Elecciones generales 2023

Irene Montero, vetada por Sumar y negada por Pedro Sánchez, se atrinchera en el Orgullo

La ministra de Igualdad está a la espera del resultado de las elecciones generales y a las órdenes de Podemos para volver en caso de que la vicepresidenta segunda se lleve un varapalo. Mientras, para no perder foco se impulsa en el Orgullo

  • La ministra de Igualdad, en un acto del Orgullo, este miércoles, en Madrid. -

Irene Montero tiene un plan: vetada por Sumar y negada por Pedro Sánchez, se atrinchera en el Orgullo para no perder foco ante lo que pueda ocurrir en las elecciones generales del próximo 23 de julio. La ministra de Igualdad y número dos de Podemos está expectante. En el partido morado, según las fuentes consultadas, no creen que Yolanda Díaz sea capaz de mejorar los 35 escaños que logró Pablo Iglesias hace cuatro años. Por eso, Montero se puso a disposición de su partido tras el rechazo frontal de Sumar a que engordara sus listas electorales. Por ahora, Montero aguarda con perfil bajo y está centrada en los actos de su departamento, su auténtica pasarela electoral y escaparate personal de su futuro en política.

Lo cierto es que su entorno, en conversación con este diario, admite que no hay posibilidad alguna de que Yolanda Díaz tire de ella para hacer campaña pese a que el recién elegido portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, intentara este miércoles en Ondacero negar que exista un veto a Montero. Incluso, en un alarde de funambulismo, llegó a alabar su etapa en el Gobierno. Urtasun deslizó la idea de que son los otros 14 partidos que integran la coalición de Yolanda Díaz los que no quieren a la ministra de Igualdad y que, por eso, no quedó más remedio que apartarla, puesto que ella no estaba dispuesta a seguir el camino de la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y del ministro de Consumo, Alberto Garzón.

Pero en el fondo lo que hay es una gran rivalidad. El liderazgo de Yolanda Díaz tiene un enorme reto el 23-J. Ya que todo lo que no sea mejorar el resultado de los morados será un enorme fracaso que la manchará por completo a ella y al resto de rostros que integran Sumar, como Íñigo Errejón. El cálculo de Podemos es reservar a Montero. Ya hay incluso quien la ve al frente de la comunicación del partido en un futuro no muy lejano. Y eso sería toda una amenaza a Yolanda Díaz.

Una previsible salida


En caso de que Sumar no carbure, puede que la izquierda a la izquierda del PSOE mire entonces hacia Montero y lamente no haber integrado a la ministra que, dicen, más avances en pro de la igualdad ha logrado para España. Además, hay una cosa clara: tras el 23-J, si habla Montero como referente orgánico del partido y presumible portavoz, habla en nombre de Podemos, no de Sumar, ya que ella no concurrió bajo las siglas de la coalición armada por Yolanda Díaz.

Mientras, Montero y su equipo recurren a la figura de moda en la izquierda: el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. El exlíder socialista se ha convertido en el mayor hincha de la coalición. No solo está dando la cara por el presidente, Pedro Sánchez, también por las dirigentes moradas, totalmente apartadas ya de Moncloa y de la acción del Gobierno por el auge y la implantación de Yolanda Díaz.

Y es que sobre Montero no solo pesa el rechazo de la ministra de Trabajo, también el de Sánchez. El presidente lleva varios días corrigiendo el discurso de Montero, apelando a un feminismo integrador frente al grito excluyente que, cree el líder socialista, ha vociferado el Ministerio de Igualdad. En Ferraz también consideran que Montero es una rémora para sus intereses electorales. En la sede socialista aseguran que los hombres de mediana edad se han desconectado de la coalición por la intensidad de Montero.

Sánchez reconoció en los micrófonos de 'Ondacero' sus "públicas y notorias discrepancias" con Montero. Y es que las políticas de Igualdad fueron 'casus belli' en la coalición. Hasta el punto de que acabaron dividiendo a los propios socialistas por mucho que Sánchez terminara cerrando filas con sus socios para evitar una salida abrupta del Ejecutivo. Ahora, en plena precampaña y con los "estudios demoscópicos" en la mano, Sánchez busca tapar a Montero para conectar con los votantes que se habrían sentido "incómodos".

Una relación inexistente

La relación entre socialistas y morados es ya inexistente en Moncloa. Según ha sabido este diario por fuentes gubernamentales de un lado y otro "no hay coordinación en los consejos". Es más, las ministras moradas han perdido también el protagonismo en la rueda de prensa de cada semana, de la que les volvieron a excluir este martes pese a que el Ministerio de Derechos Sociales firmó las medidas para la conciliación y equiparación de derechos que aprobó el Ejecutivo. Cada desplante a Podemos se guarda en la sede del partido. Tras el 23-J se sabrán las consecuencias.

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