Sin luz ni taquígrafos. Así trabaja la ponencia de Autogobierno del Parlamento vasco que estudia la reforma del Estatuto de Gernika. El PNV, PSOE y Podemos, los partidos que ya acordaron el 80% del borrador de la reforma, suman sus votos para impedir que el debate sea público. Esto, que parece un mero asunto de procedimiento, facilita que el Gobierno de Pedro Sánchez negocie y acabe pactando con el Gobierno de Íñigo Urkullu la reforma estatutaria.
En medio de la vorágine mediática acerca de la composición del nuevo Ejecutivo de PSOE y Podemos, el primero de coalición en España desde la Segunda República, el pasado lunes en la Cámara de Vitoria tuvo lugar una votación más que relevante para el futuro de la reforma estatutaria en Euskadi.
Hasta ahora, durante la primera fase del proceso para reformar el Estatuto, los expertos propuestos por los partidos se habían reunido a puerta cerrada. En la segunda fase, la actual, es el turno de los partidos políticos, que tienen que debatir sobre las propuestas de los juristas en el seno de la ponencia de Autogobierno de la Cámara de Vitoria. Tanto Bildu como el PP pidieron que los debates empezasen a hacerse en abierto. Pero PNV, PSOE y Podemos aunaron sus votos para impedirlo.
Debates ocultos en año electoral
El secreto de las reuniones resta fuelle a unos debates parlamentarios que, teniendo en cuenta las posiciones encontradas de unos y otros, se antojaban más que interesantes. Y más aún en un año donde van a celebrarse elecciones autonómicas. "¿Qué mejor que poder debatir en abierto sobre lo que propone cada partido en materia de autogobierno?", se pregunta irónicamente un diputado de la Cámara vasca.
La realidad es que PNV, PSOE y Podemos han demostrado por la vía de los hechos que prefieren orillar este asunto por ahora y abordarlo a fondo en la siguiente legislatura autonómica. Está claro que los tres, que ya son socios en materia presupuestaria, trabajan en una misma dirección en materia de autogobierno. Y en ese camino común mucho tiene que ver lo que está ocurriendo en el Congreso de los Diputados.
A mediados de diciembre, los tres partidos ya ganaron tiempo acordando, por sorpresa y frente a la postura de Bildu y PP, que los cinco juristas que ya redactaron sus propuestas tuvieran que acudir otra vez al Parlamento vasco para explicarse ante los partidos. Comparecencias en enero y en sesiones a puerta cerrada. Ahora, como ya se ha dicho, peneuvistas, socialistas y podemistas han vuelto a sumar sus votos en la Cámara autonómica para que los trabajos sigan sin luz ni taquígrafos.
El acuerdo de Sánchez y Ortuzar
La clave para explicar esta estrategia está, según varias fuentes consultadas, en el acuerdo que suscribieron para la investidura el propio Sánchez y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar. En dicho texto se menciona explícitamente que en la legislatura recién iniciada se abordará "la negociación y el acuerdo del nuevo Estatuto de la CAV" en el marco del "reconocimiento de las identidades territoriales".
Esta mención es llamativa en un pacto de investidura, si se tiene en cuenta que, al menos a priori, el lugar donde los partidos negociarán sobre ese nuevo Estatuto vasco será el Parlamento de Vitoria. Pero no es menos cierto que el texto que salga de allí tiene que aprobarse después en las cortes generales.
Así, la negociación de PNV, PSOE y Podemos está vinculada a los acuerdos que los mismos partidos alcancen en el Congreso. O, dicho de otro modo, lo que se negocie en Vitoria en materia estatutaria también va a negociarse en Madrid.
Posibilidades de acuerdo final
La reforma del Estatuto es el gran objetivo del lehendakari, Íñigo Urkullu, para su más que probable tercer mandato. Ahora mismo, el sobado "derecho a decidir" es el gran obstáculo para que PNV, PSOE y Podemos cierren un acuerdo definitivo. La propuesta peneuvista consiste en un "derecho a decidir pactado con el Estado", término que ya aprueban en Podemos. La pelota está en el tejado del PSOE.
Las posibilidades de un acuerdo final parecían remotas. Hasta ahora, el PSE se había mostrado inflexible: no habría derecho a decidir en el Estatuto. Pero el citado acuerdo de investidura y la puesta en marcha del Gobierno pueden cambiar las cosas. Porque el pacto de PSOE y PNV apunta al mentado "reconocimiento de las identidades territoriales" y porque el debate vasco se va a producir al mismo tiempo que en Cataluña se habla sobre lo mismo en la "mesa de partidos" con ERC.
En una entrevista concedida a El Correo el pasado fin de semana, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, decía esto sobre el futuro de la reforma estatutaria: "Si el PSE ve que no tiene que hacer de parachoques del PSOE, sino que el PSOE asume determinadas cuestiones y que ahí puede haber juego, estoy seguro que el PSE puede estar más a gusto y va a tener más margen para jugar la pelota".