Opinión

Por qué Elon Musk paga 129 euros por cada usuario de Twitter, en pérdidas millonarias

El valor por usuario de Twitter no dista mucho del de Facebook a pesar de que una empresa da pérdidas millonarias y la otra ingresa más de un centenar de millones de dólares al año

  • Elon Musk y el logo de Twitter -

Elon Musk se ha comprado Twitter a golpe de talonario. Ha pagado 44.000 millones de dólares por la red social, unos 137,5 dólares por usuario (129 euros). Un precio quizá exagerado, sobre todo si se tiene en cuenta que en Twitter hay miles de usuarios que no existen; que son falsos, bots.

Es en el poder que ofrece la información donde está la clave. La valoración por usuario de Twitter no dista mucho de la de Facebook, pese a que la red del pajarito perdió en 2021 poco más de 221 millones de euros mientras Facebook ingresó más de 104.000 millones de euros. Una diferencia abismal en resultados económicos pero no en la valoración bursátil de cada compañía.

Según datos de Statista, Facebook cuenta con unos 2.900 millones de usuarios activos. Vale 518.000 millones de dólares en bolsa en el momento en que se escribe esta información. Si se dividen ambas coordenadas, un usuario de Facebook vale 178 dólares (167 euros). En el caso de Twitter hablamos, como decimos, más de 320 millones de usuarios activos y una capitalización bursátil de 39.500 millones de dólares. Cada usuario vale unos 123 dólares (115 euros) atendiendo a la misma división. A pesar de que Facebook tiene un valor por usuario mayor, la cifra no es correlativa atendiendo al binomio valor en bolsa y usuarios.

El dinero no es problema para Elon Musk. Lo tiene por castigo. La clave está en lo que hace una red social y lo que hace la otra. Aunque Facebook tiene un peso muy grande en el ámbito de la información -y por tanto también de la desinformación- Twitter es más dinámica, más repentina e intensa. Permite mantener una tensión informativa mucho mayor casi desde el mismo instante en que se produce un hecho. Es la radio de Internet. Facebook no es tan dinámica. Es más lenta y pesada cuando se desea o se hace necesario mover corrientes de opinión de la forma más rápida posible. Facebook es interesante para eventos sostenidos en el tiempo, como puede ser una campaña electoral, mientras Twitter es más utilizada para eventos más reducidos en el tiempo: partidos de fútbol, Eurovisión, programas televisivos, etcétera.

Elon Musk ha pagado miles de millones de dólares por una empresa con pérdidas millonarias. Ya no es el mercado, son los datos

Pensemos en el asalto al Capitolio. ¿Qué red social fue el altavoz preferente? En efecto, Twitter. Algo que sucede a diario. La red del pajarito azul es un bisturí que abre carne desde el mismo momento en que se produce la noticia. Es algo sumamente interesante para liderar la opinión, para modificarla o tratar de hacerlo prácticamente en tiempo real. Quizá por ello la mayoría de los periodistas, medios de comunicación y políticos tienen cuenta en Twitter.

Elon Musk, entre los diez usuarios con más seguidores de Twitter

Elon Musk es consciente de estas particularidades. Con 84,7 millones de seguidores, se ha colado entre los diez perfiles más seguidos en Twitter. Se ha comprado una plataforma en la que es un claro líder de opinión. Barack Obama, el más seguido en el orbe, cuenta con 131 millones de usuarios. Lady Gaga, por citar otro ejemplo, posee 84,5 millones de followers -está también entre los diez perfiles más seguidos-.

Musk es el zorro cuidando de las gallinas. Un gallinero que quiere agitar un poco más. Ha asegurado que pretende dotar a la plataforma de una mayor libertad de expresión. Incluso se habla de que podría habilitar la cuenta de Donald Trump, suspendida tras el asalto al Capitolio.

El fundador de Tesla también ha asegurado que no quiere tanta publicidad en Twitter. Esto abre la puerta a la posibilidad de que haya cuentas de pago. Es un escenario que se antoja poco exitoso. El usuario de redes sociales no está acostumbrado a pagar por usarlas. Le vale con que le sangren los datos: sus filias y fobias; su tendencia política y estado de salud; su situación civil; los restaurantes que frecuenta o las ciudades que visita. Eso es, precisamente lo que le interesa a Twitter. Eso es por lo que Elon Musk ha pagado miles de millones de dólares por una empresa con pérdidas millonarias. Ya no es el mercado, amigo. Son los datos.

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