Elecciones generales 2023

Podemos espera el 'golpe' de Yolanda Díaz el 23-J para reventar Sumar y volver a ser la "nave nodriza"

El partido inicia una nueva etapa de repliegue para construir "poder cultural, poder social y poder militante" frente al partido de la vicepresidenta segunda que, según fuentes moradas, "no tiene estructura ni un horizonte claro"

  • La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz (3d), y la ministra de Igualdad y número dos de Podemos, Irene Montero (1d). -

Podemos espera tocar la lira la noche del próximo 23 de julio. Los morados, a día de hoy, son a Sumar lo que Nerón fue a Roma durante el gran incendio del verano del 64 d.C. Poco le importó entonces al emperador que las llamas se comieran la capital del Imperio, porque vio en el fuego la oportunidad de reconstruir la ciudad a su gusto. Casi 2.000 años después, Ione Belarra e Irene Montero tienen en mente hacer algo parecido con la izquierda española.

La cúpula del partido sabe que su espacio se incendiará si Yolanda Díaz cae por debajo de los 35 escaños que Unidas Podemos consiguió en 2019. Por eso, en el cuartel de Francisco Villaespesa esperan el 'golpe' de la vicepresidenta segunda para reventar Movimiento Sumar y volver a ser la "nave nodriza" de la izquierda a la izquierda del PSOE, según explica una fuente morada de peso.

En efecto, Podemos -advirtió el sábado pasado la secretaria general-, inicia una nueva etapa de repliegue para construir "poder cultural, poder social y poder militante" frente al partido de la vicepresidenta segunda que, piensan los morados, "no tiene estructura ni un horizonte claro". Ese es el plan. Podemos asume que en esta ocasión no le corresponde liderar ni dirigir la campaña tras el golpe del 28-M. "Nuestro trabajo debe ser, y así lo haremos, ponernos detrás de Yolanda Díaz y estar allí donde se nos pida", zanjó Belarra. Eso sí, el día siguiente será el de la guerra contra la amalgama de fuerzas de Sumar y con capitana al frente: Irene Montero.

El veto a Montero, casus belli

Pese a que el veto de Sumar a la ministra de Igualdad no impidió al final la firma de los morados con la vicepresidenta segunda, lo cierto es que la barrera de Yolanda Díaz a Irene Montero se considera casus belli en Podemos. Ese es el motivo por el que el partido no solo no se deshará de ella pese a no ir en las listas, sino que la seguirá impulsando como candidatable. Sobre todo, porque ella misma lo busca y lo advierte de forma velada: "Si nos obligan a retroceder, si perdemos una posición, nos abrazamos y nos reorganizamos para volver a ocupar ese y otros muchos lugares más [...]. Así que aquí seguimos y podéis contar conmigo. Sí se puede", espetó Montero en el Consejo Ciudadano Estatal del sábado. Aunque también se lo recuerda su 'jefa': "No solo eres parte del presente de Podemos, eres parte indispensable de nuestro futuro. Si hemos decidido firmar la candidatura conjunta con Sumar, es porque sabemos que la única posibilidad de revalidar el gobierno pasa por presentar una candidatura única".

Mientras, en Sumar la calculadora echa humo. El recién creado partido maneja una previsión de escaños superior a los 35 del actual grupo confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galiza en Común. En concreto, esperan hacerse con entre 38 y 42. Pero todo lo que no sea eso se leerá en clave de fracaso. De manera que será Yolanda Díaz quien se queme. El problema que enfrenta el cuartel general de la vicepresidenta es que Podemos maniobrará para que no se supere su marca en el Congreso de los Diputados. Podemos quiere volver a ser el referente y el actor fundamental. Y eso que, en estos momentos, hay decretado un estruendoso silencio para no interferir en la campaña.

Los morados han decidido poner fin, por el momento, a las ruedas de prensa habituales de los lunes en aras de que sea el partido de la vicepresidenta el que tenga todo el foco. Incluso el exlíder morado Pablo Iglesias tuvo este lunes, día en que se marcan las agendas mediáticas y políticas, cero protagonismo. Ni una sola referencia a Sumar o a Yolanda Díaz, aunque la última, el pasado sábado, tuvo varios dardos contra la vicepresidenta segunda: "cobardía" y "mezquindad".

Precisamente el exlíder morado fue el poli malo de la negociación de los suyos con Sumar. El eterno referente de Podemos trató de influir en la negociación para que Yolanda Díaz no humillara a su partido. Podemos se duele de que el resto de partidos de la izquierda le hayan querido reducir a su mínima expresión porque se considera la fuerza tractora que posibilitó, gracias a su entrada en el Gobierno, el liderazgo de la vicepresidenta al que ahora se han sumado hasta 14 fuerzas políticas de toda España. Pero la situación es explosiva. Una fuente morada con peso reconoce abiertamente que "Sumar va a ser más complicado que la España de los cantones". Esta misma fuente reconoce que "en vertebrar todo eso es donde tiene que poner el énfasis Podemos de cara al futuro". De manera que la cúpula morada no le da mucho futuro a Sumar tras las elecciones generales adelantadas por Pedro Sánchez. Y con esa ilusión se la juega la España progresista.

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