Opinión

Quo vadis, Hispania?

Recién constituidas las actuales Cortes Generales pudo verse de inmediato que, descartada una nueva convocatoria electoral y desechado por PSOE y por PP un gran acuerdo entre ambos, la única

  • Sánchez y Casado en el palacio de La Moncloa -

Recién constituidas las actuales Cortes Generales pudo verse de inmediato que, descartada una nueva convocatoria electoral y desechado por PSOE y por PP un gran acuerdo entre ambos, la única alternativa posible era que Pedro Sánchez pactara su investidura con Unidas Podemos y con otras fuerzas.

Así, investido un presidente del Gobierno español con los votos de tres formaciones políticas (Esquerra Republicana, Bildu y Bloque Nacional Gallego) que propugnan abiertamente la salida de España de sus respectivos territorios, se dio paso a un gobierno de coalición que incluyó a varios ministros podemitas. Para muchos, la presencia morada en el gobierno levantó augurios poco venturosos.

Desde entonces, España ha sufrido el cruel azote de la pandemia planetaria y la devastadora crisis económica mundial subsiguiente. Por si fuera poco, la conducta de los violáceos -dentro y fuera del Consejo de Ministros- viene dando la razón a los que la vieron con pesimismo y a buena pocos de los demás.

Apoyo a los bárbaros de Barcelona

Así, los amoratados han expresado su comprensión y apoyo a los bárbaros que han incendiado las calles de Barcelona iluminando agresiones a policías, robos a establecimientos mercantiles y destrozos callejeros. Encima, han argumentado que las revueltas estarían justificadas por el encarcelamiento de un rapero por causa de lo que ha dicho, circunstancia que consideran un síntoma de la falta de libertad de expresión.

Pero el argumento de los cárdenos se basa en una falsedad. Aunque el delincuente encarcelado haya escupido por boca y pluma varias y variadas manifestaciones deleznables, entre otras su cruel mofa por la muerte de un joven torero cuando ejercía su profesión, su entrada en prisión se origina básicamente por diversos hechos delictivos: agresión física con daños personales, ocupación ilegal de bienes inmuebles…

Además, el alegato de los purpúreos rebosa incongruencia. Mientras reclaman el derecho del reseñado delincuente a vomitar atrocidades, postulan el control político de los medios de comunicación para amordazar a los periodistas poco afines.

El modelo económico de los malvas constituye una burda reproducción de la añeja doctrina de la Tercera Internacional

No son menos inquietantes las recetas económicas que propugnan. Sus propuestas de nacionalizar la industria farmacéutica y las compañías eléctricas, desprivatizar la parte de la Sanidad que no es pública, crear un gran banco estatal que cuasi monopolice el sector, intervenir el mercado privado de alquiler de viviendas, ahogar y condicionar el funcionamiento de los centros educativos no estatales…, evidencian que el modelo económico de los malvas constituye una burda reproducción de la añeja doctrina de la Tercera Internacional.

Añádase el modo de gestionar su propio partido, con sucesivas purgas y depuraciones que finalizan con la expulsión de aquellos que no practican el si señorear a su líder. En esto, los violetas aplican los usos y costumbres del padrecito Stalin.

Las neuronas del partido lila han dispuesto de los fondos procedentes de las subvenciones electorales con una praxis no ajustada ni a la ética ni a la legalidad

Por último, a juzgar por el curso de la investigación judicial en marcha, pareciera que las neuronas del partido lila han dispuesto de los fondos procedentes de las subvenciones electorales con una praxis no ajustada ni a la ética ni a la legalidad. De ser lo que parece, estarían traicionando hasta lo que constituyó una de las señas de identidad que vendieron al nacer.

Pese al bagaje que atesoran: Arcaísmo de sus ideas y propuestas; control interno cuasi policial; corrupción -por confirmarse- del dinero público, siguen siendo parte del Gobierno de España y existen pocas y poco probables opciones para que dejen de serlo.

En el corto plazo no se adivina -y tampoco parece conveniente- la disolución anticipada de las Cortes. Y si Pedro Sánchez se atreviera a sustituir la actual coalición gubernamental configurando un gobierno monocolor, se encontraría con serias dificultades para sacar adelante en el Congreso sus proyectos legislativos.

Así las cosas, es hora de pensar que ante la triple amenaza presente: Pandemia sanitaria; crisis económica; riesgo podemita, Pedro Sánchez y Pablo Casado están obligados a entenderse para acordar la solución que necesita España. ¿Serán capaces?

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