Opinión

Entre secesionistas y corruptos está el juego

Sánchez tiene mucha prisa por cerrar su investidura. Nuevos casos de corrupción salpican cada día a su partido y a sus futuros socios

  • Íñigo Urkullu.

¿Qué habrá prometido Sánchez a ERC para que este partido secesionista tenga más o menos decidida la abstención? Lo que sea. Da igual. Habrá dicho lo necesario para que los secesionistas presos y en libertad, incluso los fugados, digan que sí. Pero quizá, y he aquí la paradoja, sea ésta nuestra única esperanza: Sánchez desmiente sus propias promesas con la misma seguridad con la que las hace, y en tiempo récord. No se preocupen. Puede ser que el presidente en funciones haya dicho a través de los dos estadistas que le representan, más el del PSC, que Cataluña es una nación política dentro de un Estado con resaca franquista, que el conflicto catalán solo tiene por solución el que pongan cajas transparentes con ranura, y que Torra ya no es un "es un racista, el Le Pen de la política española", sino el Obama de Gerona.

Sánchez tiene mucha prisa. El motivo es que cada día que pasa sus socios preferentes y su propio partido llenan las portadas con casos de corrupción de una envergadura mayor que la que motivó la censura de Rajoy. Se sabía lo del PNV. Era tan descarado que Xabier Arzalluz lo había escrito en su autobiografía:

“Nosotros hemos tratado siempre de autogestionarnos. (...) cuando alcanzas ya un cierto poder, empiezas a tener la posibilidad de que te den dinero. (...) se te abren dos posibilidades. La primera es exigir que te paguen un porcentaje sobre el precio total del encargo: te concedo esta obra, o te recalifico este terreno, o te encargo la fabricación de estos uniformes, o te asigno la contrata (...), si tú le pagas a mi partido el 4, el 5, el 8 o el 10%. La segunda es (...) no ocultas a los empresarios que tu partido tiene necesidades que cubre con mucha dificultad. Y que cada cual se retrate como mejor le parezca”.

Esto no le parecía a Arzalluz, el padre del PNV actual, que fuera algo malo, porque “quien de verdad pide para su partido y no toca un céntimo en su beneficio particular no puede ser acusado de corrupción personal”. (“Así fue”, Foca, 2005, pp. 346-347).

La sentencia de la Audiencia Provincial de Álava dice que un grupo de peneuvistas crearon una red societaria y personal valiéndose de su posición de poder en el partido. Se lucraron con el sistema que tan bien definía Arzalluz, gracias al contacto que tenían con el Gobierno vasco. Obtuvieron así irregularmente contratos o adjudicaciones públicas de la administración. No era solo un beneficio directo o a través de terceras personas, sino con el cobro de comisiones; o como diría Arzalluz, “el 4, el 5, el 8 o el 10%”. Una auténtica red clientelar, al modo de la Junta de Andalucía. Eso sí es voto cautivo y elecciones dopadas.

No solo les han acusado de utilizar a personal del Podemos como servicio doméstico, sino de cobrar sobresueldos. “Pablo, sé fuerte"

El otro socio preferente del doctor Sánchez es Unidas Podemos. No solo les han acusado de utilizar a personal del partido como servicio doméstico, sino de cobrar sobresueldos. “Pablo, sé fuerte”, que diría “M. Rajoy”. El antiguo contable del partido, echado por una controvertida acusación de acoso sexual, dice que tiene lo que han llamado “Los papeles del Kremlin”.

Lo que vamos conociendo son irregularidades contables, por ejemplo, con el sobrecoste del arreglo de la sede del partido. Presupuestaron 649.936 euros, y a los quince días, Irene Montero y Pablo Echenique duplicaron el coste sin más explicaciones ni conocimiento de órgano alguno o de la militancia.

No resulta ya curioso que en ese caso de presunta corrupción que algunos medios intentan silenciar estén implicados nada más y nada menos que la futura vicepresidenta social, Irene Montero, y el que puede ser la peor calamidad que le caiga a la Universidad española desde el Cardenal Cisneros, un tal Echenique. Afortunadamente, las competencias universitarias están en manos autonómicas y poco podrá hacer el podemita. 

Las naciones de Iceta

Lo peor de un Gobierno, dicen los clásicos, es que sea imprevisible. Pero según pasa el tiempo, se enquista el gobierno en funciones, vemos envejecer al doctor resistente, nos acostumbramos a vivir con la cantinela del procés, o con un Iceta que ve naciones como el niño de “El sexto sentido”,  Sánchez es más previsible. La única certeza es que lo que diga o firme no tiene ningún valor. Ya saldrá Carmen Calvo para asegurar que eso lo hizo el Presidente en otra dimensión, no en esta.

Sánchez se junta con secesionistas y corruptos para presentar su “gobierno de progreso” (no se rían, por favor). Al fondo queda el caso de los ERE en Andalucía. Dinero destino a la formación de los obreros en paro, gastado en drogas y prostíbulos. Incluso la Fiscalía acaba de pedir 26 años de cárcel para la ex cúpula de UGT- Andalucía por desviar 40.7 millones en subvenciones a la Junta de Andalucía. Mientras, el Rey tiene paralizado su discurso de Navidad. Un santo, que dirían las ancianas del lugar.

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