Pablo Iglesias le sigue la corriente a Pedro Sánchez, pero porque sabe que no va en serio. El llamado nuevo Pacto de la Moncloa, que el presidente y sus ministros lanzan para buscar un acuerdo transversal sobre la crisis y la recuperación económica, es, según varios dirigentes de Podemos, un farol. "Son fuegos artificiales" que sirven para "mutualizar" la responsabilidad de la situación crítica, admiten en conversación con Vozpópuli fuentes del partido morado, que, no obstante, no excluyen acuerdos puntuales con otras fuerzas políticas más allá de ERC y el PNV. En ese segundo escenario, se centran en blindar la figura de Iglesias.
La crisis de la Covid-19 está demostrando que el núcleo duro de Sánchez no ha renunciado a priorizar la comunicación pública. Capitaneado por Iván Redondo, toda la táctica comunicativa del Gobierno de Sánchez se define en La Moncloa. Ferraz, sede del partido, se encuentra desplazada, aunque a nivel interno los dirigentes socialistas reciben la orden de mantenerse activos en las redes sociales para frenar las críticas.
La última carta de Sánchez para modificar el marco informativo y desviar la atención pública ha sido la propuesta de reeditar los Pactos de la Moncloa de 1977. Esos acuerdos entre partidos, patronal y sindicatos permitieron afianzar la Transición y reducir la inflación. Ahora la situación es radicalmente diferente: la política está más dividida y en lo económico por la imposibilidad de imprimir moneda la principal mesa de negociación no se encuentra en Madrid, sino en Bruselas.
El error del 'escudo social'
Podemos está dispuesto a navegar la corriente. Iglesias fue el promotor del “escudo social” como marco comunicativo para evitar críticas. Fue un error. Lo saben en la Moncloa, donde creen que se perdió la oportunidad de enfocar la lucha contra la Covid-19 como un asunto “nacional” y de “Estado”, y no recuperando otra vez el eje izquierda-derecha. Eso es lo que se ha hecho en otros países donde los partidos que gobiernan se ha fortalecido.
Al evitar el llamado “marco bélico”, Sánchez e Iglesias “le han dado una oportunidad a la derecha”, mantienen fuentes de Podemos. “Pablo debe estar dándose cuenta de ello, e Iván Redondo también”, añaden. De ahí que Sánchez busque señalar al PP como fuerza política irresponsable para encontrar la fórmula de la remontada en los sondeos.
“Ni Ferraz ni Moncloa se fían del PP”, aseguran fuentes de Podemos. Para los más escépticos del partido morado, toda la maniobra de Sánchez equivale a “fuegos artificiales”. Tanto por la envergadura del pacto cómo por sus intenciones.
Blindar a Iglesias
Desde el punto de vista político, Podemos pierde relevancia si se cierra un pacto entre el PSOE y el PP. Cierto temor de que eso pueda ocurrir existe, y por ello la cúpula morada está en alerta. Incluso intenta adelantarse a esa posibilidad, insistiendo en “lo público” como eje de todas las posibles soluciones de Gobierno.
Esperan salvaguardar su peso en el Ejecutivo, como adelantó este diario, incluso con una eventual remodelación del Gobierno, aunque obligue a sacrificar a un ministro morado, pero no Iglesias. "Pablo está preparando el terreno para que Sánchez tenga la opción de ir hacia otro tipo de acuerdo con la derecha, pero sin salir él del Gobierno: esta es la prioridad", remarcan desde Podemos.
El problema, saben los morados, se encuentra en el factor externo: una presión popular descontrolada, la pérdida de confianza de los sindicatos, un rescate europeo o el definitivo abandono de ERC y el PNV. De lo que nadie duda es de la fidelidad del líder morado hacia Sánchez. Su permanencia en el Ejecutivo es el principal objetivo de Podemos.
En una entrevista en Telecinco el pasado martes, el líder del PP, Pablo Casado, ha descartado la posibilidad de reeditar los pactos de la Moncloa ("no hay que renovarlos" y "están plenamente en vigor", ha dicho), aunque ha afirmado que la mano de su partido "está tendida" para "salvar vidas".
Dinero en el corto plazo
En Ferraz, por otro lado, también se oyen voces críticas sobre las intenciones de Sánchez. El término “maniobra de dispersión” que se emplea en la sede del PP, no viene desmentido por las fuentes socialistas consultadas. En general, estas fuentes dan por cierta la lectura de Podemos sobre el presumible rechazo de los populares del nuevo pacto.
Tampoco ERC y el PNV se creen a Sánchez. Sus socios de investidura dudan en conversación con este diario que Sánchez "vaya en serio". Más bien consideran que el presidente del Gobierno intenta ganar tiempo, a la espera de cerrar un acuerdo económico con la UE que le permita respirar. En ese plan está trabajando a fondo la ministra de Economía, Nadia Calviño. Si Calviño logra una rápida inyección de dinero europeo, es posible que Sánchez salve su Ejecutivo. Si no, el descenso en las encuestas será descontrolado y el adelanto electoral más próximo.