Pedro Sánchez ha empezado a "enseñar los dientes" a Mariano Rajoy. Lo dice alguien que le conoce bien. Formalmente no ha enmendado la plana a la gestora porque durante un mes, hasta el 39 Congreso, tiene que cohabitar con ella, hacer equilibrios, pero en sus primeras decisiones se nota que se acabó lo de la "oposición útil" y el contemporizar. Por algo ayer no estuvieron en su llegada a Ferraz ni el presidente de la gestora, el asturiano Javier Fernández, ni el portavoz, el andaluz Mario Jiménez.
Antes de presentarse a los trabajadores de la casa, trascendió que el Grupo Socialista había solicitado 50 comparecencias de dirigentes del PP en la 'Comisión Bárcenas', entre ellas las de Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes y, sobre todo, que Ferraz ya no da por bueno que Rajoy comparezca una vez, el primero, ante esa comisión. Sánchez quiere que vaya al inicio y al final, y Albert Rivera, oliéndose que se puede empezar a cuestionar su discurso de la regeneración, también cuestiona lo de una sola comparecencia.
Desde luego, para Rajoy no será lo mismo acudir el primero, a cumplir el trámite, que hacerlo otra vez al final después de que por allí hayan pasado todos los que conocieron la corrupción del PP, den detalles... y él esté obligado a decir la verdad por ley. PSOE, Podemos y C's tienen mayoría para ello y la van a ejercer.
Claro, que los populares tienen mayoría en el Senado para responder al PSOE con la comparecencia de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ante la comisión de investigación sobre la financiación de todos los partidos para que explique qué pasó con el desvío de fondos en el caso de los ERE y el de los cursos de formación. Ahora, si la amenaza es que vaya Díaz, la íntima enemiga del secretario general del PSOE electo en estas primarias... no creo que a éste le quite el sueño.
El PP siempre puede 'responder' llamando a declarar a Susana Díaz en el Senado sobre el caso de los ERE... pero no creo que eso quite el sueño a Sánchez
La segunda medida de Sánchez que da idea de que se acabó la "gran coalición" PSOE-PP surgida de la abstención y denunciada por el reelegido líder socialista es su nombramiento de un duro, el valenciano José Luis Ábalos, como portavoz provisional del Grupo Socialista. Sustituirá al dimitido Antonio Hernando, quien no ocultaba su buena relación con el portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando.
Y la tercera la confirmó anoche el propio Ábalos asegurando que en el debate de la moción de censura de Podemos contra Mariano Rajoy su partido podría pasar del "no" que había anunciado la gestora a la abstención. Los números siguen sin darle a Pablo Iglesias para sacarla adelante, pero es toda una declaración de intenciones socialista de buena relación con los morados.