Opinión

La UE juega con fuego y se va a quemar

Cuando acabe la pandemia los hombres de negro volverán con los MEDE y castigarán severamente a las naciones que tuvieron que endeudarse para evitar el colapso de sus economías

  • Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea

La Unión Europea sigue sin entender la gran conmoción económica y social que ha supuesto la covid-19. Mientras que en Reino Unido, Estados Unidos o Japón los hacedores de política económica han aparcado la falsa noción de responsabilidad fiscal, innecesaria y destructiva bajo un sistema monetario fiat, aquí en nuestra dulce Europa erre que erre, nada de nada. Y en nuestra querida España, lo de siempre, puro Totalitarismo Invertido, todos los medios adulando a Nadia Calviño, la guardiana de una austeridad expansiva innecesaria y dañina. Ya lo explicaba Michal Kalecki sucintamente allá por 1943 en “Political Aspects of Full Employment”. Un sistema sin una política fiscal activa significativa supone colocar en el asiento del conductor a los hombres de negocios. “Esto le da a los capitalistas un poderoso control indirecto sobre la política del gobierno”. O cambiamos de paradigma o todo se irá a pique.

En 2008 era muy sencillo hacer frente a la recesión de balances provocada por el estallido del colateral que alimentaba un castillo de naipes, el precio de la vivienda. Bastaba con un rescate del sistema bancario global a costa de acreedores, quitas de deuda y expansión fiscal. Ya se hizo en el pasado y con mucho éxito, véanse el rescate bancario de la administración Roosvelt, en plena Gran Depresión, o el rescate sueco de 1992. Ambos se basaron en lo mismo, banco malo más recapitalización, con quitas de deuda para los hipotecados, ¡sí, quitas de deuda! ¿Pasa algo? Pero en 2008 no se hizo nada de esto, todo lo contrario, se perpetró un ajuste de cuentas contra la ciudadanía. Prevalecieron los intereses de clase de un sistema completamente podrido en sus entrañas. O cambiamos el paradigma o todo se irá a pique.

Bastaba con la monetización directa del gasto del Coronavirus, que es lo que están haciendo ahora las naciones libres con soberanía monetaria como el Reino Unido o Japón

Ahora, en 2020, igual que en 2008 era relativamente sencillo hacer frente a la crisis sanitaria de la covid-19 desde el punto de vista de la política económica. Pero de nuevo la incompetencia académica, y los intereses de clase se anteponen a la búsqueda de una solución eficiente y justa, tanto económica como socialmente. En una primera fase, durante el período de confinamiento, bastaba con que los gobiernos intervinieran con un estímulo fiscal masivo que garantizará que la ciudadanía pueda permitirse lo básico -alimentos, vivienda, atención médica,…-, y que las quiebras de empresas, a su vez, fueran las mínimas posibles. Bastaba con la monetización directa del gasto del Coronavirus, que es lo que están haciendo las naciones libres con soberanía monetaria –Reino Unido y Japón-. O, alternativamente, se podría financiar el gasto derivado de la covid-19 mediante la emisión de bonos soberanos por parte del Tesoro que serían comprados en mercado primario o secundario por el Banco Central. O cambiamos el paradigma o todo se irá a pique.

Las naciones monetariamente soberanas, con un tipo de cambio flotante, y que emiten en su propia moneda, nunca quiebran, jamás. Es una obviedad, pero conviene recordarla, más cuando nuestros medios de comunicación están llenos de noticias y análisis económicos que son auténticas 'fake news'. El fin de semana pasado, en una entrevista televisiva, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, explicó por qué el gobierno de los Estados Unidos nunca puede quebrar: "Como Banco Central tenemos la posibilidad de crear dinero". Análogamente, el discurso pronunciado el 23 de abril por Gertjan Vlieghe, miembro externo del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra, bajo el título “Monetary policy and the Bank of England’s balance sheet” echó por tierra una sarta de tópicos presentes en nuestros mass media. En una parte del mismo afirmó, “El hecho de que se pueda observar un gran estímulo fiscal al mismo tiempo que grandes operaciones de expansión cuantitativa, no se debe a que una esté impulsando a la otra. Más bien se debe a que ambos están respondiendo a una gran conmoción económica…” O cambiamos el paradigma o todo se irá a pique.

¿Y la UE de qué va?

Europa va de nada, de la más absoluta inoperancia, de una separación norte-sur con bases racistas y económicamente falsas. Recuerden, somos nosotros, los del Sur, quienes hemos financiado a Alemania y a Holanda, no al revés. Es en este contexto donde la respuesta europea a la covid-19 es la nada, la ausencia total de estímulos directos, juegos de tahúres y trileros. Estoy harto de los interminables debates en el seno de la Comisión, para acabar en la más absoluta nada. Hablan de solidaridad, pero la realidad es la contraria. A medida que el mundo se hunde en la crisis más profunda de los últimos 100 años, aquí, en Europa, hemos tenido una sucesión de demostraciones de que lo que realmente está mal es la estructura misma de la Unión Europea, inoperante, cansina. Primero, la mutualización de la deuda y los Coronabonos. Ahora que si subvenciones o préstamos, con o sin condiciones. Y parece que cualquier subvención que se haga vendrá con condicionalidad, ya saben ustedes, eso que repiten las cacatúas, reformas estructurales -recorte de las pensiones, abandono de la seguridad laboral, recorte de salarios….- Las sueños húmedos de los psicópatas sociales.

Mientras la Comisión mira hacia otro lado, el BCE financia los déficits de los Estados miembros. ¡Al menos nos queda eso, aprovechémoslo!

El Coronavirus ha expuesto, en definitiva, la creciente irrelevancia de la Unión Europea La crisis es hoy. Los empleos están desapareciendo ahora. Las empresas quiebran ahora. Se necesita una gran intervención fiscal ahora. Pero aquí, nada de nada, la Comisión Europea prioriza su proceso y burocracia, todo diseñado para hacer muy poco pero que parezca que se está haciendo mucho, por encima de la urgencia de la situación. Todo es una farsa. Los líderes europeos de charleta hasta a altas horas de la noche, muchas idas y venidas, grandes declaraciones sobre la solidaridad, y luego nada de nada, se encarga un informe que se debatirá en semanas sino en meses. Como siempre, problema aplazado. Es un fracaso masivo.

Mientras la Comisión mira hacia otro lado, el BCE financia los déficits de los Estados miembros. ¡Al menos nos queda eso, aprovechémoslo! Pero nada, aquí tenemos a Nadia Calviño para que se anteponga la falsa responsabilidad fiscal. Porque cuando acabe la pandemia, no les quepa duda, los hombres de negro volverán con los Mecanismos de Déficit Excesivo, y castigarán severamente a las naciones que tuvieron que endeudarse para evitar que sus economías y naciones acabaran colapsando. Están jugando con fuego, la inadecuada respuesta de la Comisión Europea, que deja a millones de personas revolcándose en el desempleo, aleja cada vez más a una proporción de la población del "sueño europeo". Es curioso, mientras los procesos tecnocráticos conducen a la austeridad y a las dificultades de los ciudadanos, los líderes y los tecnócratas disfrutan de altos salarios dentro de su jaula dorada en Bruselas.

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