Como dijeron la princesa Leonor y la Infanta Sofía, ‘perdón por colarnos’ con este artículo en el décimo aniversario del reinado de Felipe VI que el Rey superó con una excelente nota, aunque al portavoz de PSOE Patxi López le pareciera simplemente ‘correcta’.
Nos ‘colamos’ en esta efeméride para hablar de un modelo inédito para una ‘Monarquía presidencialista’ porque los graves acontecimientos que hoy invaden las instituciones españolas por causa de la deriva autocrática de Pedro Sánchez, como la Ley de Amnistía, ponen en evidencia importantes carencias (la mala ley electoral, control político de la Justicia y no separación de los Poderes del Estado) del vigente sistema político español nacido en la Transición. El que parece agotado a pesar de los notorios éxitos con los que se superó la dictadura, se recuperaron las libertades y se alumbró la nueva vida democrática tras el sellado de la reconciliación entre los españoles.
Pero la Transición se hizo en aquellas difíciles circunstancias de su tiempo ‘como se pudo y con urgencia’. Mas sin un ‘periodo constituyente’ para la Constitución de 1978 redactada y pactada ‘en secreto’ entre líderes de los partidos políticos y sin un debate previo en el Parlamento, ni en la opinión pública antes de ser aprobada, casi por aclamación, en un Congreso de los Diputados nacido de los comicios legislativos de 1977 y que, ‘de facto’, se autoproclamó ‘constituyente’.
Pero ahora resulta que, por el empeño de Pedro Sánchez de permanecer en el poder a cualquier precio y tras haber perdido las elecciones generales de 23-J de 2023, el que fue consenso constitucional de 1978 ha saltado por los aires al aprobarse una Ley de Amnistía inconstitucional en beneficio, no de la aludida ‘conciliación’ en Cataluña sino de la presidencia de Sánchez y de la amnistía a sus aliados y delincuentes malversadores y autores del golpe de Estado catalán de 2017, el que el Rey Felipe VI denunció en octubre de 2017 en un memorable discurso.
Delincuentes y malversadores
Una amnistía inconstitucional por dos flagrantes motivos: porque de tan excepcional medida de gracia, no contemplada en nuestra Constitución, solo se pueden beneficiar los delincuentes (condenados o procesados) y malversadores del golpe de Estado catalán de 2017 y excluye a cualquier otro delincuente malversador del resto de España. Lo que rompe el principio de ‘igualdad de los españoles ante la ley’ que consagra la Constitución.
Y también porque el propio texto -redactado de chapucera manera por los golpistas- exime de la aplicación y beneficio de dicha Ley de Amnistía a los propios malversadores que se enriquecieron (para dar el golpe) y al tiempo dañaron los intereses de la Unión Europea, amenazando con la independencia de Cataluña. Como lo han denunciado los cuatro fiscales del Tribunal Supremo a los que el Fiscal General ha despreciado, y como muy probablemente lo acordará la Sala Segunda del Tribunal Supremo negando así la aplicación de la Ley de Amnistía a todos los malversadores procesados y condenados en el procés.
No obstante y a pesar de lo que decida el TS se corre el riesgo -salvo que la Justicia de la UE liquide la Ley tras aceptar una ‘cuestión prejudicial’ de los tribunales españoles- que el Tribunal Constitucional declare constitucional semejante esperpento legislativo, por la ‘obediencia política’ a Sánchez de su presidente Conde Pumpido y de varios de sus magistrados pro PSOE. Como el ex ministro de Justicia, Julián Campo, quien pasó directamente desde el Gobierno al TC, como prueba irrefutable de la no independencia judicial y de la fragilidad democrática de nuestra Constitución y ordenamiento jurídico.
En España no se votan a los candidatos sino a las siglas de los partidos. Los que para colmo no acatan la prohibición del ‘mandato imperativo’ que figura en la Constitución
A lo que cabe añadir el hecho flagrante -que muchos ignoran- de que España es el único gran país europeo donde sus ciudadanos no eligen directamente a ninguno de sus gobernantes y de sus representantes. Ni al presidente del Gobierno, ni a los diputados, ni plenamente a los senadores, ni a los presidentes autonómicos, diputados autonómicos, ni a los alcaldes y concejales. Porque en España no se vota a los candidatos sino a las siglas de los partidos. Los que, para colmo, no acatan la prohibición del ‘mandato imperativo’ que figura en la Constitución. Una ley electoral española exactamente contraria a las que imperan en las primeras naciones democráticas europeas de Francia, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia, entre otras.
Y a lo que falta por añadir también en nuestro escaso baremo democrático que en España no existe una efectiva separación de los Poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) sino solo la separación de sus ‘funciones’ pero no de los poderes en sí. Lo que constituye una aberración política que ha beneficiado a los gobernantes de turno, en sus alternancias respectivas, del PSOE y del PP.
Más cerca de la oligarquía
Todo ello empeorado por la reforma de la inicial Ley Orgánica del Poder Judicial que llevó a cabo Felipe González en 1985, para imponer el reparto del CGPJ entre los dos grandes partidos, eliminado así la primacía del ámbito judicial. Y lo que tampoco quiso rectificar José María Aznar -‘ahora me toca a mí’ vino a decir- cuando llegó al poder en 1996. Y a no olvidar la ocupación de las instituciones ‘medianas’ (CNI, CIS, Efe, RTVE, etc...) por dirigentes del partido en el Gobierno.
El sistema político español está, pues, más cerca de una ‘oligarquía’ o de una ‘partidocracia’ que de una democracia plena. Y hora es que, visto lo que está pasando con el modelo autocrático de Pedro Sánchez, que los españoles (y el PP ahí incluido de especial manera) comiencen a debatir un proceso de ‘refundación democrática’. Incluida la posible instauración en España de una ‘Monarquía presidencialista’ como la que en 1976 le propuso el prestigioso constitucionalista francés del Siglo XX Maurice Duverger al conde de Barcelona don Juan de Borbón en un encuentro organizado en Paris por la Junta Democrática de España. En el que Duverger explicó a don Juan que en una ‘Monarquía presidencialista’, el Rey asume la Jefatura del Estado, pero el presidente del Gobierno sería elegido por sufragio universal de todos los españoles y a ‘dos vueltas’ como en Francia. Además habría elecciones generales legislativas, por circunscripciones, para el Congreso de los Diputados.
Lo que garantizaría, con su propia y singular legitimidad de origen democrático, la separación de los poderes Ejecutivo y Legislativo que debería completarse con plena autonomía del Poder Judicial, y garantías legislativas y económicas para el libre ejercicio de la libertad de prensa, el ‘cuarto poder’, en toda democracia que se precie de serlo.
Impediría que en nuestro país vuelva a ocurrir un ‘golpe de mano’ autocrático como al que ahora asistimos bajo la presidencia de Pedro Sánchez y de su ‘presidencialismo’ autoritario
Una reforma democrática y de la ley electoral y para la efectiva separación de los Poderes del Estado requiere de un gran pacto nacional entre el PSOE y el PP (hoy inimaginable con Sánchez) que garantizaría la presencia de España en el club de excelencia democrática de Occidente y la estabilidad de la Monarquía, amparada por las nuevas y reforzadas instituciones.
Pero, sobre todo, impediría que en nuestro país vuelva a ocurrir un ‘golpe de mano’ autocrático como al que ahora asistimos bajo la presidencia de Pedro Sánchez y de su ‘presidencialismo’ autoritario. Del que disfruta gracias a la compra de votos a los partidos nacionalistas golpistas a los que Sánchez les ha concedido indultos y una fraudulenta ley de amnistía. Y a los que ahora pretende entregarles las llaves de la unidad fiscal española -más desigualdad- en el solo beneficio de Cataluña y para que Salvador Illa del PSC presida la Generalitat y Pedro Sánchez pueda agotar la legislatura, con algunos pagos añadidos de por medio en beneficio de estos partidos que incluyen la ruptura de la unidad de España como su objetivo principal.
Una quimera imposible parece, por más que se nos antoje necesaria, la ‘refundación’ del sistema político español pero los hechos demuestran que algo importante hay que hacer en beneficio de todos y cuando antes mejor.
Ojeador
Uno de los artículos sobre política nacional más interesantes que he leído en mucho tiempo. Felicidades, Sr. Sebastián, y mi admiración; aunque -justo por lo dicho- no me extraña nada que, con la apabullante lucidez que usted esgrime, aquel proyecto ilustrado llamado República de la Ideas, se viese obligado a cerrar sus puertas. Es notorio que El Poder Atocinante, no perdona a los que piensan por sí mismos.
ilupopzov
Mientras no se elimine,por el metodo que sea, no es posible hablar de regeneraciòn democràtica, ni de nada que se le parezca.
JoseAntonioRuizAragonMunoz
Esto mismo le dije yo a Jesús Cacho hace tres semanas a través de Twi tter, con otras palabras pero con las mismas ideas:
syloxozi
Pues lo dice Learco. Somos nosotros, como colectivo quienes somos culpables de la deriva sanchista (aunque seguro que le preguntas a cien personas y ninguna ha votado, ni vota, nivotará a SáncHez en la p*ta vida). Y los que no votan a SáncHez pues votarán a Sumar, a Feijóo, a VOX o al partido animalista. Lo que quiero decir es que da igual a quien votes porque nuestra democracia es eso que gane quien gane las elecciones siempre gobierna SáncHez. Ante esta tesitura, ante este fraude de democracia, ante este fraude de monarquía sanchista y ante este fraude de oposición de maricomplejines, si Feijóo pacta con SáncHez y deja que nos vuelva a tomar el pelo, me rindo y que hagan lo que quieran con su con su xodido gobierno, con su xodida oposición y con su xodida monarquía ¡PERO NO SERÁ CON MI VOTO!.
Clearco
¿Cómo evitas, mediante leyes, que un gobierno nombre a uno del partido como Fiscal General del Estado?. ¿Cómo evitas que nombre a un sectario como Presidente del Congreso, a unos políticos en el Tribunal Constitucional, a unos amiguetes en todas las empresas/instituciones públicas etc...? Esto no es cuestión de nuevas leyes ni de nuevo "régimen". No se dejen engañar, la Consti del 78 no "nos roba"... SOMOS NOSOTROS quienes lo hacemos posible. Si en otras Naciones es inconcebible que la mujer del presidente cobre master sobre como recaudar subvenciones, si no se gobierna con partidos separatistas, si no se nombra a políticos para las Instituciones...... no es porque tengan leyes diferentes... es porque sus ciudadanos no lo permitirían. Srs. para los demagogos es más fácil vender leyes nuevas cada 4 años que ponernos un espejo delante y decirnos que tenemos que responsabilizarnos y educar mejores hijos para nuestra democracia.
vallecas
¿Es Sánchez, o no lo es, un veneno para España? ¿Un cáncer para la convivencia? Usted lo describe como un "golpe de mano" autocrático de Sánchez y a continuación (en el mismo párrafo¡¡) dice que Sánchez quiere "agotar la legislatura" A ver si nos aclaramos, a ver si nos lo creemos. Si es un "golpe de mano" es para quedarse para siempre. Claro que "hay que hacer algo importante en beneficio de todos", deshacernos de Sánchez urgentemente, pero no se me asuste. Sánchez es también un ladrón y un criminal, y es al banquillo de los acusados donde hay que enviarle.
Talleyrand
Divergen habla de la diferencia entre autoridad y autoritarismo. Nunca el sistema presidencialista (usa, Francia) se ha aplicado en España. Tampoco esperemos un bálsamo de fiera ras al respecto en relación con el sistema de gobierno actual parlamentario. Lo que sí es interesante es que en esos sistemas, las leyes las aprueban las mayorías del parlamento pero el ejecutivo se elige directamente. Aunque la pesadilla es la famosa cohabitación cuando uno y otros son de diferentes tendencias. Sabiendo como es nuestro personaje, ya se las ingeniaría para tener el control total, manipulando Indra en las elecciones presidencialistas y comprando socios en el parlamento, con lo que incluso estaríamos peor.
Justo Solamente
2) Si el sistema actual se constata desigualdades territoriales, aún peor era el de la España republicana en las elecciones del 16 de febrero del 1936 De los 9 millones y medio de electores, los sufragios se repartieron así: (datos obtenidos de una editorial autora no española que seguramente corresponden más o menos a los datos oficiales, me limito a copiarlos y comentarlos) Frente Popular 4 176 156 sufragios Nacionalistas vascos 130 000 Centro 681 047 Derecha 3 783 601 Lo que significa que entre el Centro y la Derecha tenían más votos CIUDADANOS que el Frente Popular y nacionalistas vascos, pero a la hora de contar escaños: Frente Popular 276 escaños Derecha 132 Otras formaciones 34 Con un sistema electoral justo, posiblemente se podía haber impedido la Guerra Civíl.
Justo Solamente
1) España necesita de algunos cambios para "no seguir igual" Para comenzar, el más importante, es la "democratización" del sistema Electoral. Un sistema en donde en Elecciones Generales solamente exista una urna única general y nacional, y, en todo el Territorio Nacional. Un/a ciudadano/a, un voto, de mismo valor igual en todo el Territorio. Y mismo valor en votos de cada escaño, basado en la media obtenida según la participación, dejando a los partidos políticos la administración de sus listas electorales para que se repartan los escaños obtenidos por cada formación política. Es importante tal cambio para que los ciudadanos vuelvan a las urnas sabiendo que sus votos "no van a la basura, no sirven para nada" Territorialmente, ya tenemos las Autonómicas en las que participan los censados en cada Comunidad y que por supuesto, se puede también aplicar en sus provincias el mismo sistema de urna única para mantener el equilibrio político entre sus provincias.
Situ
Es inadmisible que quienes nos llevaron a la guerra civil participarán en la redacción de la hoy prostituida Constitución PSOE ERC PNV PC y hoy ahí están los perdedores dirigiendo la nación porque un sátrapa ególatra mitómano sinvergüenza impresentable miserable narcisista necesita el apoyo de un delincuente y filo etarras.
RafaR
Algo habrá que hacer, ya, eso decimos muchos. Pero, ¿qué? Y lo más importante, ¿cómo? Está claro que, por las buenas, éste no se va. De las instituciones (Fiscalía, TC, etc.) no podemos fiarnos. De las leyes sabemos que tampoco, porque mientras tengan a sus sicarios en el TC, que se dedica a enmendarle la plana al Supremo de forma ilegal, tampoco. La CE está muerta porque hay una panda de facinerosos que la pervierte día a día desde las instituciones que han asaltado. ¿Qué se puede hacer? Insumisión fiscal, asalto físico al poder, desobediencia civil... Es lo único que queda cuando las instituciones han colapsado.