La etiqueta #YoConIreneMontero fue tendencia en Twitter en España este lunes. La ministra de Igualdad, vetada por Yolanda Díaz, es la apestada del espacio político que un día ella misma colideró con Pablo Iglesias. Pero la vicepresidenta segunda no está calibrando bien las consecuencias de ese rechazo, porque el PSOE está creciendo a su costa, según el análisis que hacen varias fuentes consultadas tanto en Podemos como en Ferraz.
Los socialistas, además, lamentan que la titular de Trabajo no recapacite y levante el 'no' a la número dos morada. Los socialistas admiten en privado que el veto de marras perjudica a la vicepresidenta segunda, que tiene muy difícil superar la marca morada en 2019 (35 escaños) a tenor de las estimaciones de escaños que ofrecen las encuestas. Para el núcleo de Sumar, todo lo que sea una horquilla entre 38 y 42 escaños sería un estruendoso fallo.
"A Sumar le perjudica el veto a Montero, al PSOE no", zanja una fuente socialista que formó parte del Gobierno de coalición. Un compañero suyo, destacado referente de las federación socialista más importantes tras las elecciones municipales y autonómicas del 28-M, explica: "[El veto a Irene Montero] perjudica a Sumar y beneficia al PSOE, porque facilita el voto útil de un votante de Podemos movilizado con la posibilidad de un Gobierno de PP y Vox, y frustrado con la actitud de Sumar con Podemos. Ese preferirá votar al PSOE. En el votante más ideologizado, del 1 al 3, en la escala, la preferencia de que Pedro Sánchez sea presidente es de más de un 30% donde, por lógica, Yolanda Díaz tendría que ser hegemónica".
El entorno de Montero aclara que en Sumar siguen vetándola y sin ofrecerla ni un solo de acto de campaña pese a ser una ministra que moviliza enormemente a los suyos. Es más, el equipo de la titular de Igualdad confirma que no ha habido ni una sola llamada o intento de limar asperezas. Y en Sumar mantienen que no habrá grandes actos con los rostros de Podemos, aunque Yolanda Díaz, sí coincidirá con la secretaria general y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. Pero el resto, como si no existiera.
La sensación de que el veto a Montero es un obstáculo para revalidad la coalición la tiene también el extodopoderoso jefe de gabinete del presidente Iván Redondo, quien en su columna de este lunes en La Vanguardia, opinó: "La marca PSOE, la defensa del presidente Zapatero o Nadia Calviño como cortafuegos para el elector central son insuficientes. Los Gobiernos PP+Vox por sí solos tampoco movilizan a la izquierda. Hace falta algo más, como la defensa de la coalición sin complejos o activar a Irene Montero. Fíjense: el 44% de los votantes de Sumar no ven bien hoy su 'veto' y siguen subiendo".
La clave para entender parte del rechazo mutuo que tanto Montero como Díaz se profesan es la rivalidad por ejercer un liderazgo político. Lo suyo es una disputa de poder. Y Podemos tiene engrasada la máquina para, en caso de que Sumar no arraigue, ir por su cuenta y catapultar a Irene Montero. El liderazgo de la vicepresidenta tiene un enorme reto el 23-J. Ya que todo lo que no sea mejorar el resultado de los morados será un enorme fracaso que la manchará por completo a ella y al resto de rostros que integran Sumar, como Íñigo Errejón. El cálculo de Podemos es reservar a Montero. Ya hay incluso quien la ve al frente de la comunicación del partido en un futuro no muy lejano, como portavoz. Y eso sería toda una amenaza a Yolanda Díaz.
En caso de que Sumar no carbure, puede que la izquierda a la izquierda del PSOE mire entonces hacia Montero y lamente no haber integrado a la ministra que, dicen, más avances en pro de la igualdad ha logrado para España. Además, hay una cosa clara: tras el 23-J, si habla Montero como referente orgánico del partido y presumible portavoz, habla en nombre de Podemos, no de Sumar, ya que ella no concurrió bajo las siglas de la coalición armada por Yolanda Díaz.
Mientras, Montero y su equipo recurren a la figura de moda en la izquierda: el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. El exlíder socialista se ha convertido en el mayor hincha de la coalición. Es más, en el fondo está tratando de frenar a Yolanda Díaz. Porque él sabe que Sumar, como ya contó este diario, parte de la hipótesis de comerse al PSOE si Ferraz se convierte en una olla a presión tras la previsible salida de Pedro Sánchez. La izquierda se mueve. El 23-J se decidirá dónde se queda y... con quién.
Cometa
Más valen 30 escaños con Irene Montero fuera de Sumar que 40 con Irene Montero dentro. Si dejas a esta señora fuera de las listas de Sumar, quizá habrá algunos votantes de izquierdas muy radicalizados que se enfaden con Yolanda y no voten a Sumar, pero si la metes en las listas, también habrá gente que se piense dos veces votar a esta formación. Yolanda e Irene representan dos formas de entender la política que son como el agua y el aceite, incompatibles. Así que Irene, mejor fuera que dentro.