Opinión

A Sánchez le interesa el sexo

Más que preguntar sobre el amor, el Gobierno debería poner el foco en gestionar asuntos como la salud o la educación

  • José Félix Tezanos y Pedro Sánchez. -

Sorprende que a nadie le sorprenda que encuestas que pagamos todos, como las del CIS, revelen con quién nos gusta tener sexo, con quién no y cómo queremos que nuestra pareja se arremangue, no sólo para hacer el amor, sino para tener relucientes los azulejos del baño o la cocina. De hecho, el 80% de los encuestados considera primordial la implicación del otro en las tareas del hogar. Sería de cuestionar que este organismo público, adscrito directamente al Ministerio de la Presidencia, se dedique a preguntarnos, a estudiar nuestros gustos amorosos, sirviendo más para que los estrategas políticos puedan modular discursos, mítines, entrevistas o intervenciones públicas de los candidatos a las elecciones que para ejercer una mejora de lo público.  

A Sánchez le interesa el sexo –con amor o sin amor- porque es lo que más vende, no sólo en España en los programas del corazón, sino que mueve el mundo. Por eso la prostitución, por eso el acoso sexual, por eso las leyes del sí es sí, por eso los Planes de Igualdad, por eso pivota la vida poniendo en el centro el amor como base para relacionarnos, tener pareja, formar una familia. Saber qué hacemos en la cama, en casa, con nuestra vida más íntima es un indicador del pié político con el que cojeamos. Las respuestas nos pueden hacer mucha gracia sobre si somos fieles o no, si nos acostamos con más de uno, pero quizás esa base de información que se obtiene a través de una encuesta podría ser más propia de una entidad privada que de una pública. El presupuesto del CIS es de más de 12 millones y medio de euros. Su utilidad, la aportación de datos debería resultar clave para ejercer mejoras en los pilares fundamentales de la sociedad como son la sanidad o la educación.  

Saber lo que el español piensa sobre los asuntos de la entrepierna parece que es más importante que utilizar el CIS para obtener datos que nos obliguen por ejemplo a tomar medidas para lidiar con el fracaso escolar

Con elecciones a la vuelta de la esquina, sabiendo que el sexo vende, engancha, emociona, el indicador de si somos partidarios o aceptamos el poliamor –el 47,6% así piensa- le va a servir a la izquierda para orientar debates, por el contrario, si nos decantamos por la estabilidad en pareja, la casa reluciente va a ser más propio de la derecha, tan simple como real. Saber lo que el español piensa sobre los asuntos de la entrepierna parece que es más importante que utilizar el CIS para obtener datos que nos obliguen por ejemplo a tomar medidas para lidiar con el fracaso o absentismo escolar, con el acoso en los patios del colegio, en las redes, con los abusos sexuales a menores, con una mejor atención sanitaria, con todos aquellos temas o áreas que tengan que ver con mejorar la vida de la gente, no con meterse en la cama del vecino.

Preferible que estas encuestas públicas ahonden en cuestiones que realmente depende de lo público modificar, del Congreso, de los partidos más que si nos queremos o somos felices. ¿Necesitamos o es importante para los españoles ir al psicólogo?, ¿Recibimos una buena atención sanitaria?, ¿Tomamos medicación para dormir o para levantarnos y enfrentarnos al mundo laboral?, ¿creemos que las escuelas son entornos seguros?, ¿estamos satisfechos con la atención de los servicios públicos?, ¿nos sentimos acosados?, ¿son suficientes las ayudas públicas que recibimos?. Con datos en la mano sobre agresiones sexuales, muertes por violencia machista, acoso escolar, dificultades para llegar a final de mes, cesta de la compra disparada, las encuestas más que para discursos políticos, o comentarios banales, deben servir para que el Gobierno intente gestionar mejor, para construir una mejor sociedad, no para desplegar discursos que de nada sirven.

De toda la vida es vender humo, cuando nos dicen que priorizan en salud pero no dotan de recursos suficientes para acabar con las listas de espera o para dotar de fondos a la dependencia. Esta última encuesta del CIS nos informa que en España somos románticos y que el 70% piensa que el amor lo puede todo. Pero con el amor no se come, ni sólo de amor se vive. En fin, cada vez más se entretiene al personal para desviar la atención.

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