La pregunta se formula mucho en los ambientes políticos y periodísticos de estos días. Vaya por delante que no veo al PSOE organizando una cacerolada como la convocada por Podemos ante la sede nacional del PP bajo el lema "Que se disuelvan y entreguen la pasta"; si lo hiciera, dejaría de ser aquella fuerza progresista cuya imagen "de orden" pese a todo, en palabras de Íñigo Errejón, resultó decisiva para que los españoles le permitieran gobernar España nada menos que 21 años.
El escrache de anoche inocula una dosis de recuerdo del "pásalo" vivido en los días de la ira posteriores al 11-M de 2004 que a los socialistas no les conviene y que, además, es muy peligrosa en un país donde alrededor de diez millones de sus habitantes vive hoy en el umbral de la pobreza.
Pero una cosa es renunciar al uso del lenguaje bélico contra Mariano Rajoy, no sacar a pasear los muertos de la Guerra Civil o de los GAL en la tribuna del Congreso, ni colgar camisetas reivindicativas en sus escaños, y mucho menos defender la libertad del agresor (Bódalo) de un teniente de alcalde en Jódar (Jaén)... y otra que en los despachos de Ferraz se dejen comer la merienda por la formación de Pablo Iglesias.
Porque, de seguir la tendencia menguante que reflejan los sondeos, Susana Díaz, Pedro Sánchez o Patxi López, gane quien gane la Secretaría general socialista en las primarias del 21 de mayo, asumirá una herencia imposible. El liderazgo ni se proclama ni se adquiere según título de propiedad con los resultados oficiales de la noche electoral; se reconoce (por los demás), y pocos hoy en España atribuirían ese intangible tan preciado al segundo partido el 26-J.
Al PSOE le pasa lo que al genial Robin Williams en 'Desmontando a Harry': aparece borroso en los informativos
Al PSOE le pasa lo que al genial Robin Williams en Desmontando a Harry: aparece borroso en los informativos; con la diferencia de que Harry también se veía como le veían los demás, no así el principal partido de la oposición en España.
¿Cómo es posible, si no, que cuando Rajoy, pendiente de declarar en el caso Gürtel y con su ministro de Justicia en la picota por cruzarse SMS con el encarcelado Ignacio González; con el número dos de Interior también en cuestión por haberse reunido con el hermano del anterior, Pablo, ya en plena investigación; y con la delegada del Gobierno en Madrid imputada por irregularidades...; cómo es posible -insisto- que a los dirigentes socialistas no se les ocurra en este trance otra cosa que enzarzarse a propósito de la conveniencia o no de que Rajoy comparezca ante el pleno del Congreso?
Ganar unas primarias es importante, pero preservar la posición (segunda en el tablero) debería serlo más y eso es lo que el PSOE no tiene asegurado, y tampoco le van a sobrar oportunidades como ésta de recortar distancias con el PP y alejarse de los de Iglesias.