Opinión

Preludio andaluz

Lo que esta noche suene con aires flamencos, una vez cerrados los colegios electorales, será el preludio dramático de la salvación o del derrumbe del régimen constitucional de 1978

  • Los cuatro principales candidatos en las elecciones de Andalucía

Las elecciones andaluzas del 2 de Diciembre trascienden ampliamente su dimensión territorial y adquieren, debido a las especiales circunstancias de la política española en estos momentos, una notable significación en el contexto general del país. El Gobierno se encuentra en un estado de evidente inestabilidad y todo apunta a unas elecciones generales en los primeros meses del próximo año. Los factores que determinan la fragilidad del Ejecutivo son cinco, y ninguno de ellos baladí: la imposibilidad de aprobar los presupuestos sin el concurso de los separatistas catalanes, que ya han anunciado su negativa, porque sus exigencias respecto a sus dirigentes presos y al ejercicio del derecho de autodeterminación no pueden ser satisfechas ni siquiera por un desaprensivo sin escrúpulos del calibre de Pedro Sánchez; la creciente frialdad de la relación del PSOE con Podemos originada por el solemne ridículo que ha hecho Pablo Iglesias después de la escenificación de su pacto de gobierno en La Moncloa al ver cómo este logro se derrumbaba como un castillo de naipes por la actitud nada colaboradora de los golpistas, a los que el líder morado no ha podido convencer de que cambien de posición; la severa crítica recibida por las cuentas del Estado por parte de Bruselas, que augura una negativa a darlos por válidos; el número de ministros reprobados o puestos en entredicho por razones diversas. Serie de desastres coronada recientemente por la multa de la Comisión Nacional del Mercado de Valores al ministro de Exteriores por inside trading y por haber faltado descaradamente a la verdad en sus explicaciones del desaguisado. Y, por último, el descrédito del equipo en su conjunto, que empezó como “bonito” y es percibido ya como una suma de incompetencia, improvisación, incoherencia y mera imagen sin sustancia.

Lo sustancial es saber si el bloque PP +C´s + VOX supera a PSOE + AA, si El PP quedará por encima de Cs y cuál será la magnitud de la irrupción de VOX

La pifia monumental en el tratamiento dado a la cuestión de Gibraltar en el Brexit mientras Sánchez brujuleaba en Cuba adulando a un régimen totalitario, un proyecto de ley de educación bochornoso, el abuso de medios aéreos para desplazamientos cortos, el lío monumental montado con la exhumación de los restos de Franco, los errores garrafales de protocolo y la permanente exhibición de sumisión a los secesionistas, son elementos que han ido erosionando el crédito de un Gabinete nacido de una maniobra rastrera con la ayuda de lo peor del hemiciclo y no refrendado por las urnas.

En este clima preelectoral nacional, las urnas de Andalucía tienen el carácter de premonitorias de lo que se avecina en el Congreso de los Diputados y así serán interpretadas por los españoles, determinando la estrategia de los partidos de cara a las legislativas. Susana Díaz ha intentado desesperadamente circunscribir la campaña al ámbito estrictamente autonómico, pero el estruendo que llega de más arriba de Despeñaperros es tal que ahoga los temas locales. Mientras que Pedro Sánchez, en consonancia con este enfoque, apenas ha aparecido por tierras meridionales, Pablo Casado y el tándem Albert Rivera/Inés Arrimadas se han prodigado en mítines, calles, plazas y entrevistas con el fin de poner a la faraona de San Telmo contra las cuerdas del caos generado por su jefe. En cuanto al segundo hijo de Chávez -el primero está muy ocupado enriqueciéndose con la droga y arrojando opositores por la ventana-, tampoco ha lucido demasiado el palmito en Sevilla porque Teresa Rodríguez hace tiempo que vuela sola y le presta la misma consideración que a un tiesto de su florido balcón.

Los votantes del resto de España tomarán buena nota de lo que sus respectivas opciones hagan con los escaños que les hayan proporcionado en Andalucía

En términos cuantitativos los elementos definitorios de estas elecciones son, de mayor a menor relevancia, si el bloque PP +C´s + VOX superará o no en escaños al PSOE + Adelante Andalucía, si El PP quedará por debajo o por encima de C´s y cuál será la magnitud de la irrupción de VOX en el Parlamento andaluz. En función del resultado, la configuración de mayorías de gobierno tendrá asimismo lugar con la mirada puesta en Madrid, dado que los votantes del resto de España tomarán buena nota de lo que sus respectivas opciones hagan con los escaños que les hayan proporcionado. En este punto crucial las direcciones de las distintas siglas en liza pueden cometer errores muy costosos a corto plazo. Ciudadanos ha anunciado categóricamente que no facilitará un gobierno del PSOE y lo mismo ha afirmado, aunque de manera más matizada, Adelante Andalucía.

Ahora bien, en caso de que los simpatizantes del color naranja en el resto de España lleguen a la conclusión de que su partido ha arrojado a Susana Díaz en brazos del populismo de extrema izquierda en vez de impedir lo que consideran el máximo horror, es posible que castiguen a los responsables de esta operación. En lo que se refiere a Teresa Rodríguez, es dudoso que se cierre en banda condenando a su Comunidad a una repetición de elecciones. Con independencia de lo anterior, si la caída del PSOE es realmente acusada, será otra señal para Pedro Sánchez para adelantar acontecimientos antes de que el deterioro sea aún peor.

Cuando escribo estas líneas todavía no ha empezado el recuento de papeletas y, por tanto, mi análisis cubre los diferentes veredictos de los electores andaluces. De lo que no tengo duda es de que lo que sonará esta noche con aires flamencos será el preludio dramático de la salvación o del derrumbe del régimen constitucional de 1978.

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