El apoyo del presidente de la Generalitat, Quim Torra, a los Comités de Defensa de la República (CDR) en el aniversario del 1 de octubre no fue casual ni puntual.
Ese día les animó a seguir "apretando" por la independencia y unas horas después un grupo de radicales intentó tomar el Parlament, pero ya se había reunido con ellos antes, según publica este martes El Mundo.
Precisamente, en ese encuentro Torra les pidió moderación el 11 de septiembre, el día de la Diada; y el 1 de octubre, cuando se cumplía un año del referéndum.
El presidente quería que los CDR guardaran sus fuerzas para la movilización prevista tras la sentencia de los líderes independentistas en prisión, acusados de rebelión, que prevén condenatoria.
La reunión, celebrada en el mes de agosto, no se produjo en la Generalitat, sino que fue el propio presidente el que se desplazó hasta el lugar, según publica el citado medio.
Estos grupos independentistas llevaban meses presionando al Govern de Cataluña, a través de movilizaciones y piquetes, para que cumpla "la promesa" de proclamar la república unilateralmente.
Estas actividades fueron las que se analizaron durante la conversación, así como los preparativos del día de la sentencia, con una propaganda exterior y nacional y una estrategia jurídica muy concreta.