Lo más grave del espionaje a los móviles del presidente del Gobierno y de la ministra de Defensa en mayo y junio de 2021 no es la información que el autor del 'hackeo' se haya podido llevar en esos gigas. Desde luego, no serán conversaciones con Joe Biden, a quien apenas le ha cogido el teléfono de la Casa Blanca ni se ha parado más de treinta segundos en un pasillo.
Lo más grave, tampoco, es saber en manos de quién está la Seguridad Nacional del país, que cuenta con todo un Gabinete para evitar, precisamente, actos de intrusión nada menos que en el teléfono del presidente del Gobierno. ¿Quién, según el BOE, garantiza –de acuerdo con el Centro Criptológico Nacional- esa seguridad? ¿Se externalizó a terceros ese concurso?
Lo más grave no es, ni siquiera, que el contraespionaje español solo haya descubierto esta intrusión en pleno escándalo (artificial, si es que había autorización judicial) del espionaje a los líderes del 'procés' en 2019. ¿No se hacen barridos periódicos? ¿Nadie se preocupó en todo este tiempo –desde hace casi un año- de que el móvil del presidente y la ministra estuvieran seguros?
Lo más grave, con serlo mucho, tampoco sería que, en el colmo de la inoperancia, el espionaje hubiera procedido –pongamos por ejemplo- del mismísimo Reino de Marruecos y que, unos meses después, por sorpresa, el presidente del Gobierno espiado hubiera decidido dar un giro histórico y asumir las tesis marroquíes en el Sáhara, revirtiendo toda la estrategia española y comprometiendo, entre otras cosas, el gas argelino.
Por las fechas –en junio saltó el escándalo del espionaje marroquí al presidente de Francia, su aliado Emmamuel Macron- todo cuadra. ¿Cómo, entonces, se cedió en la antigua colonia española? ¿Lo ignoraba Moncloa y nos la jugó el vecino del sur? O, lo que sería peor, ¿usó Rabat esa información del teléfono para forzar el giro…?
Todas las hipótesis son muy graves. Elijan cuál es la peor y acertarán. De momento, la denuncia está en la Audiencia Nacional"
Lo más grave, con diferencia, es que todo lo anterior es posible y que, además, cuando todos debíamos estar a una con el presidente del Gobierno, la pregunta que flota en España es si el asunto del espionaje al móvil de Sánchez no es una fabulosa cortina de humo en plena lucha con sus apoyos independentistas por Pegasus, en pleno choque con su socio de Podemos –Ione Belarra culpa a Robles y pide “depurar responsabilidades”- y en el 2 de mayo, cuando el PP celebra –con Núñez Feijóo dando muestra de unidad- el primer aniversario de la arrolladora victoria en Madrid de Isabel Díaz Ayuso.
Todas las hipótesis son muy graves. Elijan cuál es la peor y acertarán. De momento, la denuncia está en la Audiencia Nacional. En la España actual, todo acaba pasando por los tribunales.
Vicente
Qué información tendrá Mohammé VI sobre Sánchez para que se haya bajado los pantalones de esa forma por lo del Sáhara sin decírselo a nadie, ni a los de su propio partido... Eso tendría sentido.
Manuteide
Y dice el gobierno que la AN lo investigara....será igual que con la navajita plateada de la ministra cuando la campaña del 4 M.??? Todo es fake en este gobierno.
agapito el viejo
Una fabulosa cortina de humo, que nadie lo dude de este presidente specialista en metiras y fraudes no selepuede creer nada de lo que diga
ellonoobsta
En principio la orden de lo del Sáhara ha tenido que venir de USA, que es quien tiene interés en vender su gas a España y Europa. Luego ya veremos qué hacen con Argelia que se supone que está más cerca de Putin que de USA.