A partir de hoy no sé cuál será el diagnóstico, pero seguro que por un tiempo siguen insistiendo en hipótesis tan ridículas como el pucherazo, el tongo o el engaño masivo.
El análisis es más simple: la derecha ha sido incapaz de ofrecer una alternativa a algo que la mayoría de las veces no es capaz ni de nombrar, por ignorancia, por cálculo o por superstición. O, si lo nombran, sólo lo hacen mediante la hipérbole. Después de estos cinco años el presidente de quien se ha dicho que ha sido un tirano, un mentiroso compulsivo o un psicópata ha estado a punto de conseguir otra mayoría suficiente para gobernar. En las primeras elecciones tras la moción de censura de Sánchez, con la genérica acusación de la corrupción, el PP se quedó en 66 diputados. Sánchez no ha sido esencialmente un tirano, un mentiroso compulsivo ni un psicópata. Ha sido solamente lo que sus votantes y sus socios demandaban de él. Ha hecho política.
Al final, 122 diputados con más del 90% escrutado. Dos más que en las anteriores elecciones. ¿Sorprendente? No, hombre. Sólo puede sorprender a quien se hubiera convencido de que “el sanchismo” era una anomalía dentro del PSOE. Sólo puede sorprender a alguien que no recuerde cuántos españoles votaron al PSOE de González, de la corrupción, del paro y de los GAL.
El bloque de la izquierda ha llegado a estas elecciones unido y estable, y ha salido de las elecciones aún más reforzado. Tal vez no en votos, pero sí en relato
Sánchez ha acabado siendo un mero funcionario del partido. Dictador, autócrata, psicópata, narcisista… no, no, no. Sánchez no ha sido ninguna ruptura con todo lo que ha sido y es el PSOE. El PP seguía insistiendo en la anomalía sanchiana mientras Zapatero, el PSOE anterior, aparecía en todos los actos del partido. No había ninguna anomalía. Lo que hay es una anomia evidente al otro lado, y una persistente renuncia al análisis.
El bloque de la izquierda ha llegado a estas elecciones unido y estable, y ha salido de las elecciones aún más reforzado. Tal vez no en votos, pero sí en relato. La derecha ha llegado capitaneada por un partido, el PP, al que le gustaría estar en el otro bloque. Afirmó que el PSOE sería el primer partido al que llamaría después de ganar las elecciones. No hay duda de que será una llamada interesante.
Si en el PP no sabían salir del antisanchismo, en Vox no han querido desarrollar unas ideas que se han quedado en consigna tuitera
Lo más relevante de esta campaña ha sido comprobar que no había una alternativa real al bloque de izquierdas. Nunca la ha habido. El único objetivo de Feijóo era echar a Sánchez. Para muchos votantes era suficiente, convencidos de que Sánchez era lo único que había que cambiar en España. Nunca se hizo un esfuerzo por explicar qué era lo que había que cambiar, y por qué. Y sobre todo nunca se trabajó en pensar y explicar en qué consistiría una alternativa, más allá de no ser Pedro Sánchez.
El otro partido del bloque, Vox, hizo algo parecido. Si el PP optaba por la hipérbole ‘Sánchez’, sinécdoque literal, Vox optaba por la hipérbole ‘globalismo’. Si en el PP no sabían salir del antisanchismo, en Vox no han querido desarrollar unas ideas que se han quedado en consigna tuitera, complementadas muchas veces con mensajes burdos inasumibles por un votante conservador.
Hubo una imagen crucial en la pasada campaña. Feijóo renunció a participar en el debate entre candidatos de la televisión pública española. La imagen crucial no fue ésa, sino la que se imprimió en muchas columnas políticas: la renuncia del candidato popular había sido “un acierto”, y un anticipo de una victoria holgada. Todo lo que hacía -y sobre todo lo que no hacía- Feijóo eran aciertos. Se le estaba poniendo cara de presidente, como a Casado.
El resultado de esa renuncia se puede comprobar hoy. La campaña del PSOE ha sido lamentable. La legislatura de Sánchez ha sido una continua degradación de las instituciones. Y aun así, la derecha ha sido incapaz de convencer a los españoles de que su alternativa era mejor.
Hulshof
Usted dijo hace unos meses...El PSOE posiblemente perderá las próximas elecciones, pero quienes se consuelan con esto siguen sin enterarse de nada. Sánchez habrá demostrado que un Gobierno progresista puede gobernar de manera autocrática, puede cambiar las reglas a mitad de partido y puede colocar en las instituciones que deben vigilar sus excesos a amigos que sólo verán medidas necesarias; y habrá demostrado que se puede hacer todo eso sin que se produzca ninguna reacción cívica. El PSOE habrá demostrado a quien venga después que la mitad de la prensa justificará siempre lo que haga el líder del partido, y que dará igual lo que diga la otra mitad. Quien venga -si es que consigue formar Gobierno-, se limitará a gestionar y a dejar intactos todos los cambios estructurales que habrán consolidado a España como una democracia fallida, con la palmada satisfecha del The Economist de turno. La corrupción habrá dejado de ser todo aquello que se hace a escondidas, al margen de la ley, para convertirse en la ley misma, siempre que se haga para beneficiar al PSOE.
Hulshof
Estoy de acuerdo con Oscar. Por otro lado el PP ha podido ahondar en la crisis que había dentro del PSOE entre socialistas afines a ZP y a Sánchez, con los socialistas de la transición. O entre las feministas radicales y las de Lidia Falcón en contra de la ley trans. Sánchez ha usado toda la artillería y ha llevado el partido a su terreno. Ha utilizado a la gente de la cultura, incluso ha habido futbolistas animando a votar el mismo día 23. ha incorporado a ZP con el que no se llegó a hablar cuando asesoró a Pablo Iglesias. A PS no le ha importado utilizar la tribuna de la UE, mentir diciendo que la UE decía lo que no decía, a pesar de eso ha ganado. Pero la verdad es más fácil hablar a toro pasado.
KVLT
Hombre, también ayudó el hecho de que el primero en no entender estas tesis fuese, precisamente, el principal partido de la oposición. Feijóo, fanboy de aquel Felipismo que retrata el artículo, fiel llamador de puertas sociatas, ha hecho una campaña incomprensible ("no, si yo tampoco hablo español en mi tierra... ah, ni inglés tampoco"), para regocijo psicotrópico de las vedettes mediáticas pepeiras, que haberlas haylas y son al parecer tan dadas al aplauso tontolhaba como la grey del progreso.
vallecas
Entiendo que es una columna de opinión, pero su sectarismo es vomitivo. La derecha se ha quedado a 7 escaños de la mayoría absoluta. Única forma posible de Gobernar. Pedro Sánchez es un psicópata, un mentiroso compulsivo, ha hacho una Ley que suelta a Violadores y Pederastas, pacta con la ETA, es el maletero de Delcy Rodríguez, polariza y envenena la convivencia, etc. . Pero lo que ha quedado demostrado es que a 7.7 millones de Españoles esto no le importa. Pedro Sánchez puede hacer lo que quiera, ya no necesita mentir. Mañana estará en un homenaje a un etarra excarcelado y no tendrá ningún problema. Sánchez si que es el Trump Español.
concerned
Empezando por la fecha, en pleno verano, con una muy buena temporada turistica, la campaña del PSOE Sumar ha sido perfecta. Se han repartido el electorado muy bien, pero lo mejor ha sido la campaña previa de aumentos de las pensiones, los sueldos de funcionarios y el reparto de paguitas, que ha sido muy generoso, además con el dinero de los tontos alemanes, daneses,... Que le vienen prestando dinero sin control. El pueblo llano es muy conservador y la derecha no ha aclarado que va a hacer con las pensiones, con las paguitas, con todo tipo de gasto, tan solo una vaporosa rebaja de impuestos, que tampoco se entendía de que iba,... En cuanto a las absurdas leyes promovidas por Irene Montero, afectan a muy poca gente y además Yolanda ha tenido la prudencia que quitarla de enmedio. El pueblo llano solo votará a la derecha cuando el país esté en la absoluta ruina, cuando el PSOE-Sumar-separatistas lleven a una ruina tan grande que ellos mismos dimitan ante el desastre, pero en este caso cabe la desagradable posibilidad del derrocamiento del sistema constitucional e ir hacia una argentinización de España.
Esperando
El único enemigo reconocido explícitamente por Feijoo ha sido Vox, así que en cualquier caso no hubiera podido gobernar, salvo en una hipótesis absurda en la que ganaba casi por mayoría y sumaba no se qué votos de Page
ma
Con peajes y comprobaciones de valores no se ganan elecciones. Según el INE, en los últimos doce meses entraron en España tres cuartos de millón de emigrantes, y un 95% de los contratos fueron a parar a manos de gente de origen extranjero, sin embargo esto no ha sido objeto de debate. Además, los medios de derecha sólo hacen propaganda del calentamiento global y de la ideología de género, y su única obsesión es demonizar a vox Pues ahí tenéis los resultados. Lo primero que hay que hacer es buscar un líder preparado y con convicciones, no un mediocre funcionario de letras que se ha dedicado a arrinconar el español en Galicia.