Ayer, dando un paseo, me percaté de algo que me puso bastante triste: un cartel en el local de al lado de mi casa donde pone "Se alquila". Era un centro de estética. La dueña ya estaba ahí currando cuando yo me vine a vivir a este piso, hace más de 20 años. No es que yo gaste mucho en cuidarme, porque soy más de apañarme en casa, que para algo me tienen que servir mis estudios de esteticista (sí, también, que yo he estudiado muchas cosas raras, otro día os paso el CV por si hay alguna vacante de algo en Andorra), pero teníamos una relación muy cordial, así que la llamé, para comprobar lo que ya me imaginaba.

¿Le faltaba trabajo? ¿Tiene algún problema de salud? No y no. De hecho, clientes le sobraban, hace unos meses amplió el horario. Trabajando desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche. Es una mujer muy profesional, que siempre te atendía con dulzura, educación y honestidad. Y en esos mismos valores había formado a dos esteticistas que trabajaban con ella.

Así que una profesional muy trabajadora ha tenido que cerrar porque, por más horas y horas que dedicara, estaba ahogada con las constantes subidas de impuestos, las subidas de la cuota de autónomos, las subidas de las cotizaciones a la Seguridad social, las subidas del SMI, impuestos y más impuestos y, para rematar, la subida de los precios de la electricidad. Porque ponte tú a depilar con la cera sin calentar. O no enchufes la aparatología, puedes poner de moda los tratamientos estéticos homeopáticos: te doy agua con limón y para casa, que estás guapísima, son 30 euros.

Estoy cansada de que la izquierda nos esté todo el día machacando con el empresario explotador, mientras se dedica a exprimir y asfixiar al que es capaz de generar algo de riqueza

Claro, que los de siempre dirán: "Pues si no puede pagar, que cierre". Pues listo, señores, ya ha cerrado. ¿Estáis satisfechos? ¿Estará contenta doña Yoli, que cada vez que abre la boca para presumir de lo sociales que son sus políticas, un autónomo echa el cierre?

No entiendo cómo puede esa gente pasear por la calle sin darse cuenta de la cantidad de locales que hay en venta o alquiler. Locales que hasta hace nada eran negocios. Negocios que eran el medio de vida de varias familias y que se han ido al traste, gracias a un gobierno codicioso que solo sabe perseguir y atacar al que es tan tonto como para intentar sacar adelante una empresa en este país.

No sé vosotros, pero yo estoy cansada de que la izquierda nos esté todo el día machacando con el empresario explotador, mientras se dedica a exprimir y asfixiar al que es capaz de generar algo y, además, exigir cada vez más y más, hasta llegar incluso a obligarte a entregar más de lo que consigues ganar. ¿Quién es el verdadero explotador?

Como presidente te dedicas a dar discursos fuera de tu país, dejando en mal lugar a empresas españolas que han decidido marcharse, porque se han hartado de que las exprimas

Que sí, señores, que la peluquera, la esteticista, el mecánico y el panadero de tu barrio son empresarios. Y son muy patriotas, porque no se van a hacer pan a los Países Bajos o a depilar axilas a Andorra, se quedan aquí hasta que su propio gobierno les arruina. ¡Eso sí que es ser patriota! No lo de don Amancio Ortega, que se queda siendo rico y encima dona dinero. ¡Qué desfachatez!

Y qué decir del dueño de Ferrovial, que ha enfadado tanto al presi del postureo por llevarse su empresa a los Países Bajos para pagar menos impuestos, como para acabar siendo protagonista de un discurso de Sánchez, acusándole de antipatriota. Todo muy normal: como presidente te dedicas a dar discursos fuera de tu país, dejando en mal lugar a empresas españolas que han decidido marcharse, porque se han hartado de que las exprimas. En su cabeza debía sonar fantástica. La imagen que damos fuera, espectacular también, Pedrito, espectacular.

Y mientras, la patriota de la esteticista de mi barrio y sus dos empleadas, intentando conseguir cita en el INEM, que esa es otra. ¡Qué inconscientes! Si cualquiera sabe que en este país los organismos públicos que funcionan como un reloj son los que se dedican a cobrar, como Hacienda o la Tesorería General de la Seguridad Social, pero como se trate de pagar o dar algo, como el INEM, el SEPE o el INSS, ármate de paciencia y pon unas velas a algún santo milagroso.

Me pregunto en qué momento al Gobierno este de Mr. Potato le pareció buena idea fomentar la persecución de los empresarios. En qué mundo imaginario es un buen plan hostigar a quien tiene éxito y dinero y, cuando se va, entonces volver a machacarlo, llevándote las manos a la cabeza, porque no es nada patriótico mirar por tu patrimonio. Claro que sí, señorito Sánchez, lo patriótico es mirar por el suyo, el de sus padres, el de su mujer y por las minas de oro de Zapatero.

Cada vez que miro mi nómina y veo lo que me quitan, sabiendo que alguno se lo gastará en paseos en avión, helicóptero o maratones nocturnos en algún lupanar, se me caen unos lagrimones muy patrióticos

A decir verdad, mi vecina esteticista no es patriota. Simplemente no cuenta con los recursos necesarios para irse de este país a ganarse la vida a otro en el que no la arruinen por querer ser su propia jefa. Esto para algunos son lentejas, a ver cómo me voy yo dejando tres familiares nonagenarios detrás. Pero cada vez que miro mi nómina y veo lo que me quitan, sabiendo que alguno se lo gastará en paseos en avión, helicóptero o maratones nocturnos en algún lupanar, se me caen unos lagrimones muy patrióticos. Aquí los que se quedan son ciegos, no pueden permitirse marcharse o están chupando del bote. Otra razón no encuentro.

Pues fíjese, señorito Sánchez, que a mí lo que me parece muy patriótico es negarse a seguir financiando la vida de lujo que, a nuestra costa, se pegan los políticos corruptos y vendehumos que usted lidera. A mi parecer no hay nada más patriótico que decidir que con tu dinero no se va a financiar ni un chiringuito más de la red de enchufados que viven del cuento, gracias a ustedes, y que están llevando a la ruina a nuestro país. Que no sé si están confundiendo ustedes el patriotismo con cinismo: no comas carne, que ya me la como yo; no viajes, que ya viajo yo; no vayas de putas, que ya me voy yo; no mires por tu patrimonio, que ya te lo quito y me enriquezco yo… Es un no parar.

Pero seré honesta. La culpa de todos mis males es de los Youtubers. No hay artículo que se precie que hable sobre impuestos sin poner a caer de un burro a quienes se ganan la vida con un modo alternativo de informar o entretener. Sí, sí, la culpa de mi mala leche es vuestra. Os habéis ido tantísimos a Andorra y os han imitado otros tantos empresarios que, cuando hace apenas dos años pedían 6.000 pavos de fianza para empadronarse allí, ahora exigen unos 30.000. Y las constructoras no dan abasto, que no hay pisos disponibles.

Debe estar Andorra petadísima de antipatriotas españoles. Yo no quiero ser patriota, Sánchez, que no me gusta la cola del paro. Lo que yo quiero es poder vivir de mi trabajo, que ni teniendo varios me llega, y el holandés no se me da.

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