Opinión

El partido que mejor entiende el separatismo

Se acercan las elecciones europeas y el PSOE, inquieto por las encuestas, intenta recuperar el crédito perdido entre los españoles, cuya inmensa mayoría rechaza de plano la medida sobre la que descansa el Gobierno de Sánchez, la amnist

  • Pedro Sánchez, este miércoles, en el Congreso. -

Se acercan las elecciones europeas y el PSOE, inquieto por las encuestas, intenta recuperar el crédito perdido entre los españoles, cuya inmensa mayoría rechaza de plano la medida sobre la que descansa el Gobierno de Sánchez, la amnistía a Puigdemont y compañía. Concretamente, el 71 por ciento de los españoles -incluido el 41 por ciento de los votantes socialistas- se opone al cambalache de Sánchez con los separatistas para mantenerse en la Moncloa.

Se extiende entre los españoles la sensación de que el PSOE, con Sánchez al frente, es ya indistinguible de la extrema izquierda y el separatismo en su desprecio a España y sus símbolos nacionales. De ahí que los socialistas hayan decidido, a la desesperada, desplegar como inconsistente reclamo electoral una inmensa bandera de España en la fachada de su sede nacional, en Ferraz. No es la primera vez que sacan la enseña nacional en campaña, pero no por ello resulta menos peregrino y contradictorio con su práctica política.

Los socialistas justifican la inopinada decisión en que “estamos en España” y en que, dicen, el PSOE es “el partido que mejor entiende España”. Pues bien, en efecto estamos en España, pero no solo lo está la madrileña calle Ferraz sino también la multitud de municipios catalanes en los que gobierna el PSC y donde la bandera española brilla por su ausencia. De hecho, la entidad constitucionalista Impulso Ciudadano ha constatado, en un ímprobo trabajo de campo, que en la mayoría de los ayuntamientos catalanes gobernados en solitario por los socialistas no ondea la bandera de España, lo que constituye un incumplimiento flagrante de la ley de banderas, por no hablar de aquellos en los que gobierna con partidos separatistas, que no son pocos. El arrinconamiento de la bandera no es baladí, sino que es fiel trasunto del desprecio que promueven los separatistas, y toleran los socialistas, a la convivencia y a los derechos y libertades que reconoce la Constitución.

El 70% de los ayuntamientos gobernados por el PSC, en solitario o en coalición, organiza premios literarios cuyas bases de convocatoria excluyen el español, la lengua materna de la mayoría de los catalanes

Postergar la bandera -la de España, claro- no es lo único que hace el PSC en los ayuntamientos que gobierna en Cataluña. Entre otras cosas, sabemos -gracias a otra entidad constitucionalista, la Asociación por una Escuela Bilingüe (AEB) presidida por la incombustible Ana Losada- que el 70 por ciento de los ayuntamientos gobernados por el PSC, en solitario o en coalición, organiza premios literarios cuyas bases de convocatoria excluyen el español, la lengua materna de la mayoría de los catalanes.

El PSOE no es en ningún caso el partido que mejor entiende España, sino solo el partido que mejor entiende a los separatistas, tanto que a menudo se mimetiza con ellos y, con su actitud vergonzante, alimenta el alejamiento sentimental de una parte de los catalanes con la idea y la realidad de España. Los socialistas entienden, y promueven, la exclusión del español como lengua vehicular de la educación; entienden, y promueven, la demonización del centroderecha y la derecha para aferrarse al poder aun a riesgo de alimentar la fragmentación de España; entienden y promueven, en suma, una interpretación cainita del pasado y el presente de España que da alas a delirios rupturistas. No entiende España quien pone su Gobierno a los pies de Puigdemont. No entiende España quien se afana en levantar un muro entre españoles. No entiende España quien desprecia a más de la mitad de los españoles.

El PSOE solo entiende la España que trasueñan sus socios, una España frágil, acomplejada y sin pulso, una España, en definitiva, contingente que solo existe en la imaginación de sus detractores.

La bandera constitucional de España representa la libertad y la igualdad de todos los españoles ante la ley, todo lo contrario de lo que encarna el sanchismo, por mucho que ahora, con vistas a las elecciones europeas, intenten adecentar su fachada con impostado ardor patriótico. Pura filfa.

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