Se desgañita uno haciendo sesudos artículos sobre la amnistía o el Tribunal Constitucional y, obviamente, nada cambia. Reconfortas a los que piensan como tú, pero está demostrado que es casi imposible que nadie cambie sus ideas políticas con razones porque, como dice Haidt, primero elegimos los valores con emociones y luego buscamos las razones que apoyan nuestra intuición.
Es verdad que, como decía Ortega, el esfuerzo inútil conduce a la melancolía, pero aun melancólico, no puedo evitar seguir dando razones para, al menos, no otorgar callando. Por ejemplo, debo destacar que lo que plantea la amnistía no es un simple problema de preferencias políticas, sino de subsistencia constitucional. Así, se dice en estos aciagos días que el ciudadano se encuentra en un dilema en el que ha de elegir entre dos males: amnistía versus que gobierne la ultraderecha y perder así un gobierno “de progreso” que aporte derechos sociales o no recorte los ya obtenidos. Este argumento se oye repetidamente y convence a mucha gente, al parecer. Pero es razón gravemente peligrosa. Éticamente el fin no justifica los medios, pero es que el fin es también francamente dudoso. Porque apostar por medios que deterioran el armazón constitucional para obtener de presente ciertos derechos es, nunca mejor dicho, pan para hoy y hambre para mañana. Las consecuencias finales serán debilitar el sistema institucional, forzar el principio de igualdad entre ciudadanos amnistiando delitos a la carta, humillar a otro poder del Estado desautorizando de raíz sus sentencias y producir un desequilibrio patrimonial entre regiones de carácter permanente cuya consecuencia será que los pobres paguen a los ricos, si es que en el futuro no se ve afectada la unidad territorial. Y, además, avergonzará públicamente a la nación entera al dar la razón de una manera explícita a quienes han atacado la esencia del sistema constitucional, pues el Estado reconocerá falsamente su opresión al pueblo catalán. Lo que constará en los Anales de la nación, para ser esgrimido como argumento ético y legal hasta el fin de los tiempos.
Si alguna justificación podría tener una amnistía sería la solución de un problema político enquistado; pero éste no sólo no se resuelve sino que se agrava
Claro que todo ello viene precedido de un deterioro de los controles y garantías propias de un Estado de derecho, como el Tribunal Constitucional o el CGPJ, que viene de largo -y no sólo por responsabilidad del PSOE- y que propicia y facilita el advenimiento de esta catarsis iliberal que es la amnistía y lo que venga después. Como se pueden imaginar, este armazón legal debilitado reduce los supuestos derechos sociales en prebendas y concesiones arbitrarias, otorgadas oportunamente para comprar voluntades, que luego podrán ser suprimidas por los mismos medios cuando vengan otros que piensen de modo diferente, porque las estructuras renqueantes ya no podrán impedir el abuso del poder.
Demasiado precio para tan poco beneficio. Para el país, de hecho, ningún beneficio, porque si alguna justificación podría tener una amnistía sería la solución de un problema político enquistado; pero éste no sólo no se resuelve sino que se agrava, como lo prueba el hecho de que se vaya a votar el jueves en Cataluña una nueva ley de referéndum. El único beneficio es particular: que un presidente que ha perdido las elecciones siga en el poder gracias a siete escaños más.
Tampoco me vale el argumento de la inevitabilidad de las reglas electorales. Hace pocas semanas el economista de la Universidad de Pensilvania, Jesús Fernández Villaverde, pronunciaba una conferencia en la Fundación Rafael del Pino titulada “Complejidad electoral y política de bloques en la España actual” en la que concluía que nuestro sistema electoral, cuya clave decisoria de la circunscripción provincial, conduce hoy a que, una situación económica normal, el bloque de izquierdas tenga el 44% de los votos, el bloque de derecha el 46% y el bloque territorial el 10%. Por ello, la estrategia de la polarización, o la estructura del Tribunal Constitucional, no son hechos aleatorios, sino consecuencia de nuestro sistema electoral. Concluye: “En este escenario, Pedro Sánchez no es la causa sino el resultado. A cualquier otro dirigente del PSOE no le queda otro remedio que sentarse con Junts y ERC”.
Esto es verdad. Pero no toda la verdad. Los economistas tienden a tener en cuenta la racionalidad de las decisiones, pero todos sabemos que hay algo más que racionalidad económica. Las normas y la moral modulan esa racionalidad. Y aunque sería racional matar al acreedor que te reclama una deuda, no lo hacemos porque está mal y porque hay normas que nos lo impiden. Hay otras opciones además de violar la Constitución y las reglas democráticas, como pactos y acuerdos con otras formaciones constitucionalistas. Otra cosa es que no convenga contemplarlas.
La impotencia está generando respuestas de todo tipo que esperemos no lleguen a mayores, porque la superioridad ética se demuestra respetando las normas y no justificando los medios
¿Qué podemos hacer los ciudadanos ante esta situación? Una amnistía no votada en las urnas ni prevista en los programas e incluso negada reiteradamente por quienes la promueven; una amnistía que hace pedir perdón a todo un país; una amnistía irremediable, porque se ha perdido la confianza en los controles democráticos, dado que todo el mundo presiente cual será la respuesta del Tribunal Constitucional. La impotencia está generando respuestas de todo tipo que esperemos no lleguen a mayores, porque la superioridad ética se demuestra respetando las normas y no justificando los medios.
En la Fundación Hay Derecho, de la que formo parte y que he presidido varios años, hemos tomado como lema oficioso un par de frases de Burke: “Nadie comete un error mayor que el que hace nada porque solo podría hacer un poco” y “para que triunfe el mal solo es necesario que los buenos no hagan nada”. Por eso, nosotros, aparte de escribir, hemos patrocinado una recogida de firmas que Vozpópuli anunció el otro día y que les animo a firmar aquí. Víctor Lapuente escribía en El país que la amnistía probará la fuerza del Estado de Derecho porque el sistema lo impedirá si se viola el orden legal y ello demostrará a la España Roja y a la España Azul que sus miedos estaban equivocados. Ojala tenga razón, pero con un par de jugadores con tarjeta roja, el árbitro casero y en tiempo de descuento es difícil ganar el partido. Así que, por si acaso, mostremos nuestra disconformidad cívica, de efectos a veces insospechados, pues, como dijo Tocqueville, uno de los pilares de una democracia son los valores democráticos, los que llamó mores, hábitos éticos de conducta a veces más importantes que las inestables leyes.
DANIROCIO
si mantenemos un ejercito,policia y g.civil estos deberian parar esta grave situacion porque el traidor esta ciego y llegara donde sea necesario para seguir en le poder,no entiendo esa locura de este iresponsable capaz de llevarnos a un enfrentamiento entre españoles que si ocurriera espero que este traidor sea el primero en caer y no huir como una rata que es lo que hizo su amigo puchi
syloxozi
La pregunta no es "¿Se puede para esto?" porque "Se" no es nadie. "Se " no existe y por lo tanto "Se" no puede para el golpe. La pregunta es "¿Quien puede para esto?". Pero esa pregunta no te atreves a hacerla porque la pregunta se responde a sí misma. Solo hay dos instituciones que pueden para esto y todo el mundo lo sabe; y tú también, pero nadie se atreve a responderla ; y tú tampoco. Atrévete y queda como un periodista independiente de verdad. De todas formas no te vas a librar de la purga porque Sánchez no va a dejar ningún cabo suelto.
Norne Gaest
quería decir bien documentado y razonado
Chus
Enhorabuena, al autor y a los comentaristas
RAFA PEREZ
La amnistía es una aberración y una barbaridad. Es pisotear el estado de derecho. También lo fueron los indultos, la supresión del delito de sedición y algunas otras actuaciones políticas llevadas a cabo por el PSOE de Sánchez. En cualquier estado democrático eso no se hubiera permitido, porque un Estado serio no consiente que una institución del mismo, como es el Gobierno, vulnere un principio básico de cualquier democracia, el estado de derecho. Muchos españoles están aceptando estas actuaciones como normales, ahí está la prueba de las elecciones generales. Es una pena que tantos ciudadanos sean susceptibles de ser manipulados por el populismo y la demagogia del PSOE actual. Es un peligro mayúsculo que ese comportamiento sectario y radical sea aceptado por tantos españoles después de que nuestra democracia haya superado el franquismo, incluso por el hecho generacional. Pero hoy tenemos hechos y acciones más sectarias y antidemocráticas que las protagonizadas por el tardofranquismo. Eso es la causa de la ley de memoria histórica de Zapatero. Hoy los españoles jóvenes y de mediana edad ignoran la auténtica Historia Contemporánea de España Pobre España. ¡Qué hemos hecho para merecer esto!
Quatermain
Q
Quatermain
A
y tu mas
Se puede parar esto no votando nadie en este pais al psoe porque este partido es el autentico cáncer de este pais y son peligrosos y si no preguntar a los viejos de este pais haber si lo saben bien.
parlando
El "[des]gobierno de progreso" significa un tercio de viviendas menos en el mercado, precios altísimos por habitaciones en zulos compartidos en Madrid y Barcelona, menos horas trabajadas que hace cinco años, más precariedad pero maquillada (tipo pelus de Yo-Yo-Landa "cosas-chulas"), una cesta de la compra un 30% más cara en dos años. Eso es el "(des)gobierno de progreso. Eso sí, soterramiento del tren en Hospitalet, Manresa, Moncada-Reixac, porque hay que mantener el 3(0)% de los hereus catalanes, esos "seres de luz". Que no nos tomen el pelo.
vallecas
Es que se equivocan de objetivo. No es Sánchez. es el PSOE el que está a la cabeza del "golpe". El PSOE se "ha echado al monte" y ha dicho que harán todo lo necesario para mantenerse en el Poder. Después de la amnistía vendrá el referéndum. El PSOE ya ha perdido la decencia y la dignidad. El PSOE ha puesto rumbo hacia el enfrentamiento armado.
ma
Matrícula para los ciclistas, tasas para pagar sus propios carriles, seguro, carnet teórico aprobado, y multa que te crió al que se suba por la acera,paso de peatones, se salte un ceda el paso,etc,etc
Talleyrand
Desgraciadamente no hay una solución amable al golpe de estado de Sanchez y su banda (PNV, podemos, sumar, erc, bildu y ahora jxcat). El minado de las instituciones del estado ha llegado a niveles estramboticos (hasta los letrados del Congreso!), la invasion de los empresones publicos y privados es descarada. La amnistia solo es una pieza mas de este complejo golpe de estado que pretende perpetuarse en el poder (totalitario), anular a la oposicion y a traves de sus terminales eliminar la justicia independiente. Desgraciadamente volvemos a tener dos españas, esa ha sido la gran obra de este psoe zombie que inicio su deriva tras los no explicados atentados del 11m hace ya 20 años. Separar a los españoles que lo habian superado en buenos y malos en progresistas y fachas. Quizas ha llegado el momento de los patriotas Ya saben lo de Jefferson.... "El arbol de la libertad debe regarse de verz en cuando......."
k. k.
¿A estas alturas sigue usted con la cantinela de que el PP tenía que haber pactado con el PSOE? O quizá no he entendido bien su artículo... O quizá no se ha enterado usted qué partido es el PSOE. El sistema electoral español es un desastre. Con una segunda vuelta se arreglarían todos los problemas. Pero... Por no hablar del sistema autonómico, que roza la ilegalidad. Y por cierto, fue el PSOE quien politizó la justicia, no se equivoque. De aquellos vientos, estas tempestades. Ahora muchos se dan cuenta de qué era el PSOE. Un poquito tarde, me parece a mí. Pero claro, la izquierda era tan guay. Los ciudadanos de bien ya hemos hecho más que suficiente. Personalmente no voy a perder más tiempo firmando un manifiesto más. Cuántos llevamos desde que gobierna Sánchez, ¿100? Y además, firmar por quién exactamente, quién merece a estas alturas mi firma: - Los políticos de derechas han antepuesto sus siglas a España. - Los periodistas de derechas han antepuesto sus preferencias políticas a España, objetividad cero. - Los jueces se han estado echando la siesta hasta que les han venido a buscar el pan. - De las empresas grandes ni siquiera me molesto en hablar. A día de hoy, no dicen nada. Y luego están los votantes: - Los votantes de izquierda han votado odiando (como siempre). y pensando en "sus" ayudas sociales. Podemitas, los "buenos" y los "malos" del PSOE, todo es lo mismo. - Los de derechas no fueron a votar, se fueron a la playa y a tomar cerveza. - Y, posiblemente, se amañó algún que otro voto, que nadie ha denunciado. Esto es pues el resultado y esto es lo que los españoles merecen, lo que han escogido ellos solitos. ¿Quién soy yo para firmar en contra del deseo de la mayoría? Igual suena duro, pero cuando un país decide suicidarse la única opción es abandonarlo. El resto es quijotismo.