Cuando yo era un zangolotino allá en la década de los sesenta del siglo pasado vivía en mi barrio, el Poble Sec, un mendigo al que todos conocían como l’Avi Savi, el abuelo sabio. El hombre se jactaba con toda honestidad y coherencia de no haber trabajado en su vida, llegando en su fobia a ganarse el pan bendiciendo de todo corazón a los que veía ir a sus respectivas ocupaciones a primera hora. "Pobrecitos, lo corta que es la vida y como la desperdician con ese invento de Satanás que es el trabajo" murmuraba como una oración. Aseguraba que si el trabajo era salud el prefería la tuberculosis.
Mi padre, que hablaba con todo el mundo cuando no era todo el mundo el que le hablaba, solía detenerse con él para darle unos cigarrillos marca “Emboquillados al cuadrado” - nefasta labor producida por la Tabacalera de entonces con boquilla de cartón y filtro consistente en un cachito de algodón - y algunas monedillas, que el señor Miguel no iba sobrado de monises. Años después supe que la pitanza diaria del Avi se la suministraba una bodega del barrio, oportunamente financiada también por mi padre. Fue aquel clochard filósofo y más bueno que el pan el que me dijo “Miguelín, si quieres ser feliz no trabajes nunca” a lo que yo respondía que mi papa trabajaba mucho y me aconsejaba que había que ganarse el pan honestamente. Aquel veterano de la vida con muchas cicatrices en el alma, me miraba con ojos bondadosos y sonriendo decía “Bueno, el señor Miguel es otra cosa. Trabaja por imperativo moral”.
El hombre se jactaba con toda honestidad y coherencia de no haber trabajado en su vida, llegando en su fobia a ganarse el pan bendiciendo de todo corazón a los que veía ir a sus respectivas ocupaciones a primera hora
Ese imperativo moral que predicaban los hombres de la generación de mi padre, fundamentado en la propia dignidad, en la responsabilidad, en el amor al trabajo bien hecho, en sentirse útil a la sociedad pero, sobre todo, a uno mismo, ha desaparecido casi por completo de este mundo que se va a quedar bizco de tanto mirarse el ombligo. Todo el mundo espera que otro le pague la fiesta y de esta manera hemos convertido a Occidente en un campo de batalla en el que se lucha por ver quien consigue una subvención, una paguita o cualquier cosa que permita ir tirando sin mover un pie del sofá.
Basta con esgrimir algunos tópicos: tienes una maleta cargada de sueños, el estado tiene la obligación de darte casa, ayudas, mantenencias, ¡hasta wifi! y ya está. Muchos derechos y ninguna obligación. ¡Ah, triste mundo repleto de señoritos bien de casa mal! Por eso a quienes defendemos al trabajo como herramienta imprescindible en la construcción del carácter del individuo se nos tacha de fascistas peligrosísimos. Que Meloni haya tenido el coraje político de señalar la opción de trabajar antes que recibir una paga por que sí o de robar tiene el mérito de lo políticamente incorrecto. La pijo progresía es ferozmente partidaria de que le subvencionen lo que no vale ni el agua que se pierde. Películas, teatro, libros, en fin, un humo que nos cuesta un riñón. Y en lo social sería el nunca acabar. Se ayuda a todo el mundo menos a quien trabaja, al autónomo, al pequeño empresario, al emprendedor, al campesino, al ganadero o al artesano.
La pijo progresía es ferozmente partidaria de que le subvencionen lo que no vale ni el agua que se pierde. Películas, teatro, libros, en fin, un humo que nos cuesta un riñón
No me gusta nada esta generación de mutilados emocionales, de fofos de alma, de vagos enmascarados como artistas maudits. Son una panda de estafadores. A ver, nenes, nenas y nenis, como dijo en frase lapidaria el gran Emilio Aragón en un sketch célebre “¡Menos samba y más trabajar!”. Si mi padre levantase la cabeza se volvería a morir de vergüenza ajena. Así pues, bien por Meloni, que bate récords de popularidad en Italia hablando en plata y recogiendo el sentir de las clases populares. A ver si aquí cunde el ejemplo. Pero, claro, como esta señora es facha…
ma
Esta señora vive en un país con un 7% de paro, frente a una España donde el 56% de los parados inscritos tiene más de 45 años, porque los empresarios peperos les niegan el trabajo por la edad. Y siempre hay alguno que llena el estómago gracias a los amigos que les consiguen colaboraciones por escribir necedades, que no deja pasar la oportunidad de mostrar su ignorancia y su mala baba.
S.Johnson
¡“Emboquillados al cuadrado”! 14 cigarrillos en cada cajetilla que se abría en forma de libro... eran un auténtico lujo. Peligroso, porque eran picadura y, como tal, tendían a soltar chispas, como una locomotora de vapor. Muchas camisas debieron pagarlo...
Karl
"El Estado dice que los ciudadanos no pueden tomar por la fuerza, o contra su voluntad, lo que pertenece a otro. Y sin embargo, el Estado hace precisamente eso." ~Murray N. Rothbard
Karl
Hablando de robar: "El Estado dice que los ciudadanos no pueden tomar por la fuerza, o contra su voluntad, lo que pertenece a otro. Y sin embargo, el Estado hace precisamente eso." ~Murray Rothbard
nidiosniamo
Pues sí Sr. Miquel, los jovenes y, no tan jovenes (no todos) tienen buen espejo en donde mirarse, esos grandes trabajadores y, PATRIOTAS, con las manos encallecidas de tanto producir para la patria, un tal Abascal, Gallardo, etc, grandes trabajadores y productores de riqueza para la patria, para eso son mas patriotas que todos, como decimos en mi tierra, ves la CHOZA, ASÍ ES EL GUARDA, así nos va, Sr. Miquel lo que tiene que hacer para ganarse las lentejas, sin doblar el lomo. puajjjjjjjjjj
pancho
Lo peor es que, en la España actual, este eslogan no es para sonreír, es el sentimiento dominante.
Norne Gaest
Efectivamente, yo también me pregunté cuales fueron las presuntas astracanadas de Vox.
jmec57
es un crac lo mismo me decía mi padre trabaja y podrás vivir dignamente jm
Norne Gaest
Muy bien, muy bien A ver si echa un artículo un día de estos sobre el mundo del cine "español" ( un servidor está preparando un trabajo donde se incluirá esta cuestión) o del artisteo progre en general, de esos seres super subvencionados, quejosos, sectarios e incapaces (pero viviendo espléndidamente) incapaces, decía, de hacer algo decente que refleje la realidad nacional, auto condecorándose continuamente en continuas galas que seguramente pagamos todos, haciendo festivales de cine en San Sebastián ajenos a que la mitad de la población vasca (la no nacionalista, reclutados entre las regiones pobres que daban emigrantes) estaba (está?) acollonada, oprimida, y los agentes de la ley tenían que mirar debajo de sus coches para no salir volando ese día. Este es el mundo progre (woke creo que se le llama ahora) que hoy manda en España y que domina culturalmente también en Occidente, porque buena parte de la ciudadanía no aprende, y es de izquierdas como del Madrid o Barcelona, creyendo que eso es estar de parte de los humildes, o nacionalista porque cree que eso es ser patriota frente a la España opresora, cuando es todo lo contrario, que son y siguen siendo unos privilegiados y que la mayoría de ellos no son ni demócratas (ellos o los que los representan), así de simple. Pues sí, se está Vd. volviendo políticamente incorrecto, pero no está solo, somos muchos lo que padecemos esa dictadura. Derrotarla, atacarla sin complejos, es absolutamente imprescindible para que España y Occidente se salven y sigan siendo refugios de libertad y progreso. Se está haciendo tarde
Birmania
Sánchez recibe órdenes.
Wesly
Muy cierto, Sr. Giménez. Demasiada gente, incluyendo políticos y sindicalistas, se cree con el derecho a exigir que sean los demás quienes les solucionen la vida, les resuelvan sus problemas. Además se atreven a exigirlo con contundencia, sin un ápice de pudor. Se llenan la boca con la palabra "solidaridad". La solidaridad verdadera, la genuina, es la solidaridad voluntaria. Pero la solidaridad que exigen no es la solidaridad voluntaria, es la solidaridad obligatoria. El problema de la solidaridad obligatoria es que puede llegar a convertirse en extorsión, en expolio. Cuando un caco nos amenaza con clavarnos el cuchillo si no le entregamos la cartera está reclamando solidaridad obligatoria, cuando la ETA exigía el impuesto revolucionario a cambio de perdonarnos la vida, estaba exigiendo solidaridad obligatoria. Está claro que es necesaria la solidaridad obligatoria, pero aplicada siempre con muy elevadas dosis de justicia, libertad e igualdad, valores en los que, según el artículo n.º 1 de nuestra Constitución, se ha de fundamentar nuestra convivencia.
maullador
Nunca pudo ser mejor contado,siga así Miquel.
Alpargatero
Fantástico, como siempre.