Opinión

El sindicalismo es un gran invento

Es el mejor invento de la humanidad. No lo duden

  • Los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo -

En España ser sindicalista, bien desde el liderazgo, bien desde esa curiosísima cosa denominada liberado sindical, bien siendo funcionario del sindicato, es igualito que el Bálsamo de Fierabrás. Lo cura todo. Proporciona calor, cobijo, sustento, vivienda, ventajas, colocar a tu familia entera, gabelas, lo que viene siendo lo más mejor de . Y no crean que exagero. Conozco lo suficiente la vida sindical – veintitrés años en el PSC y la UGT dan mucho de sí – como para decirles que a ninguno de los ugeteros de pancarta y queja a toque de pito, negociación con la empresa de ojito que te la juegas y mucho pañuelito de colorinchis, les va a faltar de nada en su vida. Porque ser burócrata sindical es un chollo. Ojito, también ser burócrata de partido, o de la patronal. Como las pagamos con fondos públicos, la casa es grande y no repara en gastos. Comprenderán que su principal objetivo sea asegurarse las mantenencias y que los intereses de los trabajadores no pasen de ser un chiste de gangosos de Arévalo.

Una vez sentado lo que dan de sí las mal llamadas centrales sindicales españolas, que no tienen nada de sindicales y sí mucho de correas de transmisión de partidos, vamos a ver qué han dicho este Primero de Mayo y como iluminan a quienes sí trabajamos como negros para pagar los impuestos de califato medieval con los que éstos y los suyos nos tienen acogotados. Escuchando a los dos portavoces de ese sindicato único y todopoderoso que se llama CCOO-UGT, que van del bracito no sea que se escape nada, el análisis que podría hacerse de España es el siguiente: no existe gobierno y todo lo malo es culpa de los grandes empresarios, la patronal, las multinacionales, la derecha, la ultraderecha y, fíjate tú, Macron.

La culpa es de este gobierno depredador que nos obliga a trabajar para pagar y poco más, y todo para gastarse nuestro dinero en chocho charlas

Pepe Álvarez, sin pañuelo, cachis la mar, nos decía a los autónomos, pequeños y medianos empresarios y gentes de profesiones liberales que si estamos como putas, con perdón, por rastrojo la culpa debíamos achacársela a las multinacionales, a las grandes empresas que acaparan las contratas. De verdad, los colorinchis le sientan mal a este hombre. ¿Qué más le da a un señor que tiene un pequeño taller mecánico, un bazar de barrio, una tiendecita de ultramarinos a una óptica que exista El Corte Inglés o la Apple? Lo que nos tiene con el agua al cuello son las crujías derivadas de las tasas, arbitrios e impuestos abusivos a los que se nos somete por parte del gobierno. Si quieren hacer una comparativa sobre los autónomos, busquen en las redes las cotizaciones en el resto de Europa y las nuestras. Verán que risa. Ni multinacionales ni leches. La culpa es de este gobierno depredador que nos obliga a trabajar para pagar y poco más, y todo para gastarse nuestro dinero en chocho charlas, trenes que no funcionan o no caben, viajecitos en Falcon, aumento de la administración improductiva, cargos y más cargos para repartir entre los amiguetes, o regalitos a Marruecos. Y punto.

Pero como eso no lo pueden decir ni Pepe ni el otro, amenazan a la patronal con un otoño tremebundo donde saldremos a huelga diaria. Es decir, cuando Sánchez les ha ordenado que salgan a caldear la calle en vísperas de las generales. Y estos tíos dicen que son nuestros representantes, estos, los sindicalistas de coches lujosos, de viviendas lujosas, de ingresos lujosos – y desconocidos -, los que pueden hundir a un pequeño empresario porque no hay pelendengues de plantarle cara a las Botín de España, que ahí tocamos hueso y no vaya a ser que se enfaden quienes mandan de verdad. Y, además, diciendo que son de izquierdas, que están en el lado correcto de la historia, que los fachas somos los demás y que son intocables. Tócate los dallonses, María Manuela

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