Las estrategias de los dos primeros acusados en el juicio del procés, el vicepresidente catalán Oriol Junqueras y el exconseller Jaoquim Forn fueron radicalmente opuestas. Mientras el primero optó por un mitin desafiante ante la justicia española (“soy un preso político”), el segundo bajó al detalle de los hechos por los que se le acusan. Sin embargo, hubo un punto de coincidencia entre ambos discursos: los dos restaron valor a un documento clave para los investigadores en el que los Mossos d’Esquadra advertían del riesgo de violencia en el 1-O.
Ese informe, elaborado apenas tres días antes del referéndum ilegal, anticipaba los hechos violentos que acaecieron: “se pueden vivir momentos de tensión que en algunos puntos podrían traducirse en enfrentamientos ya que las fuerzas y cuerpos de seguridad intentarán desalojar”. Fue elaborado por la Comisaría General de Información de los Mossos d’Esquadra y, según declararon los mandos policiales en la fase de instrucción, aquellas indicaciones fueron trasladadas luego a la Generalitat.
Tanto Junqueras como Forn fueron preguntados en los interrogatorios sobre este informe y una reunión en la que los mandos policiales les transmitieron personalmente las mismas conclusiones. El líder de ERC despachó la cuestión al final de su intervención. “La conclusión que yo saqué es no había nada que pudiese prever algo distinto al comportamiento cívico de los ciudadanos. Nada hacía pensar lo contrario”, contestó a pesar de los episodios de violencia que finalmente se vivieron. Su abogado, Andreu Van den Eynde, tampoco insistió.
La tesis de los investigadores
A la hora de describir el uso de la violencia, la Fiscalía achaca a los acusados de haber confeccionado un “cóctel explosivo” en el que llegaron a usar a la gente como “murallas humanas contra la Policía”. En ese sentido, el informe de la policía autonómica es clave para los investigadores. Según su tesis, el hecho de que la Generalitat siguiese adelante con el referéndum a pesar del riesgo de violencia sirve para apuntalar la acusación por rebelión que la Fiscalía achaca a los dos acusados.
Forn fue más prolijo que Junqueras por la insistencia de su abogado. Entre otras cosas, criticó que los investigadores tradujeron mal el documento, si bien este posible error no afecta a las alusiones que en él se hacen sobre el riesgo de episodios violentos. El informe llevaba por título Posibles escenarios en relación a la celebración del Referéndum de Autodeterminación del 1 de octubre y en el se abordaba el riesgo respecto a varios colectivos: soberanista, izquierda radical (con los CDR), anarquistas y extrema derecha.
“Siempre son los mismos, grupos minoritarios a los que hay que prestar atención, pero que no son capaces de de generar un problema de grandes dimensiones”, dijo Forn, quien lo llegó a comparar con el reto de seguridad que entraña un partido de Champions League. Finalmente se escudó en que la violencia aquel día la ejercieron las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado "y no las personas que acudieron a los centros de votación".