Opinión

Libérate, Inés

Libérate Inés le habrá dicho su conciencia tras capear un temporal que no era suyo desde 2019. Intentando

  • Ines Arrimadas, expresidenta de Ciudadanos -

Libérate Inés le habrá dicho su conciencia tras capear un temporal que no era suyo desde 2019. Intentando ser útil a Sánchez en pandemia, pero sin utilidad para los que perdieron la ilusión cuando el líder naranja dejó al partido con diez diputados pudiendo haber gobernado con Pedro Sánchez. Inés se acaba de liberar de una carga que no le correspondía, con la tranquilidad de no necesitar vivir de la política ni ahora, ni cuando entró al equipo naranja en Cataluña hace doce años. La vi llegar, la vi nacer políticamente y la vi dejarse la piel por la causa liberal sin ninguna aspiración, ni de dar codazos, ni de protagonismo. No es para menos que ahora pueda decir que está feliz con la decisión tomada. Ahora me explico, no sin antes sentenciar que Ciudadanos se ha enterrado a sí mismo al no concurrir a las elecciones del 23-J. Si alguna oportunidad quedaba ahora la han perdido por completo.

Ahora acaban de cavar ellos solitos su tumba anunciando un letargo sin precedentes en política a la espera de lo que puedan rascar en las europeas el próximo año

Son muchos los que querían ver muerta a la formación naranja. De hecho, el que fuera presidente de la Generalitat, el socialista José Montilla, los quiso enterrar y los daba por muertos en 2010 pero en aquel año todo estaba por llegar. Ahora acaban de cavar ellos solitos su tumba anunciando un letargo sin precedentes en política a la espera de lo que puedan rascar en las europeas el próximo año. No tiene sentido disponer de una sede de las dimensiones que tiene ahora C’s en la céntrica calle Alcalá de Madrid y anunciar que se quedan en barbecho, que no optan a nada más que a una actitud testimonial y teórica de lo que debería ser una España liberal.

Comentan que les quedan unos cuatro millones de euros, y que sus gastos mensuales ascienden a unos 500.000 euros. Es evidente que esas ideas necesitan un sustento orgánico, una presencia en las instituciones para mantenerlas. Los partidos no viven del mitin y del aire. Las ideas, por buenas que se consideren, sólo se sostienen con dinero, con representación pública.  

Rozando la desaparición este 28M, no tenía mucho sentido que Inés Arrimadas siguiera al frente de una fuerza en declive. De hecho, no se entiende que haya llegado tan lejos con un partido que empezó a naufragar desde el mismo momento en el que, en noviembre de 2019, Albert Rivera abandonó la política tras los resultados electorales. Nadie pudo sacar al barco centrista de semejante naufragio y los fracasos se han ido sucediendo en cadena, no porque Inés no tuviera rumbo, no porque Inés no estuviera preparada sino porque el votante no entendió la extraña maniobra del partido que pudo gobernar con Sánchez. Se explicaron mal o fue tan errática su actitud que empezó a desfallecer la confianza depositada en esta formación por parte de muchos ilusionados con otra manera de hacer política, que rompía por el centro el tradicional bipartidismo PP-PSOE.

Por las filas de Ciudadanos, de 2009 a 2016, desfiló mucha gente con ansias de salir en los medios, tener visibilidad, no por vocación de servicio

Los nuevos de 2015 han fracasado. Tanto Podemos como Ciudadanos se extinguen. Algunos llegan a la política por alimentar el ego en busca de notoriedad. Otros lo hacen para intentar cambiar las cosas, con vocación de lo público. Eso lo percibes cuando convives y los conoces. Vi a Ciudadanos en el infierno, en descomposición a los tres años de nacer. Los acompañé, por razones profesionales, a sobrevivir, a revalidar la supervivencia, a conseguir los primeros nueve diputados en el Parlament y a entrar luego por la puerta grande del Congreso. Por las filas de Ciudadanos, de 2009 a 2016, desfiló mucha gente con ansias de salir en los medios, tener visibilidad, no por vocación de servicio.

La vida política de Inés Arrimadas se puede analizar desde muchas perspectivas. Hay algo claro, verla desde sus comienzo, ver su manera de trabajar me lleva a afirmar que esta abogada jerezana nunca necesitó de la política para vivir, que no se metió en el barro por notoriedad como tantos otros, se adentró por una puerta pequeña de las juventudes del partido y, dada su relevancia y personalidad, Rivera la detectó y no la dejó escapar.

Aceptó el reto, reforzó su catalán, se lanzó a un proyecto en el que creía, sin afanes de protagonismo, sin mediar intereses personales. Creía en la idea de una defensa de España desde el hostil reducto del nacionalismo

Se afilió en 2011, en las autonómicas de 2012 entró por primera vez en el Parlament de Cataluña, con experiencia profesional en la empresa privada, pero con cero trayectoria política. No le hacía falta. Jamás pidió ir a tertulias o aparecer en medios, más bien le gustaba pasar desapercibida. Rivera la empujó a la primera línea y no se equivocó. Con ella, su partido consiguió la mayoría en la Cámara catalana. Pero Albert tenía otros planes, pretendía la Moncloa. Inés se acaba de liberar por completo de una trayectoria política en un partido en el que nada fue fácil porque nunca fue lo mismo ser de C’s en Madrid que en Barcelona.

Su primera oportunidad mediática se la dio Justo Molinero en Teletaxi. Ella se preparó con esmero, como todo. Nunca iba al azar, jamás improvisaba. Cuando Rivera decidió lanzarse al ruedo madrileño de las generales la dejó en solitario en la plaza catalana. Aceptó el reto, reforzó su catalán, se lanzó a un proyecto en el que creía, sin afanes de protagonismo, sin mediar intereses personales. Creía en la idea de una defensa de España desde el hostil reducto del nacionalismo. Cuando le hablabas de lo importante que era aparecer en una revista, en un diario o ir a algún medio siempre daba mil y una vueltas hasta estar convencida de la idea. Tuvo que renunciar a su discreción para ser visible y ser votada. No porque le gustara sino por las necesidades de guion.  

Se esfumó la oportunidad ciudadana gestada desde 2006, que fue un éxito hasta el 2019 y que poco a poco ha ido agonizando. Arrimadas se ha liberado ya del fracaso político que han supuesto los últimos años de Ciudadanos. La formación naranja carece de otra oportunidad como las vividas en 2015, 2016 o 2019. El destino político de esta admirable abogada jerezana está por descubrir. sa es otra historia.

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