Opinión

Niégalo todo

Es la postura adoptada por Torra ante su presunta implicación con los CDR detenidos. Un heroi català del 1714

  • Quim Torra en el Parlament, rodeado de lazos amarillos

Cuando en el acomodaticio diario La Vanguardia se meten con el separatismo, una de dos, o sospechan va de baja o la han hecho muy gorda. Por eso no dejemos caer en saco roto que el rotativo de los Godó diga que Torra miente al decir que no sabía nada de lo que tramaban los presuntos terroristas. Empieza a quedar claro que el presidente de la Generalitat, que ya tenía relación con los detenidos por otro altercado anterior, conocía a las mil maravillas sus intenciones como, verbigracia, ocupar el Parlament, estando dispuesto a abrirles las puertas.

Dos de los detenidos han cantado, lo que en argot se denomina derrotar, y gracias a eso a eso sabemos que, si bien no llegaron nunca a verse con Torra, tenían noticia del “enterado” de este mediante personas próximas a presidencia. Se especula que entre ellas podría figurar uno de los fundadores de Terra Lliure y furibundo defensor de Torra y Puigdemont, con los que ha aparecido públicamente en numerosas ocasiones, Fredi Bentanachs, con quien sí se reunieron los acusados. Señalemos que el juez de la Audiencia Nacional encargado del caso tiene a Bentanachs considerado como “un componente peligroso”.

Cuando algunos apuntamos que aparecer junto a elementos como como Otegui o Sastre auguraba tormenta, los bien pensantes nos tildaron de alarmistas. Esgrimían las mismas bobadas que Torra, a saber, que el independentismo siempre había sido pacífico, que no habían muertos, que esto iba de democracia, que no había que estigmatizar al movimiento cívico más importante en Europa tras la segunda guerra mundial y bla bla bla. Una retahíla de mentiras hilvanadas, como por desgracia estamos comprobando, para ocultar el auténtico rostro de estas gentes, que solo buscan obtener sus objetivos al precio que sea. Lo dice el fiscal de la Audiencia Nacional, don Miguel Ángel Carballo, y también el juez, García Castellón, que señala: “Existen indicios de que los detenidos forman parte de una organización con una estructura jerarquizada que pretende instaurar la república catalana por cualquier método”. Blanco y en botella, Torra.

El president, sin embargo, niega la mayor y se hace el indignado, como Esquerra y ya no digamos las CUP, que acaban de descubrir el chollo que supone concurrir a unas elecciones para el congreso y poder así chupar del bote de España, siguiendo la estela de Bildu.

Negar lo que está pasando va más allá de conveniencias políticas o ideologías. Es puro miserabilismo moral

Que un presidente de la Generalitat mienta no es noticia, porque con los que hemos tenido rebasamos el cupo. Pero que niegue la existencia en el separatismo de gente que la quiere liar parda es preocupante. ¿Se imaginan a Pujol diciendo que el atentado de Hipercor no fue cosa de ETA? ¿O negando que ETA había asesinado a Ernst Lluch? ¿O afirmando que el atentado a la casa cuartel de Vic era producto de las cloacas del estado? Ya sé que aquí no hay muertos, pero si esto es así se debe a la eficaz acción de la Guardia Civil, que no le dijo a nadie de la Generalitat lo que investigaba, por si las dudas, y no al carácter pacifista y filantrópico de los detenidos o de quienes los jalean gritando Pim pam pum, que no en quedi ni un!

Desgraciadamente, eso hacen sus herederos, especialmente los comisarios políticos de TV3 y Cataluña Radio, que han ofrecido estos días una repugnante demostración de lo que jamás debería ser el periodismo, justificando lo injustificable. Ni el PNV ni Euskal Telebista se atrevieron a tanto.

Negar lo que está pasando va más allá de conveniencias políticas o ideologías. Es puro miserabilismo moral, el apunte final del libro de contabilidad convergente que, al verse auditado por la justicia, abrió la caja de los truenos para tapar su expolio colosal. Eso es peor que miserabilismo moral. Es amoralidad, la que solo posee el mal. Y los primeros interesados en denunciarlo deberían ser los separatistas, abandonando esa cofradía de la infamia que solo va a llevarnos a todos a un mal fin. Dejen de negar lo evidente.

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