La británica Helena Catt, experta en procesos electorales, estaba en Barcelona el 20 de septiembre de 2017 cuando decenas de miles de personas rodearon la Consejería de Economía de la Generalitat. Pero, según dijo, ella no se enteró de ese suceso. El día del referéndum lo pasó principalmente en una oficina. Eso a pesar de que estaba en Cataluña supuestamente para investigar la situación y cobró por ello 8.000 euros más dietas.
Para el exdiputado alemán Bernhard Von Grünberg, más activo el 1-O, la policía “intimidó” a la gente que en cambio mostró una “tranquilidad admirable”. Pero luego admitió no saber distinguir entre un policía y un guardia civil porque desconoce los colores de sus uniformes. Su especialidad, aseguró, es el urbanismo.
La vigésimo tercera sesión del juicio del procés en el Tribunal Supremo estuvo protagonizada por las declaraciones de estos dos expertos internacionales. Ambos dijeron haber sido invitados a Cataluña por el Diplocat. Su papel tiene que ver con la presunta malversación. Las acusaciones sostienen que su labor se pagó con dinero público en un intento de legitimar el referéndum internacionalmente. Los acusados, en cambio, enmarcan su visita en un contexto más amplio y alegan que el Diplocat que sufragó sus trabajos no depende la Generalitat.
"Conmovido" pero "neutral"
De 73 años de edad, exrepresentante del partido socialdemócrata SPD, el ciudadano alemán dijo estar comprometido con el “proceso de democratización” en España. Llegó a Cataluña uno o dos días antes del 1-O, pero dijo que lo hizo por interés personal y que asumió sus gastos. Tuvo reuniones con el exconseller procesado Raül Romeva y la entonces presidenta del Parlament Carme Forcadell. Se “sintió” conmovido con la tarea de esta última.
El día del referéndum, él y otros expertos internacionales que visitaban los colegios estuvieron acompañados por un miembro de Diplocat en condición de “asesor”. Pero Bernhard Von Grünberg hizo hincapié en que él era “neutral”. Cuando le preguntaron quién era la persona que les acompañaba, dijo que a veces le falla la memoria.
A Helena Catt le preguntaron acerca de sus recuerdos sobre aquellos días y también se escudó en problemas de memoria: “prefiero no hacer un esfuerzo porque lo podría recordar mal”. Sí recordó, en cambio, que se alojó en el Hotel 22 de la calle Llull de Barcelona (unos 100 euros la noche). Volvió a fallarle la memoria cuando tuvo que dar los nombres de las personas con las que se reunía. Tan solo recordaba el nombre de su contacto con Diplocat, Rosa Navarro o el responsable Albert Royo. Citó, en genérico, a funcionarios de la Generalitat y explicó que ella recibía emails de la organización que les comunicaba cuándo se iban a realizar estas reuniones. “La dirección era monitores@”.
"Visitantes" u "observadores"
Desde que empezó el juicio, la intervención de estos expertos ha sido objeto de debate, incluso a la hora de definir su labor. Para las acusaciones ejercieron de “observadores”, pero los abogados de los líderes independentistas prefieren usar el término de “visitantes”. La británica Helena Catt se inclinó por lo segundo: “En absoluto llevábamos a cabo una observación, el propósito principal de una misión de observación es elaborar un veredicto final sobre si la votación ha sido justa y el resultado es válido”.
“En ningún momento se nos pidió una evaluación de este resultado. El hecho que presenciásemos el 1-O, no hace que nuestro trabajo allí fuese una misión de observación”, dijo. Lo que hicieron fue un informe “sobre el contexto de lo que pasaba en Cataluña desde una perspectiva histórica”. Helena Catt, actualmente desempleada, coordinó un equipo de expertos que fue contratado por Diplocat. A diferencia del exdiputado alemán, Catt sí admitió haber cobrado, algo poco habitual en este juicio. Tanto ella como el equipo que dirigía cobraron en el mes de octubre.
Su testimonio no ayudó a resolver si los pagos los hizo la Generalitat a la que apenas citó en su declaración -también con intérprete-. El pasado 13 de marzo, en el mismo juicio, declaró el responsable de Diplocat, quien reconocido determinados pagos, como el de 49.531 euros en hoteles de lujo y vuelos a un grupo de "visitantes" entre el 29 de septiembre y el 2 de octubre de 2017. Catt llegó a Cataluña el 4 de septiembre. Según relató, fueron sus compañeros y ella quienes tomaron la iniciativa de ofrecerse. Por ello mandaron un correo a una dirección. La encontraron en una página web sobre el referéndum.